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exposición en 'pepita lumier'

Mariscal: «Los vegetales son superinteligentes»

Xavier Mariscal presenta en la galería Pepita Lumier sus bocetos de su "Garriris, la peli", una historia inspirada en su juventud en Formentera, en los años 70

16/09/2016 - 

VALENCIA.- “Los vegetales son superinteligentes y tienen más sensibilidad que las personas y que los animales. No tienen orejas ni ojos, pero procesan la información y sienten. Eso sí, con un tempo más tranquilo”. De este modo, y sin la mejor ironía, el diseñador valenciano Xavier Mariscal (Valencia, 1950) explicó a los asistentes a la presentación de la exposición Los garriris, la peli su relación con “unos seres que representan más del 97% de la vida en el planeta”. Incluso explicó que tiene una plantas en casa que cuando va a su casa un obrera que las trata muy mal se avisan entre ellas —“que viene el hijoputa”, gritan— y se asustan.

Cómo llegó a introducir el tema de nuestras amigas las plantas en la presentación de esta muestra —que abre sus puertas el viernes 16 de septiembre en la Galería Pepita Lumier de Valencia— no está claro, aunque momentos antes estaba hablando de su juventud en Formentera y las cosas que se metía en el cuerpo. Y es que en la más pequeña de la islas Pitiusas es donde se desarrolla la trama de Los garriris, la peli, en la que lleva trabajando “desde hace un montón de tiempo” y que no verá la luz hasta dentro de tres o cuatro años.

La película, cuando vea la luz, contará la historia de dos amigos que hartos de la Barcelona de los 70 deciden irse a Formentera "en una época en la que no había allí ni luz ni agua". Basada en su propia vida, rechazó que fuera un ejercicio de nostalgia. "No me gusta la palabra, sólo quiero contar una época muy importante para mi. Allí te fumabas un chocolate afgano o un ácido y podías hablar con los peces, ver colores fosforescentes, contemplar como una tomatera crecía ante tu ojos...", apuntó.

Más allá del comentario, muy en su línea dicho sea de paso, aprovechó para presentarse como lo que es “dibujante”, dijo. “Siempre me han ninguneado. Bueno, hasta que me dieron el Premio Nacional de Diseño, que no sirve para nada. Pero a mi me da igual. Yo soy dibujante y lo digo bien orgulloso”.

Luego, aprovechó para explicar que, hasta que cumplió 50 años, no supo que era disléxico. “Nací estropeado”, dijo, “pero luego te das cuenta de que todos hemos nacidos estropeados. En la evolución las células se juntan para hacer algo más complejo. Eso es como la labor del dibujante y el diseñador: todos necesitamos los pies y las orejas de los demás para seguir adelante, y yo me apoyo en mi equipo”.

Pese a su enardecida defensa del reino vegetal, Mariscal no está reñido con el siglo XXI. De hecho, su discurso también incluyó un recuerdo a la importancia de la tecnología en la labor del dibujante. "No hay que olvidar que un ordenador es una herramienta, como lo es un lápiz o un pincel. Pero hay que usarlo, sólo no hace nada. No basta con decirle 'hazme unos garriri follando, tienes que dibujarlos tú".

Además reconoció su afición a utilizar la tablet para trabajar. "Es muy divertido. Pintas con el dedo y sale lo que tú quieres. Es muy altamíricio", añadió. De hecho, insistió en que toda la obra que forma parte de la exposición "se hizo en un ordenador, y el original son un montón de '0' y '1'. No es como antes que estaba el papel".

Recordó que, pese a la alta valoración que se tiene de las seriegrafías, la tecnología las ha dejado obsoletas: "es muy romántico pero implica un proceso de  Tiempos Modernos. Antes tenías que poner los colores uno a uno, y podías poner 8. Ahora, algunos de las piezas de esta exposición tienen hasta 75 tintas diferentes. Eso sí, hemos buscado un papel ecológico con unas características muy especiales, unas tintas con una pigmentación especial, y unas impresoras muy potentes".

Tranquilizó a la afición al afirmar que las obras que vende en la Pepita Lumiere (de entre 90 y 900 euros, en formato metracrilato) "tienen una garantía de 200 años así que si dentro de 150 o 160 veis que ha perdido color o algo, me llamáis y os la cambio".

En la muestra Los garriris la peli se acumula un material inédito de bocetos, trabajo gráfico de creación de personajes y desarrollo gráfico del guión de la película. Básicamente incluye prints sobre papel arte y firmados por el autor, algún original e impresiones sobre materiales especiales y todo a precios muy razonables “para los que valoran mis trabajos y son como yo, unos pringaos que no tienen dinero”, bromeó.

En total, son más de medio centenar de imágenes, nunca exhibidas en público hasta la fecha, que ofrecen un visión de los garriris más próxima a los dibujos de Chico y Rita (Fernando Trueba, 2010) que a los personajes que se hicieron famosos en las páginas de El Víbora en los años 80. “Son garriris con pantalones”, sentenció. Con pantalones y a todo color. Además, la muestra incluye algunos retratos de algunos de sus cantantes favoritos.

La película, todavía un proyecto, tendrá que esperar. Antes, el diseñador y el realizador madrileño podrían volver a colaborar en otra cinta de animación. "Será sobre un músico de bossa nova de los años 70, una cosa un poco trágica", adelantó el padre de Cobi.

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