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Madrid vota con Ayuso como favorita para gobernar tras una campaña de tensión ideológica

4/05/2021 - 

VALÈNCIA. (EP) La campaña para las elecciones madrileñas concluyó anoche y los madrileños votarán mañana con una clara favorita para gobernar según apuntan todas las encuestas, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, después de una campaña de gran tensión ideológica y pocas propuestas. El 4 de mayo se comprobará el resultado de la polarización entre Vox y Podemos, cuyos líderes han calentado los comicios desde la precampaña, mientras que el PSOE ha girado en mitad de la contienda desde la 'moderación' al antifascismo, con Mas Madrid en auge en los sondeos y Ciudadanos luchando por la supervivencia.

Los 'populares' admitieron desde el principio que la convocatoria electoral en Madrid era una 'operación de alto riesgo' y de hecho, tras el anuncio, tenían cierto temor de poder 'morir de éxito' porque la presidenta madrileña pudiera ganar pero no consiguiera juntar los 69 escaños de la mayoría absoluta.

Pero a lo largo de la campaña y en las sucesivas encuestas se ha ido dando por hecho que Ayuso ganaría las elecciones y que podría sumar con Vox para poder gobernar, incluso que solo podría necesitar la abstención de los de Abascal, aunque con la duda siempre de qué hará ese más o menos 20 por ciento de indecisos que reflejan los estudios sociológicos. Estos serán los que decidan si la balanza se inclina a la derecha o a la izquierda, ya que el Ejecutivo dependerá de la suma de los bloques y previsiblemente se decidirá por muy pocos escaños, como tradicionalmente ha ocurrido en Madrid, aunque Díaz Ayuso parte como favorita para gobernar.

También está por ver cómo influye el ritmo de vértigo que ha tenido esta contienda con la irrupción del vicepresidente del Gobierno al inicio, la llegada de las cartas amenazantes en mitad de la campaña y la publicacion en el tramo final de las detenciones de dos miembros del servicio de seguridad de Podemos, acusados de atacar a la Policía en el mitin de Vox en Vallecas.

Tras anunciar las elecciones, la presidenta madrileña se lanzó de inmediato con el lema 'socialismo o libertad', que con la entrada de Pablo Iglesias en liza se convirtió en 'comunismo o libertad', tratando de rentabilizar así el tirón que le ha proporcionado su gestión económica durante la pandemia, más permisiva que en otras CCAA tanto con el toque de queda como por dejar que la hostelería y los comercios no fundamentales permanecieran abiertos.

Ayuso tenía claro desde el principio que iba a confrontar con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, con quien lleva rivalizando desde el inicio de la pandemia y a quien ha culpado de aprovechar cualquier situación para "atacar" a Madrid desde el Gobierno. De hecho, el incremento de la presencia de Sánchez en actos y ruedas de prensa al inicio de la campaña, le dio mayor pié a la candidata 'popular' a plantear esta confrontación en clave nacional. "Sánchez o yo", ha llegado a decir.

Pero no era la única que movía ficha desde el primer momento, Vox decidió iniciar la precampaña con un mitin en Vallecas el 7 de abril, que la izquierda radical llamó a impedir provocando enfrentamientos con la policía y el inicio de una escalada de violencia verbal y acusaciones mutuas que ha durado toda la campaña. Solo dos días antes del cierre de se ha sabido que dos escoltas de Podemos formaban parte de los detenidos por estar entre los instigadores de unos hechos que ni Iglesias ni el PSOE han condenado.

Y mientras la presidenta madrileña orillaba al candidato socialista, centrando su rivalidad en Sánchez, Ángel Gabilondo presentaba su campaña, diseñada desde el Palacio de la Moncloa, presentándose como alguien "soso, serio y formal", en contraposición a la polarización que se estaba produciendo ya en el escenario político madrileño, tratando de llevarse así parte de los 630.000 votos que tuvo Ciudadanos en las anteriores autonómicas.

Un Gabilondo 'moderado' al inicio de la campaña negaba un posible pacto con el candidato de Podemos --"con este Iglesias, no"-- y prometía en materia de impuestos todo lo contrario de lo que llevó en su programa electoral de hace dos años. Sin embargo, se vio desmentido por la ministra de Hacienda y el propio presidente del Gobierno, que avaló la subida en 2022 de los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, que en Madrid están bonificados al 99 por ciento.

