CASTELLÓ. Recuerdo flipar con el videoclip de 'Al Amanecer' en Sol Música. Su letra, su música, la aparición de un ser extraño con uñas largas y sombrero junto a unos jóvenes cantando y montándose en las atracciones con una letra divertida y diferente. Como yo, miles de personas que veían en la desenfadada puesta en escena de la canción una reminiscencia al pop de los 60, se quedaban enganchados a ella. Ahí confluían cientos de influencias sesenteras que cristalizaban en el primero plástico, ¡Es que no hay manera! (1997) de los catalanes, Los Fresones Rebeldes, uno de los grupos más recodados del sello Subterfuge, que capitaneaban una revolución indie a finales de los 90.
Los Fresones Rebeldes son una banda capital para entender ese momento histórico. El sábado 4 de febrero actuarán junto a Amor Propio en la sala Terra (Ramón Llull, 19), y traen bajo el brazo un Ep de cuatro canciones, Amor y Tonterías, que retoman el pulso a las canciones de pop sencillo, naif y divertido, con canciones tan joviales y encantadoras como, 'Tú y yo, un barco y el mar'. Charlo por teléfono con Felipe Spada, guitarrista y compositor del grupo.
El regreso musical de Los Fresones fue una muy buena noticia, volvían a la actividad discográfica unos referentes pop con un sonido totalmente reconocible, un sello inconfundible: jolgorio y divertimento elegante. “Dos de ellas ya estaban preparadas antes de la pandemia, pero el gran problema histórico que hemos tenido en este grupo es que nos costaba quedar para ensayar”, apunta Spada sobre la salida del Ep. “No hubo manera de quedar en el invierno del 2019 y perdimos un poco el interés, y en aquel momento no teníamos conciertos ni nada, quedamos un poco muertos. Y luego llegó la pandemia y ya fue el desastre total”.
Los Fresones estaban en un impasse, una hibernación de la que acabarían saliendo con un nuevo trabajo. “En invierno de 2021 parecía que la cosa iba a mejorar y dimos un concierto en Madrid, la cosa volvió a empeorar y nos quedamos muertos, prácticamente es como si hubiéramos estado separados otra vez. En el verano del 22 a mí me volvieron las ganas, y llamaron a Subterfuge de México pidiendo una gira nuestra. Y en Subterfuge nos dijeron que aquel single que se quedó por grabar, que lo grabáramos, teníamos un par de canciones más y por eso sacamos un Ep con cuatro canciones”
El Ep se me antoja corto, sin duda esta nueva formación tiene muchas cosas que decir, y con la historia que ya tiene el grupo, un elepé sería una buena continuación, a pesar de la inestabilidad que el grupo ha tenido durante toda su trayectoria. Una lástima, porque pocos han sabido sacar oro de esa manera a una música tan sencilla, pero también tan cautivadora, estoy seguro que muchos hemos cantando 'Al Amanecer' alguna vez.
“Posibilidades siempre hay, la culpa es mía que soy muy lento haciendo canciones, porque me pasa mucho que estoy haciendo algo y me doy cuenta que eso ya lo he hecho otras veces y mejor o se parece demasiado a tal”, señala. “No es con la facilidad con la que tenía en la primera época, pero aun así estamos en ello. Además ahora los otros tres miembros del grupo también componen. Si conseguimos hacer unas cuantas canciones de las que estemos contentos intentaremos ir a por el álbum, pero prefiero no decir nada para no gafarlo”.
El primer sello que se dio cuenta del enorme potencial, y cambio de paradigma que podían establecer Los Fresones fueron Spicnic; sin embargo, fue Subterfuge, una discográfica mítica (primero un fanzine) a la que le debemos casi la creación de parte de la escena indie nacional, la publicó su primer álbum. El sello madrileño no tardó en percatarse de la existencia de Los Fresones. “Todo esto empieza cuando Javier Liñán me ficha a mí como autor, incluso antes de Subterfuge, y además con un adelanto y todo, vamos, yo flipaba, yo había leído que estas cosas pasaban en otros lugares del mundo, lo de un adelanto”, comenta.
“Spicnic sí fueron los primeros evidentemente, y bravo por ello, pero Subterfuge también les gustaba mucho lo que hacíamos y primero se intentó hacer una edición conjunta del álbum. El presupuesto se escapaba un poco a las posibilidades de Spicnic, y entonces de mutuo acuerdo, dijeron pues no pasa nada, id con Subterfuge y de vez en cuando haced algún singles para nosotros. Llegamos a hacer otro single más para Spicnic, si no llegamos a hacer más es porque no dábamos abasto, no nos poníamos de acuerdo”
Una curiosidad, por lo extraño que resulta verlo en el videoclip, 'Al Amanecer', es la aparición del director brasileño de serie b, José Mojica Marins en una canción como esta. “Estaba en España no sé si por asistir a un festival de cine o algo y entonces el director (Manuel Romo), que era muy fan, y Carlos de Subterfuge, pues dijeron de integrarlo en el tema, a nosotros nos daba igual, no le conocíamos pero nos hizo gracia y ahí salió”, recuerda Spada.
