En plena Sierra de Espadán te esperan la máxima desconexión en un proyecto admirable
Será nacional o no será. Este extrañísimo 2020 nos sigue teniendo en vilo. Pero una vez levantadas las restricciones, queremos volver a viajar, a tener nada más que el cielo sobre nosotros, a sentir el viento en la cara. El verano de 2020 no será un verano de grandes viajes, ni de culturas exóticas. Será el año en el que descubramos que lo mejor, lo teníamos muy cerca.
Y en esa búsqueda del descanso y la conexión con la naturaleza, hemos encontrado Mar de Fulles, el primer hotel autosuficiente de Europa, emplazado en plena Sierra de Espadán, que acaba de cumplir 4 años abierto.
Pero, ¿cómo ha llegado un hotel como este a la sierra castellonense? Mar de Fulles es el proyecto de una pareja amante de la naturaleza, Juanma y Majo, que un buen día se propusieron que la cosas podían hacerse mejor. Empezaron trabajando en Greenpeace en València y desde allí llamaban a concienciar a todos sobre la importancia de cuidar el medioambiente. Pero aquello se quedaba corto. “Queríamos crear un espacio para todo tipo de personas, un lugar que con cosas muy sutiles y viéndolas de primera mano, consiguiera hacer mella en la conciencia de cada uno”, apunta Juanma Urbán, propietario e ideólogo y continúa, “no nos vale con que alguien que llegue aquí se quede con que el hotel es bonito o que se come bien, queremos que entiendan que, por ejemplo, el sabor de los platos se consigue gracias a los productos de temporada y cercanía o que si se se duerme fresquito, incluso en verano, es por el tipo de construcción que hemos utilizado. Mar de Fulles no es un edificio, no es un plato de arroz, es un proyecto que trasciende”.
Pero no fue un dicho y hecho, porque lo que hoy es Mar de Fulles, tardó la friolera de 11 años en fraguarse. Solo en encontrar este impresionante paraje en mitad de la Sierra de Espadán, les costó muchos kilómetros, a los que siguieron años de ir comprando los terrenos, trabajar con la normativa y por fin, buscar la financiación para levantar el hotel.
Partiendo con apenas 6000 euros, consiguieron convertir esta debilidad en fortaleza, con el apoyo de la banca ética y más de 300 inversores. Pero aquí se planteaba otro dilema. ¿Podían construir un edificio sostenible con un bajo presupuesto? “Si lo ecológico es caro, no funciona.” De esta forma y con mucho ingenio, edificaron el primer hotel autosuficiente de Europa, hecho que avala el Premio Citizenergy del Parlamento Europeo al mejor proyecto sostenible 2016.
Solo antes de levantar el proyecto, ya plantaron 40.000 alcornoques para reforestar la zona, dañada por un incendio. Y esto arrancó como una de sus declaraciones de intenciones. “Generamos más oxígeno que C02”. Mar de Fulles, ha conseguido que su huella de C02 sea negativa. De cada huésped que acogen o viene a comer, calculan el consumo y lo compensan, lo que ha llevado a que, en estos cuatro años de vida, hayan plantado más de 80.000 árboles.
¿Y la construcción? En base a criterios sostenibles y bioclimáticos. Solo utilizaron materiales como la termoarcilla, cal, madera y cristal. Ni un solo plástico. La energía en Mar de Fulles proviene del sol. Mediante una instalación fotovoltaica en la cubierta de las habitaciones, generan toda la energía que necesitan y la adaptan a sus propios consumos. Todo ello integrado en el propio paisaje de la sierra. Cuando te alejas un poco del hotel, no ves más que naturaleza a tu alrededor.
Para ello cuentan con 10 habitaciones, que pueden adaptarse al uso individual, doble o triple y 5 habitaciones de albergue, con las mismas calidades, para grupos de hasta 8 personas. Todas ellas con una terraza o balcón con vistas a la sierra. A la hora de dormir, todo lo que se oye es el bosque. Búhos, corzos correteando... No hay WIFI, más que en las zonas comunes y no hay apenas cobertura en toda la propiedad. A Mar de Fulles se va a desconectar del mundo y a conectar con la naturaleza.
Otro plus es su piscina. Siguiendo los principios ecosostenibles del hotel, la mantienen con sal en vez de cloro y tiene ese poder de que, en cuanto te sumerges, el edificio desaparece y ante ti solo está la majestuosidad de las montañas del Parque Natural.
Además, la idea es conectar con el lugar. Puedes pasear por el bosque y encontrar el 'árbol mágico', practicar yoga en su yurta, realizar catas con productos de la zona, apuntarte a una experiencia de apicultura, plantar árboles o planificar excursiones en bicicleta por la Vía Verde de los Ojos Negros.
Un proyecto tan admirable, no podía sino completarse con una oferta gastronómica a la altura. La cocina de Mar de Fulles sabe al entorno. Trabajan con producto de temporada y ecológico y mano a mano con proveedores locales. Muchos de los ingredientes de sus platos, sale directamente de su propia huerta, estratégicamente colocada junto a los grandes ventanales del restaurante, para que sea aprecie que aquí todo es transparente.
El arroz, muy presente en Mar de Fulles, es de Molino Roca, recogido en L'Albufera y secado en la propia Sierra de Espadán y lo cocinan en diferentes versiones según la temporada. El cordero viene de Viver y lo sirven a baja temperatura con un puré de calabaza y microgerminados. Los quesos son de la quesería artesana Los Corrales en Almedíjar, la miel de sus colmenas... Todo ello lo ensambla a las mil maravillas Javi Lloria, su flamante nuevo jefe de cocina, que ha trabajado en Nueva York, Madrid y València y que ahora ejerce aquí feliz entre los productos de la huerta y las montañas de la sierra.
Embotellan agua de su propio pozo, ubicado en la sierra. Con la cervecería Badúm de Peñíscola, han creado su propia cerveza artesana, que solo puede consumirse en Mar de Fulles. ¿Y los vinos? Ecológicos y embotellados por Bodegas Vegalfaro en exclusiva para ellos.
Polígono 5, Parcela 69, 12609 Alfondeguilla, Castellón
+34 964 090 965