María José Mora: "Haremos menos producciones para poder atenderlas mejor"

VALÈNCIA. Aunque este miércoles será la inauguración oficial de su nueva edición, con Mount Ventoux del colectivo Kor'sia en el Teatre Principal, Dansa València lleva días salpicando la ciudad con distintas propuestas que quieren poner la danza en el centro de la agenda cultural. Esta es, con todo, una edición especial. Hace tres años que la bailarina, coreógrafa y gestora cultural María José Mora asumió la dirección del festival, un cargo al que ahora suma el de directora adjunta de artes escénicas del Institut Valencià de Cultura (IVC). Fue hace algunas semanas cuando se completó la renovación del segundo escalón del IVC, con los nombramientos de sus tres nuevos directores adjuntos, un movimiento que, en principio, no cambiará la cara del festival, pues Mora seguirá asumiendo su dirección.

Su 'fichaje' como adjunta se entiende más como un ascenso, pues no es una desconocida en unos despachos del IVC en los que lleva años trabajando. Ahora ampliará su campo de acción al resto de proyectos vinculados al área de artes escénicas, de la que dependen salas como el Teatre Rialto y Teatre Principal, festivales como Sagunt a Escena o espacios de creación como LaGranja. Todo eso está encima de la mesa -y en el proyecto con el que accedió a la plaza-, una mesa con muchos asuntos por desgranar, aunque en estos días está copada por folletos y carteles en los que se puede leer 'Dulce rugir', lema de la 37ª edición de Dansa València. 

- Dansa València ha dado el pistoletazo de salida este fin de semana con el ciclo Moviments Urbans y, precisamente, en su proyecto como director adjunta propone la creación de un escenario “efímero” que lleve mensualmente actuaciones a la calle. No sé si este ciclo ha servido como 'piloto'...
- Moviments Urbans es un ciclo que nos da muchas alegrías porque presenta propuestas artísticas en espacios no convencionales, transforma un espacio cotidiano con la poética de la danza. Dejarse sorprender por el arte en mitad de la calle tiene muchas consecuencias positivas en el público. Todos esos beneficios que estamos viendo con Moviments Urbans podrían ser extrapolables a cualquier disciplina, sobre todo a esas disciplinas que nacen para ser mostradas en espacios urbanos no convencionales o patrimoniales. 

"Dansa València ha vuelto a recuperar el espíritu de lo que fue en su creación"

-Después de tres años al frente del festival, ¿qué balance hace?
- Muy positivo. Hemos conseguido algunos de los objetivos principales que nos marcamos cuando entré a la dirección, situar el festival como el espacio de la danza de relevancia en España y ampliar la presencia internacional. El apoyo a la creación local es otro de los retos del festival, no solo en la exhibición, sino creando vínculos con otras estructuras culturales para dar soporte a los procesos. También hemos apostado por la descentralización, la expansión del festival temporal y geográficamente, con actividades y acciones durante todo el año, que son las que dan sentido luego al mercado de la danza. El festival ha vuelto a recuperar el espíritu de lo que fue Dansa València en su creación, en 1988. Ha vuelto a ser ese lugar donde encontrarse, hacer networking y coger el pulso de la creación contemporánea española.

-¿Cuál es el reto ahora? 
- Seguir consolidándonos como plataforma de la danza contemporánea española, poder generar más vínculos con territorios fuera de España. También apoyar más la circulación de las compañías fuera de España, para lo que también está ese reto de conseguir sumar más aliados, que ya tenemos bastantes, con comunidades autónomas como Andalucía o Navarra o instituciones como Acción Cultural Española.

-¿Qué necesita Dansa València para ser la plataforma de danza nacional que ambiciona ser?
- Lo que necesita para terminar de configurarse, porque ya está configurada como plataforma, es una mayor presencia en el área internacional a lo largo del año y aumentar esas alianzas, trabajando en la creación contemporánea a lo largo del año, no de forma puntual. Hace falta que los programas se puedan mantener. Por ejemplo, que el programa de mentorías internacionales que tenemos con Fundación SGAE se pueda extender.

-En distintas ocasiones ha hablado de la necesidad de una mayor colaboración del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), ¿cómo está esa relación?
- Con el INAEM continuamos con las conversaciones. Sabéis que ha entrado un nuevo equipo ahora. Estamos esperando a tener esa reunión en la que podamos explicarles el proyecto, que ya conocen, y a ver de qué manera podemos entrar en una negociación. Nosotros, en todo caso, tenemos estructura muy consolidada. Además, hay un aspecto importante, que es que ya se nos considera plataforma de la danza contemporánea española porque ya tenemos la respuesta de los agentes culturales, de instituciones, de organismos, etc. 

-¿Teme que las visibles tiranteces entre el conseller, Vicente Barrera, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, dificulte encontrar apoyos en Madrid? 
- De esas relaciones tendrán que hablar las personas que las están llevando a cabo o que las tienen.

- El mismo día en que se aprobó su nombramiento como directora adjunta del IVC presentaba la nueva programación de Dansa València, ¿cómo está siendo la transición?
- Está siendo un tiempo intenso. La suerte es que el festival ya estaba totalmente configurado a nivel artístico. Quedaban algunas pinceladas de producción y las tareas propias de estos días previos al festival. Esto ha jugado a nuestro favor. También tenemos un equipo de Dansa València que funciona y que da respuesta a las cuestiones que van apareciendo.

"mi propuesta es continuar con la dirección de Dansa València para terminar de asentar el proyecto"

-En esa presentación se concretó que compaginaría la dirección adjunta con la del festival, aunque a la espera de analizar distintos modelos de gestión, ¿cuál cree que es el modelo de dirección idóneo?
- La respuesta es prácticamente la que dimos en ese día, se van a estudiar fórmulas. Está claro que mi propuesta es continuar con la dirección de Dansa València para terminar de asentar el proyecto. Entiendo el proyecto dentro del IVC, como siempre lo he entendido, como directora del festival también. Y creo que estratégicamente juega a favor del proyecto global.