El rodaje del videoclip, un clásico ya de nuestra música, fue más complicado de lo que parece. “Él iba con un manager muy serio y tal y estuvo a su rollo, no estuvimos charlando ni nada. Al final se consiguió un montaje donde todo iba fluido, pero fue un rodaje con muchos problemas porque las madres que estaba por ahí, no querían que nos subiéramos a las atracciones porque éramos mayores y estábamos con sus hijos poniéndoles en peligro, tuvimos que empezar a las ocho de la mañana, la actuación que hay en (la sala) Sol se hizo un día antes, entonces para el rodaje del video tocamos 'Al Amanecer' dos veces, luego algunos criticaron que la tocáramos dos veces. Tuvimos que levantarnos a las siete de la mañana, una mañana helada, estar allí todo el día, que es bastante cansado”
En el evento del 25 aniversario de Subterfuge en 2014, la banda se reunió para un concierto muy especial. El regreso de esta banda era algo muy esperado por la discográfica. “Subterfuge de vez en cuando ya nos decía que a ver si os reunís y tal, nosotros nos separamos por las diferencias personales y musicales habituales, pero pasado el tiempo retomamos la amistad, entonces personalmente no había ningún problema”, apunta.
Desgraciadamente, como le sucede a una inmensa mayoría de grupos españoles, uno de sus grandes obstáculos es la continuidad por las trabas que ofrece la vida no estrictamente profesional y dedicada exclusivamente al mundo de la música. “El problema que ha habido siempre es poder quedar para poder ensayar, porque cada uno tenía sus estudios, sus trabajos, vivían aquí y allá y costaba mucho quedar. Por fin para el 25 aniversario consiguieron convencernos, y nos juntamos solo para ese día, pero claro para hacer ese día algo digno tuvimos que desoxidarnos, quedar a ensayar mucho, solo podíamos quedar para ensayar los jueves a las 23 horas en un trastero del extrarradio, acabamos hechos polvo”. Y ese día sucedió algo más, Los Fresones Rebeldes se dieron cuenta de la impronta que habían dejado en España y también en países como México. “Llegó el día, hicimos el concierto e inmediatamente comenzaron a salirnos ofertas para tocar por toda España, y luego el descubrimiento que en México, sin saberlo nosotros, resulta que éramos grupo de culto, se enteraron en México e hicieron la primera oferta y en la primera semana de diciembre hicimos la primera gira mexicana”, rememora.
Llegar allí y de repente encontrarse con un público ávido de escuchar sus canciones en directo por primera vez, tuvo que algo irrepetible y emocionante. “Bestial. De no tener idea e ir y a salas más grandes que aquí y llenarlas, de repente venderse las entradas en seis horas. Estábamos muy alucionados. Los periodistas en México súper preparados, haciéndonos unas preguntas muy interesantes, fuera del historial típico que nos encontrábamos por aquí o lugares comunes. Los fans se las saben todas. Te comentan cosas de las letras con mucho cariño. Era otra dimensión”, me explica algo emocionado todavía.
Si esa gira fue un auténtico descubrimiento para el grupo, poder actuar en uno de los festivales más importantes de Latinoamérica, fue un broche de lujo para los catalanes. “A raíz de esto ya en diciembre nos quisieron para el Vive Latino del año siguiente, tocamos para ocho mil personas, fue impresionante. El interés en México volvió a juntarnos otra vez, la última semana de junio estuvimos por ahí, y ahora mismo ya nos habían ofrecido ir para semana santa pero nuestro bajista tiene que entrar en arquitectura y tiene que estudiar mucho”.
Una vez que Los Fresones se terminaron, Felipe montó otro grupo, Cola Jet Set, que seguía la onda del primero. Una suerte que ese sonido tuviera una segunda oportunidad. “En nuestro último concierto de nuestra primera era fue en Alburquerque (Badajoz), y ya sabíamos que era el último concierto porque ya habíamos decidido separarnos, algunos querían seguir, otros no, pero no continuamos. Este fue el último, no fue especialmente bueno porque estábamos muy tristes, terminaba una era”. Y ese día, que significaba el final de un grupo, comenzaban los primeros pasos para un segundo. “Al terminar ese concierto, fui a un amigo de Zaragoza (Aarón) que andaba por allí y le dije si quieres tocar el bajo, monto grupo nuevo y así empezó Cola Jet Set”
Cola Jet Set ahora mismo está en standby, un parón indefinido que quizás algún día se reactive, de todos modos, en México tocan algunos temas de la banda con Los Fresones. “Llegó un momento que habíamos sacado el tercer álbum, El fin del Mundo, que yo creo que es lo mejor que yo he hecho en mi vida, pero no nos cogieron en ningún festival, íbamos a tocar a salas y venían treinta o cuarenta personas y después de estar casi dos años intentando y viendo que no había interés dijimos, cuando nos vuelvan a llamar ya nos juntaremos y dejamos de ensayar, seguimos quedando para comer, somos súper amigos”
Hubo en aquellos años muchas bandas que tenían un perfil similar: Meteosat, La Monja Enana, La Pequeña Suiza y que fueron englobadas bajo el paraguas de 'tontipop', una etiqueta que a Felipe le gusta. “A mí sí, no puedo hablar por otras miembros ni por otros grupos que nos metieron en ese saco, a mí después de todas las anteriores, ésta me gustó”. El sábado día 4 regresa el mejor tontipop a Castellón.