VALÈNCIA. Cuatro de cada diez habitantes de València desempeñan un trabajo que demanda un alto nivel de formación y habilidades o son incluso directivos, mientras que en torno a un 11% están ocupados en empleos que requieren de competencias básicas. Entre medias, un 42% de los vecinos de la ciudad tiene un puesto que necesita de algunas habilidades técnicas, pero sin alcanzar los grados de complejidad más elevados.
No obstante, y más allá de las cifras generales, los porcentajes de personas con empleos de nivel alto crecen hasta abarcar a dos tercios de los vecinos en los distritos más céntricos de la ciudad y en algunas zonas periféricas de desarrollo reciente, que evidencian también adónde se desplazan los nuevos hogares de alto poder adquisitivo. Del mismo modo, es más probable que quienes tienen un trabajo de baja cualificación residan en distritos como Rascanya o l’Olivereta, dos áreas en las que se llega a superar, en algunos puntos, el 30% de los habitantes en esta situación laboral.
Así se desprende de las variables laborales que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha añadido recientemente a su censo de población de 2022, y que a nivel inframunicipal clasifican a la población ocupada en tres grandes categorías laborales: directivos y profesionales de nivel medio o alto, como aquellas personas que desempeñan puestos de dirección además de los sanitarios, docentes, magistrados y demás personal especializado; trabajadores cualificados y operarios, donde figuran los profesionales de la restauración, los vendedores o los empleados de industrias como la manufacturera; y las ocupaciones elementales, que agrupan a trabajadores domésticos y de la limpieza, ordenanzas, peones o repartidores.
En este sentido, no es de extrañar que los distritos que presentan la mayor proporción de vecinos que trabajan como profesionales de alta cualificación o que incluso tienen puestos directivos sean el Pla del Real, l’Eixample y Ciutat Vella. En el primero de ellos, al que pertenecen los barrios de Exposició, Jaume Roig, Mestalla y Ciutat Universitaria, un 66% de los residentes poseen este tipo de ocupaciones, pero ese porcentaje escala hasta las cotas máximas de toda València entre las calles del Botánico Cavanilles y Jaume Roig, donde ocho de cada diez vecinos están en la categoría de directivos y profesionales de nivel alto y medio.
Es en esa misma manzana donde, además, se encuentran algunos de los alquileres más exclusivos de la ciudad y, al mismo tiempo, varios de los porcentajes más elevados de vecinos con niveles de estudios superiores. Una realidad que arroja una relación clara entre los niveles de formación, empleo y poder adquisitivo de la ciudadanía, y que demuestra cómo todo ello termina por influir con fuerza su lugar de residencia.
De igual manera, en muchos puntos del barrio de el Pla del Remei, en el distrito de l’Eixample, más de un 70% de los residentes tiene un empleo de alta cualificación. Ocurre así entre las calles de Conde Salvatierra y Grabador Esteve, donde un 74% de los vecinos ocupados posee este tipo de trabajo y tan solo un 1% se dedica a una ocupación de nivel elemental. Por su parte, en Ciutat Vella esta realidad es mucho más evidente en los barrios de la Xerea y Sant Francesc, en las que se encuentran vías como la calle de la Paz o Colón, que en el Pilar, el Mercat o el Carme, situadas más hacia el oeste y donde es más frecuente que ese porcentaje se sitúe por debajo del 50%.
Pero más allá de las zonas más céntricas de València, existen otras que se encuentran más alejadas del casco antiguo que presentan igualmente porcentajes vecinos empleados en trabajos de alta cualificación. Es el caso, por ejemplo, del barrio de Sant Pau, en Campanar, donde en distintos puntos, como en algunas manzanas comprendidas entre las avenidas Maestro Rodrigo y Cortes Valencianas, donde se alcanza hasta el 65% de trabajadores en esta situación. Además, y como sucede con el precio del alquiler, esta es también una zona de altos contrastes, ya que a pocos minutos andando, en diversas calles de Benicalap, los porcentajes de vecinos que ostentan cargos directivos o son profesionales de nivel alto o medio caen incluso por debajo del 20%.
Justo al otro lado de la ciudad, en el distrito de Quatre Carreres, sucede algo similar. En el barrio de Penya-roja, y más concretamente entre las avenidas de las Islas Baleares y de Francia, la población ocupada en trabajos de nivel alto alcanza el 65%, mientras que justo al otro lado de la primera vía, ya en la Creu del Grau (Camins al Grau) el porcentaje se sitúa de forma recurrente entre el 25% y el 31%. A la vez, y en el límite derecho de Penya-roja que marca la calle de Ibiza, se observa un escenario idéntico. A un lado de esta vía, más del 65% de los residentes ocupados desempeña un trabajo de alto nivel, pero al otro, que marca el comienzo del distrito de Poblats Marítims, es solo el 27%.
En este último distrito, de hecho, el porcentaje de población empleada en ocupaciones elementales crece de media hasta el 12,5%, y supera el 20% en algunas de sus calles, como en el barrio de Natzaret, donde en vías como Fontilles y Mossén Monzó se supera el 27,5%. Aun así, algunos de las proporciones más elevadas de personas ocupadas en empleos que requieren solo de conocimientos o habilidades básicos se hallan en el norte de la ciudad, y más concretamente en Rascanya. Allí incluso se llega, en manzanas como las delimitadas por las calles de Aroca Rusiñol y San juan de la Peña, a un 45% de los trabajadores en ocupaciones elementales.
Esta realidad demuestra, así pues, que las personas con empleos que requieren de una menor cualificación o de habilidades menos especializadas habitan sobre todo las zonas que están a las afueras de la ciudad, como se observa también en Jesús o l’Olivereta, el distrito donde se ubican las calles don mayor porcentaje de trabajadores en empleos elementales. Es el caso del grupo de viviendas que se encuentran entre las calles Jurats y Miguel Paredes, de un lado, y José Maestre y Jumilla, del otro. En ese punto de València, casi la mitad de quienes trabajan tienen un empleo de este tipo, mientras que tan solo un 5,8% desempeña un puesto que requiere de altos niveles de formación y habilidades.