VALÈNCIA. La ganadería valenciana cuenta ahora con más animales que hace una década, aunque la expansión del sector, que se aleja cada vez más del modelo de negocio familiar, se agrupa casi exclusivamente en torno a la industria porcina y en zonas muy localizadas de la geografía de la Comunitat. Esas son algunas de las conclusiones que se extraen del último censo agrario del Instituto Nacional de Estadística (INE), un conjunto de estadísticas que examina cada diez años la estructura del campo con el ánimo de ser de utilidad en la toma de decisiones políticas.
Así pues, el peso del ganado en territorio valenciano es ahora un 14 % mayor que en 2009, cuando se publicó censo anterior. Según el último informe del INE, que utiliza la unidad ganadera como medida estándar para homogeneizar a las distintas especies y edades de animales, en 2020 se contabilizaban en la Comunitat más de 630.000 unidades tras anotarse un crecimiento superior al de la media estatal. Este ritmo ascendente se refleja además en el mundo agrícola, donde la superficie total dedicada a cultivos y pastos permanentes también aumentó en el conjunto de la autonomía.
Sin embargo, el incremento en el número de animales no se ha traducido en un aumento de las granjas, sino todo lo contrario. La Comunitat Valenciana no alcanza hoy las 4.500 explotaciones ganaderas mientras que en la década anterior eran más de 6.500. Ello revela, tal y como confirma el INE, una tendencia hacia la especialización y también hacia la concentración de cada vez más ganado en menos manos, escenario que va ligado en mayor o menor medida a la gestión de estas explotaciones por parte de cada vez más personalidades jurídicas frente a las físicas.
De este modo, el tamaño medio de las granjas también ha crecido en la Comunitat Valenciana, con una media de 73 unidades ganaderas por explotación. Es un registro que se ubica por encima del estatal, pero que está todavía muy lejos del récord que marca Murcia, donde la concentración de animales es, con diferencia, la más elevada del país con 200 unidades ganaderas de media. La deriva de la ganadería es, así pues, un modelo más centralizado e industrial que encuentra sin embargo oposición en el sector familiar y también en el más ecologista.
“El apoyo desmesurado a las explotaciones industriales en detrimento de la ganadería extensiva ha agravado la situación del sector, que ha pasado de tener carácter familiar y de pequeña escala a concentrarse en unas pocas empresas multinacionales”, denunciaba hace unos meses a Valencia Plaza el miembro de la asociación Amics de la Terra, Andrés Muñoz. La entidad presentó a finales del año pasado un informe al respecto y pedía la eliminación de este tipo de plantas ganaderas. Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, respecto a la situación de Castilla y León, advirtió asimismo de que tras el nuevo censo del INE se constataba que el “fantasma” de la desaparición de la agricultura social y familiar “ha aparecido con más fuerza que nunca”.
En el caso valenciano, este escenario se da principalmente en el sector porcino, que en términos de unidades ganaderas representa más del 57 % de la industria local. En la última década, ha crecido por encima del 30 %, mientras que el número de explotaciones ha caído en cambio cerca de un 8 %. A nivel estatal, y según datos de Interporc, una de las organizaciones de porcino más relevantes por nivel producción, este segmento cerró 2021 con una facturación récord de 18.500 millones de euros, confirmando así su tendencia al alza. En la Comunitat Valenciana, la ganadería caprina ha mostrado otro incremento en la última década de más del 25 %, aunque es menos relevante ya que esta especie solo supone el 1 % de las reses valencianas.
En cuanto al resto de tipos de ganado, se muestra un importante retroceso del ovino tanto en explotaciones como en unidades ganaderas. También se pierden animales en el subsector bovino y en el de las aves de corral, que pasa de contar con 1.465 granjas a 604. Aun así, el tipo de explotación que pierde más granjas es el del conejo, para el que quedan 151 plantas. En total, y mientras que el número de animales crece en la Comunitat Valenciana impulsado casi exclusivamente por la industria porcina, las granjas se desploman sin excepción más de un 30 %.
Por otro lado, esa tendencia a la concentración del ganado provoca también que muchas comarcas valencianas se vacíen mientras otras ganan cada vez más peso. Ocurre así en algunas de las comarcas agrarias de la provincia de Valencia, como la Huerta de Valencia y la Costera, según la distribución geográfica del Ministerio de Agricultura. Mientras, en comarcas como Requena-Utiel o el Valle de Ayora y en casi la totalidad de la provincia de Castellón a excepción de la Plana, las unidades ganaderas son ahora más que hace una década.
Esta última provincia, de hecho, concentra más de la mitad del ganado valenciano, así como un 57,5 % de la industria porcina autonómica. En este sentido, la comarca agraria del Bajo Maestrazgo es la que presenta más actividad, una realidad que se refleja especialmente en les Coves de Vinromà. Allí, donde el número de vecinos no alcanza los 1.800, se cuenta en cambio con más de 25.000 unidades ganaderas según los datos del INE. También son relevantes en este sentido las poblaciones animales de Traiguera y la Salzadella, que desde la misma comarca suman entre ambas más de 27.700 unidades de ganado.
No obstante, el municipio que cuenta con más ganado no está en Castellón, sino en la provincia de Valencia. En concreto, en Utiel hay registradas más de 34.300 unidades, lo que revela a esta comarca como el otro gran polo de atracción ganadero en la Comunitat Valenciana. De hecho, localidades cercanas como Sinarcas o Fuenterrobles están también entre las que más animales aportan al sector valenciano.
Por último, en la provincia de Alicante, donde la presencia ganadera es menor si se compara con las otras dos, municipios del sur como Orihuela y Crevillent cuentan con varios miles de unidades ganaderas, a la vez que la comarca agraria del Vinalopó, con localidades como Villena, también tienen peso y han mostrado una evolución favorable en la última década.