Lucas Selezio de Souza habita "lo intangible" con su muestra individual 'Desplazamientos'

VALÈNCIA. La semana pasada la sala de exposiciones del Espai Jove VLC acogió la inauguración de Desplazamientos. Habitar lo intangible, muestra individual de Lucas Selezio de Souza. La exposición, concebida como una instalación site specific, trata de la búsqueda por un hogar como intrínseca a la condición humana. Con este proyecto la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de València apuesta por el arte emergente de los creadores vinculados a la ciudad y por temas latentes en el mundo contemporáneo. El proyecto ha sido comisariado por Natividad Navalón y Teresa Cháfer, catedráticas de la Universitat Politècnica de València (UPV). 

La muestra se inserta en la línea de investigación del artista brasileño en torno a los materiales de construcción y las fronteras entre la arquitectura, la moda y la escultura. En Desplazamientos. Habitar lo intangible, de Souza reflexiona en torno a la faceta nómada del ser humano a partir del concepto de desplazamiento: “Los desplazamientos provocan una reestructuración del mundo. Cruzar una frontera es, más que cambiar de paisaje, parte de la reconstrucción de un ‘yo’ amenazado por la intangibilidad del hogar’, reflexiona el artista.

De Souza interviene en tejidos vinculados al mundo de la construcción civil con técnicas propias de la moda y vestuario, dando cuenta de la relación intrínseca entre la ropa y la arquitectura establecida por Gottfried Semper. De ello surgen bolsas, sombreros y sandalias, piezas expuestas junto a un sinfín de objetos que acompañan al viajero en su exilio. La obra dialoga con la sala de exposiciones y la historia del barrio en el que se ubica, remontándose al antiguo camino de Algirós y al tránsito constante entre el Cabañal y el antiguo cauce del Turia. En este no-espacio el artista pone de manifiesto el conflicto vivido por el viajero que, transitando por el paisaje, habita un hogar efímero. “La historia de la humanidad está atravesada por los desplazamientos. El ser humano ha expandido su presencia y huellas motivado, en gran medida, por las hambrunas, la guerra y la intolerancia, pero también por esta pulsión interior por despojarse de lo tangible”.