Los mercados contienen hoy la respiración ante la reunión del Banco Central Europeo (BCE) y el mensaje -o decisión- que pueda adoptar la institución
MADRID. El Banco Central Europeo (BCE) tiene hoy dos opciones: una decisión acomodaticia, pero comunicación 'dura' de fin del programa de expansión monetaria o una comunicación de una fecha de finalización del programa con 'edulcorantes' y/o algún grado de flexibilidad monetaria. Hasta ahora la retórica del BCE, con los indicadores económicos deteriorándose y riesgos para el comercio internacional, ha sido consistente con un aplazamiento de decisión sobre el programa de expansión monetaria, hasta la reunión del próximo 26 de julio, para reevaluar los datos, incluyendo los índices de directores de compras PMI. Pero el economista jefe del BCE, Peter Praet, hasta ahora centrado en la estrategia de las 'tres P' del organismo (paciencia, persistencia, prudencia), se ha referido a la evaluación para esta reunión del fin gradual de compras netas de activos, lo que tiene un peso significativo.
Puede ser que el BCE quiera eliminar el programa lo antes posible, pues es herramienta de lucha contra la deflación del pasado que se acerca a límites políticos y técnicos. Incluso los acontecimientos políticos en Italia han podido fortalecer este argumento, especialmente tras la reducción de compras de bonos italianos. De hecho este programa nunca ha sido y nunca será respuesta apropiada para la incertidumbre política.
En cualquier caso dudamos que vaya a cambiar la función de reacción del BCE y seguimos esperando que termine con las compras netas de activos en diciembre de 2018 y aumente la tasa de depósitos bancarios en 0,15% para septiembre de 2019. Además no esperamos ningún cambio en su guía sobre tipos de interés, reiterando que espera que "permanezcan en los niveles actuales un período extendido de tiempo, bien pasado el horizonte de compras de activos netos". También es probable que repita que "un amplio grado de estímulo monetario sigue siendo necesario" para que la inflación aumente hacia el objetivo.
El caso es que las proyecciones económicas son especialmente importantes para esta reunión porque van a ser conjuntas de los bancos centrales nacionales y el BCE. Va a ser interesante ver hasta qué punto afectan unas proyecciones de menor crecimiento del PIB alemán por el Bundesbank y de mayor inflación y crecimiento salarial. En conjunto esperamos que las previsiones del BCE sean de menor crecimiento del PIB, aunque no dramáticamente, así como 0,2% de mayor inflación principal en dos años, por los precios del petróleo en euros. De momento los últimos datos de inflación y crecimiento salarial han estado en línea o sido ligeramente mayores de lo que lo que el BCE esperaba. Una previsión de inflación al 1,8% para 2020 le proporcionaría munición para el anuncio del fin del programa de expansión monetaria, aunque un crecimiento económico más débil lo complicaría, si bien es probable que no de importancia a revisiones menores del crecimiento.
El caso es que los datos recientes de actividad empresarial no permiten descartar menor crecimiento y un anuncio de un ajuste flexible es más probable que un compromiso incondicional de finalización del programa de expansión monetaria. El BCE puede indicar que no habrá mayor expansión de compras de activos, ya que los criterios de inflación prevista se han cumplido; de manera que pueda decidir las modalidades del fin del programa en julio. Otra opción es que se comprometa a reevaluar la situación en septiembre, si bien mantener máxima flexibilidad y al mismo tiempo esperar a reevaluar los próximos meses probablemente no sea de agrado de los miembros más duros del BCE.
Nuestro escenario favorito es que el BCE vincule su decisión a las condiciones financieras, incluyendo expectativas del mercado respecto a futuros aumentos de tipos de interés. Hasta ahora las expectativas son de una subida el tercer trimestre de 2019, en consonancia con nuestro escenario, aunque esperamos una subida acumulada de 0,4% para finales de 2019, algo más que el mercado.
Frederik Ducrozet, economista de Pictet WM