Los nueves de Malota y Bestiola: así son los carteles del 9 d’Octubre
Los nueves de Malota y Bestiola: así son los carteles del 9 d’Octubre
VALÈNCIA. Para aquellos interesados en el mundo de la ilustración el nombre de Mar Hernández ‘Malota’ no es nuevo. Para los más despistados, fue junto a Jordi Ferrándiz ‘Bestiola’ que creó el cartel del pasado 9 d’Octubre, una trilogía de nueves que les ha dado más de una alegría. Este era el primer proyecto que la pareja encaraba en común, un encargo al que ahora suma toda una exposición. Pero, cuidado: no están solos. La galería-librería Estudio 64 (C/Benicolet, 2) acogerá desde mañana sábado y hasta el 20 de diciembre la exposición Common People, una muestra de originales trabajados con la técnica del gouache en la que tan importante es lo que se ve como lo que se intuye. Y es que el juego tiene muy en cuenta al espectador, que se verá inmerso en una suerte de ‘Quién es quién’ mediante el que tendrá que adivinar las profesiones de los treinta retratados. ¿El premio? Uno de los originales de la propia muestra. No se andan con chiquitas.
El proyecto vivirá y terminará de una forma lúdica, como no podía ser de otra manera, pues nació del mismo modo. Fue a partir de los dibujos en el mantel de un restaurante que el binomio formado por Malota y Bestiola hizo ‘clic’, momento en el que dejaron de ser dos para sumar cinco, ocho, doce y hasta treinta personajes nuevos. Su primera exposición a cuatro manos se presenta como juguetona, un proyecto que nace para divertir sin tapujos. A un lado de Estudio 64 está Malota, jienense de nacimiento, aunque reside en València desde hace ya casi 20 años. Doctora Cum Laude en Bellas Artes, la creadora cuanta con una nómina de clientes entre los que incluye Wall Street Journal, Private, McCann Erikson Istanbul o Satchi & Satchi. Al otro encontramos a Bestiola, fundador y socio del estudio Örange bcn. Con más de 15 años de experiencia en el sector del diseño y del packaging, que en estos momentos está al frente de su proyecto Bestiola-Creative Thinking, habiendo sido reconocido recientemente con premios como el German Design Award o el Pentawards. Aunque queremos descubrir la identidad de alguno de los personajes, no sueltan prenda. Al aparato con Malota.
-¿Quién es esa ‘common people’ que representáis en los retratos de la exposición?
-Common people es un grupo heterogéneo de gente, mujeres, hombres, gente de diferentes clases sociales, de diferentes razas, gente corriente, podríamos ser tú o yo, todos somos Common people, todos somos gente común.
-¿De qué modo organizas con Bestiola el proyecto?¿Quién hace qué?
-Nos planteamos la exposición como un juego, queríamos pasarlo bien, aprender una vez más cómo sería la aventura de trabajar juntos, mano a mano. La idea de hacer una exposición conjunta fue de Estudio 64, barajamos muchos planteamientos y después de desechar algunas ideas pensamos que lo más divertido sería que ambos trabajásemos en todas las ilustraciones. Y fue así como comenzamos una especie de ping pong en el que uno de nosotros comenzaba una propuesta y luego el otro la acababa… otras veces los viajes de ida y vuelta eran más, las ilustraciones han ido pasando de unas manos a otras varias veces hasta que las hemos dado por terminadas. Es cierto que algunas ilustraciones son más mías y otras más suyas pero creo que es interesante el hecho de que los dos hayamos aportado cosas a todas las piezas que vamos a exponer. Algo que nos ha ayudado un poco a unificar las propuestas ha sido la técnica, decidimos trabajar originales con gouache.
-Tras el 9 d’Octubre y Common People… ¿es el tándem Malota-Bestiola algo a lo que tenemos que acostumbrarnos?¿vendrán más proyectos a cuatro manos?
