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VALÈNCIA. El pasado sábado por la mañana la productora María Zamora (València, 1976) recibió el Premio Nacional de Cinematografía 2024, un galardón con el que el jurado reconoce a la valenciana por su “apoyo al cine independiente y arriesgado” y una trayectoria en la que “ha fortalecido la presencia del cine independiente español en el mercado internacional”, siempre incidiendo en las “miradas sensibles y diversas”. En el marco del Festival de Cine de San Sebastián la productora recibió este galardón a manos del ministro de cultura, Ernest Urtasun, al que en su discurso le pidió una ley de cine más “valiente, independiente, igualitaria y diversa”, y en la que se proteja al productor independiente, una “especie en extinción”.
“Nuestros cineastas, marca España, deben ser protegidos y conservados cual pieza en un museo, pues conforman la riqueza cultural de nuestro país. Este tiene que conservar al productor independiente, una especie en extinción que merece una definición más precisa en la ley de cine”, señaló la productora en su discurso de agradecimiento, dedicado a la figura del productor que es quien “tiene la iniciativa, quien asume los riesgos económicos y quien se muestra como responsable frente a las instituciones. Es el guardián de la diversidad y la independencia dentro del sector audiovisual”. Al recibir este premio, entre lágrimas, Zamora quiso dedicárselo también a sus compañeras de profesión, aquellas productoras que “hacen las cosas de otra manera” y que trabajan junto ella: “Nos ha costado mucho llegar aquí, pero somos muchas y cada vez venimos mejor preparadas. Gracias a las asociaciones y las productoras que defienden en cine, en las salas, la diversidad y la pluralidad de las lenguas”.
Al subirse al escenario a recibir este Premio Nacional la valenciana recordó el momento en el que le informaron de que había sido elegida Premio Nacional de Cinematografía, y cómo en esta llamada le hizo sentir en sus carnes “el síndrome del impostor” que poco a poco se fue transformando de incredulidad a alegría. Zamora recibió la llamada de Urtasun mientras paseaba en una lonja de pescado en el puerto de Vigo el pasado mes de junio, donde estaba localizando para la próxima película de Carla Simón, que justo terminaron ayer, unas horas antes de recibir este galardón. Esa trabajadora, incansable, quiso señalar en su discurso la importancia de rodearse de “personas y cineastas brillantes” para poder hacer su trabajo: “Dedicación ha habido mucha, a veces incluso a costa de la salud, pero mi gran logro ha sido rodearme de cineastas brillantes. Eso sí, la conciliación es una quimera que hay que abordar con urgencia, y es mi primera petición a los de la primera fila”.
En su discurso, Zamora también quiso señalar el valor de la cultura, que le ha enseñado que “cualquier expresión artística es política” y la importancia de los referentes: “Cuando empecé a estudiar cine necesité ver a guionistas y productoras referentes para ver que se abría un camino a quienes venían después. Esto me ha llevado a comprender que en el tema de la igualdad no solo basta con estar de acuerdo, sino que hay que pasar a la acción. Es crucial promover la paridad en todos los sectores, desde aquí ánimo a todos los hombres y mujeres de nuestra industria a luchar por una cinematografía igualitaria y a las instituciones a seguir el camino ya iniciado con las políticas de cuotas hasta que no hagan falta”, apuntó.
También quiso recordar como en los años noventa el cine europeo le abrió “las puertas a mundos que no conocía” y se convirtió en el reflejo de las sociedad en la que viven, por lo que pidió a Urstasun que se proteja con “uñas y dientes” con una ley de cine valiente: “Necesitamos una ley que garantice un cine independiente, igualitario, inclusivo y diverso que será nuestro legado en las próximas generaciones”. De esta misma forma, celebró el gran paso de acercar el cine a las aulas: “Un ciudadano tiene que sentir el mismo orgullo cuando vea ganar a un cineasta español reciba el León de Oro que cuando España gane la Eurocopa”.
El ministro de cultura, Ernest Urtasun quiso resaltar en su discurso como el cine cuenta historias y ayuda a que “nos vean”. “Todos los relatos tienen la misma ambición: llegan donde quieren llegar, pero no es tarea fácil. Todos los que estáis aquí habéis presenciado el momento en el que las piezas van encajando poco a poco”. El colofón llega cuando la película llega a las salas y “atraviesa al espectador”, al igual que sucede en el Festival de Cine de San Sebastián, que según Urtasun está plagado “capas y capas de belleza, admiración y relatos que celebran el amor por el cine”, y en el que este galardón cobra aún más sentido.