Giro del PSOE y despegue de Más Madrid

Pero la estrategia socialista cambió a partir del debate de los candidatos el 21 de abril en TeleMadrid, cuando el candidato del PSOE concluyó invitando a Iglesias a pactar: "Pablo, tenemos 12 días para ganar". Una frase que se interpretó como un giro a la izquierda del PSOE en busca del voto de su propia parroquia y ante la influencia que empezaba a tener ya la candidata de Más Madrid, Mónica García, captando voto socialista, según las encuestas.

De hecho, el riesgo que corren los socialistas en estos comicios es que los de Errejón se queden a pocos escaños del PSOE, como ya auguran algunos sondeos, y que la suma de Mas Madid y Unidas Podemos sea mayor que los apoyos de Gabilondo, lo que dibujaría una alternativa de izquierda distinta del PSOE y colocaría a este partido en una difícil situación.

Hasta ahí la campaña había transcurrido por la vía de la polarización iniciada con la irrupción de Iglesias como candidato y que se enconó con las agresiones a los candidatos de Vox en el mitin de Vallecas y el posterior revuelo causado por este partido con el cartel electoral contra los menas, que finalmente la justicia consideró "libertad de expresión".

Podemos busca una movilización récord de la izquierda 

Unidas Podemos llega a la jornada de reflexión de los comicios madrileños sin atender a los sondeos que mayoritariamente dan el triunfo a la derecha y convencidos de que la apuesta por su candidato, Pablo Iglesias, será el factor diferencial que provoque una movilización masiva del electorado de izquierda y otorgue la mayoría al bloque progresista.

No obstante, el prestigio del líder de Podemos quedará tocado si la derecha sigue gobernando en la comunidad de Madrid y en la pugna de las izquierdas su candidatura es derrotada ampliamente por la candidata del partido de Iñigo Errejón, según pronostican todos los sondeos.

La campaña que se cerró ayer pivotó sobre la máxima de que la apuesta de Iglesias por renunciar a la Vicepresidencia Segunda y poner en juego su bagaje político para dar la batalla a la derecha en Madrid es el revulsivo que se necesitaba en estos comicios, que adquieren tintes nacionales.

De un lado está en liza que la izquierda pueda trasladar su hegemonía estatal actual y derrocar a una de las dirigentes más críticas con el Gobierno central, la popular Isabel Díaz Ayuso.

Aunque también medirá la fuerza que aporta el 'efecto' Iglesias al 4M para abrir un ciclo electoral alcista anhelado en Unidas Podemos, tras encadenar un periodo descendente frenado en Cataluña. Y el nivel de apoyo que cosecha su gesto político, que implica el repliegue de su liderazgo en la confluencia, respecto Más Madrid en el espectro de la izquierda, formación que rechazó su propuesta de candidatura unitaria.

En una campaña marcada por las amenazas de muerte que recibió, así como por las informaciones de que dos miembros del servicio de seguridad de Podemos fueron detenidos tras los actos de violencia contra el mitin de Vox en Vallecas, Pablo Iglesias ha planteado estos comicios como una elección entre la "defensa de la democracia" o el "fascismo".

El 'leitmotiv' de Unidas Podemos ha sido movilizar al electorado de barrios del sur y periferia de Madrid como reacción a una posible alianza entre PP y Vox, núcleos que sitúa mayoritariamente en el espectro de izquierda pero con más tendencia a la abstención que los bastiones del conservadores.

Por tanto, todos los esfuerzos se han centrado en aumentar la participación en estas zonas para lograr el vuelco político con un discurso que alaba el "orgullo" y "dignidad" de la clase obrera frente a los "privilegios" a las rentas altas, la involución en derechos sociales y "recortes" en servicios públicos que achacan a la "desobediencia constitucional del PP .

 

Vox confía en resistir al efecto Ayuso

Vox llega este martes a las urnas con la esperanza de que sus votos sean imprescindibles para condicionar un nuevo gobierno de la 'popular' Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y después de haber logrado gran parte del protagonismo de la campaña electoral, envuelto en polémicas y el cordón sanitario que piden los partidos de izquierdas.