-Otro de los festivales del IVC que está en una situación similar por lo que respecta a la gestión es Sagunt a Escena, que gestiona pro21 con un año de contrato por delante. Para este festival, ¿qué opción sería la más adecuada?
-Vamos a esperar a que se complete el contrato tanto de Sagunt a Escena como de La Granja. A partir de ahí podemos hablar de las opciones que se pueden platear para el festival y el espacio. Este es un tiempo para ir estudiando y no precipitarnos. 

-En el caso de asumir internamente las direcciones, ¿tiene el IVC capacidad como equipo?
-El IVC ya asume esas estructuras. Desde la dirección de Dansa València se trabaja con el equipo de IVC. También la producción de Sagunt a Escena. Por su puesto, siempre se hacen falta algunos servicios puntuales, pero el equipo del IVC está sobradamente preparado para llevarlo a cabo porque ya lo está haciendo.

-Desde el punto de vista artístico, el perfil de Sagunt a Escena ha ido mutando en los últimos años, ¿qué espacio debe ocupar dentro de la red de programación del IVC?
- Los proyectos artísticos evolucionan, los proyectos tienen esa evolución artística y también el comportamiento de la sociedad se va modificando. En Sagunt a Escena importa mucho su propio contexto, que es un contexto de verano en un municipio de costa... Todas esto configura el propio evento, así como las  relaciones que se hacen desde el festival. Yo considero que debemos seguir marcando Sagunt a Escena como ese espacio de ocio cultural de verano, con producciones que sean adecuadas al contexto patrimonial y ese programa Off para hacer accesible la cultura. 

- Ha usado una palabra, 'ocio', de la que habitualmente los gestores culturales parece que rehuyen... 
-La cultura tiene muchas vertientes y, además de la más experiencia artística más reflexiva, también está esa parte de ocio cultural que es muy importante. Creo que debemos perder el miedo a determinadas palabras. Por ejemplo, en Dansa València hablo de mercado, hablo de networking y hablo de producciones que tienen que encontrar una salida dentro de un circuito de venta, por supuesto respetando la investigación, que debe tener su cabida. Pero no debemos tener miedo a esas palabras, son necesarias dentro de un sistema social y de mercado.

- Recientemente se publicó un informe de la Fundación AISGE que dice que un 86% de los artistas de la Comunitat Valenciana ingresan menos de 6.000 euros al año. Parece, por estos datos, que la realidad laboral sigue siendo complicada.
-Muy complicada. La danza es una disciplina que está en resistencia y en supervivencia. Lo importante desde la administración pública es que creemos los espacios oportunos para cada situación, proceso o momento de la carrera de un profesional. Por un lado tenemos ese mercado en el que estamos poniendo mucho énfasis, porque Dansa València nació como mercado de la danza. Fue el primer evento a nivel nacional de la danza que invitaba programadores nacionales e internacionales. Esto se perdió y lo hemos recuperado. Al mismo tiempo hemos puesto el foco en los procesos de creación, dando oportunidad de residencias técnicas, de creación e investigación, y activando la circulación en la Comunitat. Esa es la virtud de este festival, el tener un pie en cada una de las partes. 

"La danza es una disciplina que está en resistencia y en supervivencia"

-Un asunto importante de su proyecto como directora adjunta del IVC es que plantea reducir “de una manera consciente” la producción propia, ¿por qué?
-El mercado está lleno de producciones que no puede absorber. Hemos de trabajar de manera sostenible con los recursos humanos y económicos que invertimos en la realización de nuestras actividades, y la producción es una de ellas. Hablo de realizar menos producciones pero de poder atenderlas de una mejor manera y poder conectarlas al mercado. La idea es trabajar desde los cuidados, más que desde una producción rápida.

 - Con respecto a la programación del Principal y el Rialto, ¿hasta cuándo llegan los compromisos adquiridos por Roberto García, anterior director adjunto?
- La programación que estaba prevista es hasta junio, en el caso del Rialto y del Principal, en el que también entra la Diputación con el Escalante. A partir de septiembre empezaremos a ver el nuevo trabajo.

- Llega una nueva etapa para el Teatre principal, ¿cómo la dibuja? 
-Vamos a trabajar para un Principal con propuestas de todas las disciplinas, que tengan presencia diferentes personalidades artísticas, propuestas de calidad, rigor y que conecten con el público. Es un reto también aumentar la asistencia del público al Principal y poder ofrecer piezas de primer nivel que están circulando por España y que en algunos momentos no han llegado a València. Me gustaría que pudieran tener también cabida aquí, en una ciudad tan importante, y que la ciudadanía las pudiera disfrutar.

- El conseller Vicente Barrera ha puesto sobre la mesa la idea de generar programaciones, como él dijo, no politizadas, ¿cómo se traduce eso en la programación?
-Yo he presentado un proyecto que es amplio y diverso, con el que me siento muy a gusto y que creo que está siendo muy bien valorado por todo el sector. Quiero trabajar con una programación que atienda a todas estas personalidades artísticas, con diversidad de disciplinas y formatos, en una cultura transformadora, bien desde la reflexión, el propio disfrute... También por una cultura que genere preguntas, que nos abra a nuevos mundos y a nuevas realidades. Eso es por lo que me gustaría trabajar. Y las respuestas me gustaría que las diera el público. Que fuera un público activo y que volcara en su experiencia su propio conocimiento, su propia experiencia vital y artística. Es el público activo el que completa la obra y el que genera sus propias respuestas.