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CRÍTICA DE CONCIERTO

Lujuria sonora para despedir la temporada

12/06/2022 - 

VALÈNCIA. Si un melómano, en España, quiere escuchar interpretaciones al nivel de las mejores orquestas del mundo tiene que cogerse el medio de transporte que entienda más oportuno y venirse a Valencia. Si los aficionados de medio mundo peregrinan a la Philarmonie, al Concertgebow o a la sala de la Musikverein. Los españoles tienen su referente musical en Les Arts. Si Madrid o Barcelona dispusieran de una orquesta como esta, que, además, es dirigida por batutas de primer nivel mundial, en este caso Sir Mark Elder, tendríamos aperturas de telediarios y dominicales a ocho páginas. No es un lamento, de hecho, me congratulo y me sigo pellizcando tantos años después de la apertura del teatro. Esperemos que Liebreich siga forjando con éxito el sonido de la Orquesta de Valencia para inaugurar por la puerta grande el “nuevo” Palau de la Música. Así habrá dos motivos para visitar la ciudad.

Foto: MIKEL PONCE

Stravinsky hacía lo que quería y por ello nos dejó una obra de una importancia capital en la historia e la música. Se le encargó una sinfonía para celebrar el centenario de la Sinfónica de Boston y entregó contra pronóstico una obra coral con orquesta y sin violines ni violas. "No es una sinfonía en la cual haya introducido Salmos para ser cantados. Al contrario, es el cantar de los Salmos lo que he sinfonizado" manifestó en su defensa. Una obra maestra, pequeña de hechuras en la que el compositor ruso muestra, una vez más, su absoluta libertad compositiva. 

En esta sinfonía de los Salmos, cuyos tres movimientos, tocados sin solución de continuidad, tienen una duración el doble que el precedente (3-6-9 minutos, salvo en la extraordinaria versión de Celibidache con la Filarmónica de Munich que los tiempos aumentan sensiblemente), predominó la belleza expresiva de conjunto. Excelente el Cor de la Generalitat que presumió de empaste y flexibilidad para pasar de las frases más recogidas y espirituales a los estallidos de gran intensidad en los clímax como en el segundo movimiento. En su línea de calidad, Bouwmann y Magdalena Martínez al oboe y la flauta respectivamente en la introducción de este Expectans expectavi, Dominum. Hipnótico fue el movimiento de alabanza que cierra la obra con ese ostinato acentuado por el timbal. Elder tal como indicaba el compositor equilibró en igualdad de armas al coro y al reducido conjunto orquestal para llevar a feliz puerto la obra.

Foto: MIKEL PONCE

Una Vida de héroe de sonido inaudito

La segunda parte del concierto estuvo ocupada por el monumental poema sinfónico straussiano “Vida de héroe” para el que se precisa, si se quiere llevar a buen puerto, una orquesta de enormes proporciones en cantidad de músicos y cualidades de estos, por el carácter virtuosístico de su orquestación. Fue la de este viernes una lectura absolutamente referencial en la que Elder extrajo de la OCV un sonido inaudito, de una germana densidad. No vale la pena compararse con las grandes formaciones centroeuropeas de tradición straussiana: la OCV es nuestra orquesta, pero sí que hay mencionar esta capacidad camaleónica, de esta formación, para plegarse a todo aquello que demandan quienes la dirigen y que afortunadamente son algunas de las mejores batutas de la actualidad. 

Si Elder en esta ocasión demandaba un sonido telúrico de una densidad casi física pero absolutamente controlado, sin estridencias a pesar de la intensidad, de esos que emergen mágicamente desde las mismas entrañas de la orquesta, los músicos de la OCV se lo van a dar. Brillaron todos los atriles solistas que en esta obra no cesan de interactuar, aunque en esta ocasión por encima de todos lo hizo el concertino macedonio Gjorgi Dimcevsky, en su comprometido y virtuoso cometido durante el pasaje sobre La compañera del héroe. Sensacionales todos los metales con unas trompas poderosas y empastadas, unas brillantes trompetas en el pasaje de La batalla del héroe, junto con una precisa y grotesca percusión en este intenso momento de la partitura. La cuerda fue el sustento, la argamasa del enorme y heroico edificio que levanta Strauss como si fuera sencillo, con fraseos y portamentos que llevan la música hasta el paroxismo.

Foto: MIKEL PONCE

Mark Elder entiende las obras como esta como un enorme fresco creado a baste de amplios campos de color. Si bien, a buen seguro, en los ensayos se centró en los detalles que emergían a docenas, por todas partes, su dirección es de amplias frases y cierta economía de medios, propia de esos maestros veteranos que conoce todos los rincones de las obras de repertorio. Elder se centra en la gran arquitectura de las obras, en obtener un sonido global. Merecieron unos y otro que la sala del auditorio, entusiasmado, los despidiera en pie. ¡Hasta después del verano!

Ficha técnica: 

Viernes 10 de junio de 2022

Auditori del Palau de Les Arts

Obras de Igor Stravinsky y Richard Strauss

Cor de la Generalitat

Orquesta de la Comunitat Valenciana

Mark Elder, director musical

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