La formación inició la carrera electoral de este martes con una posición 'a priori' en desventaja respecto a Díaz Ayuso y el posible voto útil a favor de la candidata del PP. De hecho, el propio Santiago Abascal tomó las riendas de la campaña reconociendo que, pese a los buenos resultados obtenidos hace pocos meses en Cataluña, donde superaron ampliamente al PP y Ciudadanos, las encuestas no apuntaban buenos resultados en Madrid.

Sin embargo, pronto Vox ocupó un lugar central en el debate político, eligiendo Vallecas para la presentación de su candidatura en un acto que quedó eclipsado por las protestas, el lanzamiento de objetos y las cargas policiales.

Este episodio ha tenido la segunda parte en la recta final de la campaña con la detención de dos trabajadores de Podemos por agredir a agentes de la Policía Nacional en Vallecas. Este sábado, Abascal acusó al Gobierno de haber ocultado durante 15 días las detenciones de los dos escoltas de Pablo Iglesias mientras "organizaba un montaje balístico".

Con esta acusación, el líder de Vox volvió a poner en cuestión las amenazas en forma de cartas con balas recibidas por varios líderes políticos, fruto de otra de las polémicas en las que se ha visto inmerso el partido durante la campaña, que se llegó a su punto álgido con la decisión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de abandonar el debate de la Cadena Ser después de que la candidata de Vox, Rocío Monasterio, evitara solidarizarse con él.

Otro asunto que ha puesto el foco sobre Vox fue el de los menores extranjeros no acompañados a raíz de su cartel electoral colocado en el centro de Madrid denunciando el coste para mantener a un menor extranjero en la Comunidad de Madrid, frente al importe de las pensiones.

El mensaje fue tachado por el resto de partidos de xenófobo y de incitar al odio. De hecho, la Fiscalía pidió su retirada, aunque la jueza lo rechazó alegando que se requiere de "algo más para hablar de un hecho que merezca reproche penal".

Pese a las críticas, Vox insistió en este mensaje y ha basado una parte importante de su discurso en reivindicar seguridad para Madrid y denunciar la situación que a su juicio generan los centros de menores extranjeros o la 'okupación'.

Con todo ello, Vox ha ocupado un lugar preferente del debate político durante la campaña y ha conseguido alejarse de las primeras encuestas que incluso cuestionaban su entrada en la Asamblea de Madrid. Sin embargo, queda lejos de las aspiraciones de arrinconar al PP que construyó tras las elecciones catalanas.

De hecho, el propio Abascal ha repetido durante los últimos días que el resultado de su partido no es importante, sino que el objetivo último es sumar con el PP para evitar un gobierno de izquierdas en la comunidad.

Vox ha planteado estos comicios como un plebiscito sobre la continuidad o no de Pablo Iglesias en política, mientras ningunea al candidato del PSOE, Ángel Gabilondo. "El 4-M no son elecciones regionales, es una encrucijada para toda España. Nos jugamos el principio del fin del Gobierno de Pedro Sánchez y que el del moño (en referencia a Iglesias) se tenga que retirar de la política e ir a Cuba o Venezuela", dijo Abascal ya en la apertura de campaña.

Para lograr este objetivo, Vox ha centrado una parte importante de su campaña en municipios obreros de la periferia de Madrid y se ha recorrido todo el antiguo cinturón rojo de la comunidad, que ahora aspira a convertir en el "cinturón verde" con mensajes a sus vecinos sobre la seguridad, el fin del "despilfarro" político o los "peligros" del comunismo.

Abascal, compartiendo protagonismo con Monasterio durante toda la campaña, ha visitado Fuenlabrada, Parla, Valdemoro, Leganés o Getafe, entre otras muchas localidades. Y eligió Móstoles para el acto de apertura como símbolo del levantamiento de los madrileños contra la invasión napoleónica en 1808.

Además, este sábado el partido organizó junto a su sindicato, Solidaridad, manifestaciones alternativas a la tradicional marcha del 1º de mayo, llamando a los trabajadores a salir a la calle por "un salario digno", contra la "competencia desleal" y en rechazo al "atraco de Hacienda y la traición de los sindicatos tradicionales".

