VALÈNCIA. En la mayor parte de los documentales, sobre todo los dedicados a personas que han fallecido, se buscan voces cercanas o autorizadas que puedan dar una visión lo más poliédrica posible del objeto de estudio. Sin embargo, Tom Volf eligió un mecanismo totalmente diferente para acercarse a la figura de la gran diva de la ópera María Callas en su primera película. ¿Y si fuera ella la que nos contara su historia? Por eso comenzó a documentarse y a recopilar todo el material necesario para que, en efecto, fuera la propia cantante la que articulara la narración a través de las imágenes de archivo. Dedicó más de cinco años a buscar entrevistas de todo tipo, cartas (leídas en la película por Fanny Ardant, que dio vida a la cantante en la película de Franco Zeffirelli, Callas Forever), declaraciones públicas o privadas en las que prevaleciera la primera persona para poder acceder a la mujer que siempre había estado escondida detrás del icono.
El resultado es Maria by Callas, una obra en la que resulta igual de importante aquello que se dice como todo lo que se calla. Una película en la que las verdaderas revelaciones se encuentran en las zonas de sombra, en todas las aristas que no se muestran de manera explícita pero que se intuyen dentro de todo el discurso que ofrece la artista cuando quiere justificarse o sortear una información incómoda. ¿Podemos llegar a conocer de verdad a la Callas?
“Hay dos personas dentro de mí. Me gustaría ser Maria; pero también está la Callas, de quien debo estar a la altura. Así que lidio con ambas como buenamente puedo”, dice la soprano al principio del filme. Y es que la identidad es uno de los temas fundamentales que articulan este documental. ¿Quién era en realidad Maria Callas? ¿No fue al fin y al cabo víctima de sí misma, de su éxito y de un universo en el que terminó quedando atrapada? ¿O todo formaba parte del personaje que se había construido?
Volf va componiendo el documental más o menos de manera cronológica desde su infancia como hija de un matrimonio de emigrantes griegos que desde pequeña le inculcaron una rígida disciplina que terminaría marcándola para siempre, hasta su declive alejada de los escenarios y víctima de depresión y ansiedad. Por el camino, nos iremos encontrando con los grandes momentos vitales de la artista. Pero, aunque conozcamos su biografía, aquí esos acontecimientos los veremos reflejados desde una óptica menos sensacionalista y más proclive a la reflexión confidencial.
Así, por ejemplo, viviremos de primera mano sus grandes hitos en el terreno profesional y nos moveremos con tiento en su esfera personal. Aunque, de alguna manera, pronto nos daremos cuenta de que ambas se encuentran íntimamente relacionadas.
Su encumbramiento como soprano, su primer matrimonio, su separación, la mítica cancelación de 'Norma' en el Teatro de la Ópera de Roma en 1958 por culpa de una supuesta afonía, sus posteriores enfrentamientos con la prensa, su relación primero de amistad y después de amor con Onassis que la situó en el punto de mira de los paparazzi, o la especial vinculación que tuvo con Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de Medea (1969).
Volf inserta dentro de la narración algunas de las míticas actuaciones de la artista procedentes de imágenes de archivo. Y si se miran en el contexto explícito en el que tuvieron lugar, adquieren un sentido totalmente revelador. Es el caso de su interpretación de 'Carmen' de Bizet en el Covent Garden en 1962, cuando se encontraba en su mejor momento sentimental y la cantante exudaba una felicidad serena que lograba transmitir en cada nota.
Puede que muchos se muestren decepcionados porque la película esquiva cualquier tentación de cotilleo innecesario. No hay detalles morbosos ni escabrosos, aunque sí la sensación de que bajo ese aparente autocontrol que exhibía, había una mujer mucho más frágil de lo que pudiera parecer, llena de inseguridades y dudas que terminarán por adueñarse de ella al final de su carrera.
Lo que sí consigue este documental es que cada una de las imágenes que lo componen se encuentren impregnadas con la rotunda personalidad de la artista. Maria Callas lo llena todo, como si fuera una figura totémica que arrastra con el poder de seducción de su mirada. En ese sentido hay varias entrevistas dentro del metraje de una enorme fuerza y potencia expresivas. En algunas la diva se confiesa y nos muestra su parte vulnerable. En otras, sabemos que nos oculta información. Y también hay declaraciones incendiarias que demuestran su naturaleza contradictoria y dependiente, como cuando habla de que las mujeres no son nadie si no tienen a un hombre al lado y no saben hacerlo feliz. Pero más allá de juzgarla por sus palabras, Volf intenta entender a esa mujer que tras sus aires de grandeza escondía una enorme vulnerabilidad y una irremediable necesidad de sentirse querida y que, al fin y al cabo, terminó siendo víctima de sí misma.