También quiso señalar la labor de las productoras como “las encargadas de que el cine suceda”, aunque “la producción sea un eslabón un poco invisible, pero capital”: “María Zamora ha ido explorando a lo largo de dos décadas este relato, que nos ha brindado grandes largometrajes como O Corno y Alcarràs. Celebro la mirada social de María Zamora, que aporta al audiovisual español el cine que lleva su firma, con la que se puede entender mejor el presente”.
Por parte del Ministerio de Cultura, Urtasun, señaló que con este Premio Nacional quieren “asumir un compromiso real con el riesgo, la sinceridad y el relato que lleva a cabo María”, quien con su trabajo propicia el talento y esfuerzo de otras mujeres que junto a ella -y con la obligación de todos y todas- tiene que superar las barreras. “Las mujeres del cine de nuestro país han seguido adelante con sus proyectos, llegan cada día más lejos con su trabajo y con su esfuerzo. María Zamora trae la voz de las mujeres de la industria cinematográfica, gracias por hacer de este cine un lugar mejor. Gracias por hacer películas que hablan de lo que somos y lo que queremos ser”, ha concluído el ministro en su discurso.
En este acto, Zamora estuvo rodeada de amigos y compañeros de profesión como los guionistas y productores, Elías León Siminiani y Paula Ortiz, quienes quisieron dedicarles unas palabras antes de recibir el premio. Siminiani quiso celebrar la labor de Zamora con un discurso en el que recordó la primera etapa cinematográfica de María, quien ahora ha subido “como un globo aerostático” pero que se mantiene humilde y sincera con su trabajo.
Ambos trabajaron juntos durante más de diez años, sobre los que Simianini hizo memoria y quiso destacar “su comprensión de la naturaleza de los proyectos en los que está”: “Para María está por delante de todo, de los plazos, las rentabilidades, las expectativas… Es una de las personas más dotadas para superar las crisis en los proyectos porque cree en lo que está haciendo”. En segundo lugar, quiso recordar su capacidad de generar duplas excelentes en sus proyectos haciendo las películas “maravillosas”. “María es una persona que si la otra se cae ella la va a sostener, con ella nunca existe una lucha de egos”.
“Tiene mucha astucia para salirse con la suya, en el buen sentido de la palabra, para avanzar en el mundo del cine. Eso le ha hecho traspasar techos de cristal y ha conseguido convencer a una gran plataforma que una película de gran presupuesto puede ir a las salas”. Finalmente, quiso destacar que es una persona que siempre tiene el plan marcado y que ese plan liga con su crecimiento, y que siempre le devuelve al cine: “María tiene el objetivo de hacer un aporte cultural con su carrera, un aporte social. Es capaz de mirar más allá del cine a la vida y a la sociedad en la que le ha tocado vivir para hacer, en esta, un aporte”.
La guionista y productora Paula Ortiz quiso hablar de Zamora como la persona que “sostiene el vuelo del cine”, y que dota de confianza y recursos a quienes le rodean: “Es un deseo de quienes hacemos cine, que nos den la confianza, el recurso y las herramientas para volar bien. Quienes nos las dan son los productores. María es quien hace realidad esos vuelos con inteligencia, audacia y mucha sensibilidad, una confianza en la que transforma el mundo con posibilidades sobre lo que podemos ser”.
Personalmente, quiso agradecer a María la ayuda de “aterrizaje” del vuelo que emprenden juntas con confianza y compromiso, también la de otros directores y productores a los que ha acompañado. “Celebro como defiende la idea hasta el final y como guarda el fuego de cada película, sin acobardarte y como te atreves con todo tipo de propuestas. No te importa si la historia va a los márgenes o a los centros”. Destacó que se ha atrevido con todo: con la violencia, los cuidados, las historias de las mujeres y todo lo que le rodeo. Ortiz abrió la pregunta de que hubiera sido de grandes directoras como Helena Cortesina o Pilar Miró si hubieran estado al lado de María: “Me gusta imaginar cuántas películas hubieran hecho si hubieran tenido a María al lado como productora”.
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