Para el cierre de campaña volvió a la plaza de Colón, ya icono para Vox por los numerosos mítines celebrados en ella durante las elecciones de los últimos años. Uno de los más multitudinarios fue el de cierre de campaña de las generales de abril de 2019, en las que sumó 24 diputados, un resultado que se percibió como modesto tras la movilización que había logrado en campaña y que logró ampliar hasta los 52 escaños en la repetición electoral de noviembre de ese año.

Ciudadanos lucha contra las encuestas

Ciudadanos ha llegado al final de la campaña de las elecciones de la Comunidad de Madrid con la esperanza de que no se cumplan los peores pronósticos de las encuestas, que auguran que se quedará sin representación parlamentaria en la Asamblea. Tras haberse hundido en Cataluña y haber perdido el poder en la Región de Murcia, la posible derrota de Cs en Madrid podría hacer que el partido liderado por Inés Arrrimadas estallase.

La formación naranja ha tenido que enfrentarse a unos comicios que no esperaba ni quería y que fueron convocados por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con el argumento de evitar una moción de censura, después de que Ciudadanos se aliara con el PSOE en Murcia para echar al PP de los gobiernos que compartían en la Región y en el Ayuntamiento de la ciudad.

Durante la campaña en Madrid, Arrimadas y el candidato a presidir la Comunidad, Edmundo Bal, han reiterado que el único lugar donde quisieron romper con el PP fue Murcia, por los casos de corrupción y el escándalo con las vacunas, y que nunca hubo intención de acabar con los gobiernos que comparten en Andalucía, Castilla y León, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.

Ciudadanos se ha visto en una posición complicada no solo por estos acontecimientos, sino también por la fuga de cargos que ha sufrido en los últimos meses, muchos de los cuales han acabado sumándose al PP, mientras Arrimadas seguía rechazando una fusión con este partido e insistía en defender la continuidad de la formación naranja como un proyecto autónomo.

¿Dónde votarán?

Los candidatos de PP, Ciudadanos, Vox y PSOE a la Presidencia de la Comunidad ejercerán su derecho a voto en las elecciones autonómicas de este martes en la capital, mientras que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, lo hará en Galapagar y Mónica García, cabeza de lista por Más Madrid, ya votó por correo.

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, votará en el distrito de Chamberí, mientras la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, lo hará en el de Chamartín, el socialista Ángel Gabilondo, en el de Ciudad Lineal, y el candidato 'naranja', en el de Fuencarral-El Pardo.

El más madrugador será el candidato de Ciudadanos, que acudirá a partir de las 9.30 horas al Centro cultural Alfredo Kraus, en el número 9 de la Glorieta Pradera de Vaquerizas, en el barrio de Mirasierra del distrito de Fuencarral-El Pardo.

Por su parte, la jefa del Ejecutivo madrileño acudirá a partir de las 10.00 horas a depositar su voto en el Colegio La Inmaculada Marillac, ubicado en el número 37 de la calle García de Paredes, en el barrio de Almagro de Chamberí.

Cerca de este emplazamiento votará también la candidata de Vox, que acudirá a partir de las 10.00 horas al Colegio San Agustín, en el número 18 de la calle Padre Damián, en el barrio de Hispanoamérica del distrito de Chamartín.

Por su parte, el candidato del PSOE ejercerá su derecho al sufragio a partir de las 11.30 horas en el Colegio Joaquín Turina, en el número 332 de la calle Arturo Soria 332, en el barrio de Costillares del distrito de Ciudad Lineal.

Más lejos, en Galapagar, el exvicepresidente del Gobierno y líder de Podemos acudirá a partir de las 09.00 horas al Colegio Público La Navata, en el número 8 de la calle Estanque, en el barrio de La Navata, a unos 3 kilómetros del casco urbano.

La candidata de Más Madrid, Mónica García, ha sido la única que ha optado por el voto por correo y lo hizo dentro de la campaña impulsada por el partido para animar a la participación en las elecciones. No obstante, la cabeza de lista de esta formación acompañará a votar a su padre al colegio Montserrat, en la calle Juan Esplandiú, 2 bis, en la zona de Retiro.

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