Ninguna de las personas que han declarado este viernes verán archivada la causa contra ellas, tal y como afirman fuentes presentes en las declaraciones
VALENCIA. Los presuntos "zombies" de la empresa pública Imelsa seguirán siendo "zombies", al menos los llamados a declarar este viernes, continuarán como investigados. Según ha podido saber Valencia Plaza de fuentes presentes durante las declaraciones, sólo el socialista Rafael Rubio ha prestado una declaración "coherente".
Sin embargo, las mismas fuentes explican que Rubio no verá su imputación sobreseída ya que "como consejero de Imelsa debía ser garante de la legalidad de dicha empresa pública y, por tanto, saber que no podía tener asesores". Es más, podría llegar a ser acusado de un delito de malversación de caudales públicos.
Otro de los investigados que prestó declaración ayer fue el exdiputado del PP Salvador Enguix. El popular firmó un papel oficial en el que "suscribía que su asesora había prestado los trabajos correspondientes dentro de Imelsa". El problema es que dicha asesora no sólo ha declarado que era "zombie", sino que además ya ha devuelto el dinero que cobró de la empresa como asesora.
Al ser preguntado por dicho papel oficial, Enguix espetó "no me acuerdo de haberlo firmado", y concluyó su declaración diciendo que a veces firmaba fuera del despacho y con prisas y, por tanto, no leía que firmaba, hecho que a juez y a fiscal les ha, cuanto menos "chirriado", según las mismas fuentes.
En cuanto al joven de Nuevas Generaciones del PP acusado de ser "zombie", Juan Antonio Sanz, declaró que el gerente de Imelsa Marcos Benavent fue la persona que le contrató para llevar las redes sociales de la empresa. Según sus palabras estuvo seis meses al frente de dichas redes.
Sin embargo, cuando el magistrado instructor de la causa le preguntó por la clave de 'facebook' de Imelsa, Sanz declaró que no se acordaba y además, cuando le dijeron que explicara cuáles fueron las publicaciones, el cachorro del PP dijo que "se habían borrado" pero que trataría de aportarlas a la causa.
Sin embargo, las declaraciones de Rubio ante las puertas de la Ciudad de la Justicia no han versado sobre qué debía o no saber como consejero de Imelsa. Ante los medios, el socialista solo ha hablado de sus presuntas asesoras "zombies".
Tal y como informa EFE, Rafael Rubio ha dicho que: "Si Benavent sabía que había gente contratada que no hacía su trabajo, debería haber actuado. De todas formas, he de reconocer que en sus declaraciones respecto a mi persona dijo la verdad, jamás le pedí un favor", ha declarado a los periodistas a la salida del juzgado.
"Me han preguntado por dos asesoras que tuve durante cuatro meses y he dado una explicación que es de lo más lógica. Como único consejero socialista de Imelsa tuve dos asesores que se nombraron en enero de 2008 y se les hizo un contrato de obra y servicio vinculado a mi persona; pero en 2010 se aprueba la Ley 35/2010 por la que los contratos que pasaban los 3 años quedaban como fijos", ha añadido.
"Esos tres años vencían el 15 de enero de 2011, entonces se me dijo que no podían seguir porque implicaba que fuesen fijos, pero como había dotación presupuestaria, pedí que se sustituyese a esas dos personas, y entraron otras dos el 1 de marzo de 2011, sabiendo que iban a cesar el 30 de junio, cuatro meses, porque yo no seguía como diputado y acababa la legislatura", ha detallado Rubio.
Estos asesores, según ha asegurado, trabajaban en Imelsa pero no en su sede física, "donde no había despachos ni para los consejeros", sino en el grupo socialista en la Diputación, desde donde controlaban las adjudicaciones de esta empresa pública, observaban carencias de infraestructura y conversaban con alcaldes y concejales socialistas.