-Jordi y yo somos pareja, el proyecto del 9 d’octubre fue nuestro primer trabajo como equipo y lo cierto es que nos complementamos bien. Tal vez vengan más proyectos juntos, no es algo que nos hayamos planteado como una meta, si surgen serán bien venidos y si no también, ambos tenemos nuestros estudios por separado y también funcionamos muy bien de este modo.
-Presentáis la exposición que como “lúdica”, ¿qué suma al proyecto la parte del juego?
-En mi opinión el juego debería ser el motor de todo aprendizaje. Esta exposición ha sido un juego en muchos aspectos y desde el primer momento, un juego de experimentación para Jordi y para mi y un juego también para el visitante que venga a verla porque lo que proponemos es que todos los visitantes que quieran participar jueguen a adivinar las profesiones de los personajes que hemos ilustrado de manera que el visitante que más acierte tendrá una recompensa: un original de la propia muestra. Nuestra intención con esta propuesta es que la gente mire las ilustraciones de otra manera, que se fije en los detalles, que les dedique un tiempo y piensen en las posibilidades, las propuestas a veces son ambiguas, no son demasiado evidentes. Me gusta la idea de que la gente sea incluso capaz de imaginar qué historia hay detrás de cada personaje… ¿por qué sujeta determinado objeto? ¿Por qué viste de ese modo?
-¿Cuál es el origen de Common People?
-No queríamos hacer una exposición con ilustraciones sin más, no nos gustaba el hecho de que fuera algo sencillamente estético, queríamos convertirla en un proyecto, trabajar con una idea. Pensamos que sería interesante proponer algo donde la gente lo pasara bien e interactuara de algún modo. El tema de las profesiones es un juego al que Jordi y yo ya habíamos jugado antes, a veces dibujamos en los manteles de papel cuando salimos a comer fuera e inventamos juegos para pasar el rato. Hace unos meses mientras comíamos en Casa Flor un sábado, mirando el mantel repleto de rostros de personajes se nos ocurrió jugar a adivinar las profesiones, nos reímos mucho, fue divertido, así es que pensamos que podría ser interesante plantear el juego a otra escala. El título de la puesta, Common People lo escogimos porque cuando miras los retratos son o parecen gente corriente. También es cierto que a los dos nos encanta Pulp.
-Como Doctora Cum Laude en Bellas Artes, ¿qué te aporta la ilustración que no lo hace otras disciplinas?
-La ilustración me permite contar cosas como no puedo hacerlo con otro tipo de lenguaje. Me gusta mucho dibujar, es evidente, pero conforme pasan los años, lo que más disfruto de mi profesión es generar las ideas, pensar en los planteamientos, ver la manera de contar, mediante la ilustración, aquello que quiero contar.
-Poco a poco la ilustración entra en el ámbito académico, ¿crees que hoy ya la miran de igual a igual?
-Es cierto, ahora la ilustración se estudia, cuando yo me licencié no había estudios de ilustración como tal, aunque en mi carrera de Bellas Artes aprendí gran parte de los conocimientos que pongo en práctica en mi labor como ilustradora. Ahora la gente estudia ilustración, estudian técnicas y planteamientos pero a veces se descuida la parte menos creativa y más árida de la profesión, la cuestiones legales, las cesiones de derechos, los contratos, el funcionamiento de la profesión, no el acto en si de ilustrar. Esos contenidos se deberían enseñar, es muy necesario para que la profesión se entienda, se respete y sobre todo tenga futuro.
-¿Debería València contar con un museo de la ilustración o una mayor apuesta desde el punto de vista expositivo?
-Tener un museo de la ilustración sería maravilloso, algo que disfruto mucho es tener la posibilidad de ver originales de otros autores, los libros son geniales y muchos están muy bien editados pero poder ver el trabajo de compañeros más de cerca siempre es muy estimulante. Se podrían programar conferencias, talleres... ¡no sé por qué no tenemos uno ya! [ríe].
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