Marta Alonso y Miquel Nadal, nuevos directores generales de Cultura

VALÈNCIA. El terremoto en el gobierno autonómico continúa menos de un día después de que Vox rompiera sus pactos con el Partido Popular. Así, la salida de Vicente Barrera como vicepresidente primero y conseller de Cultura es el primer movimiento de un goteo de cambios que afectan a todo el organigrama del área. Por lo pronto, Cultura pasará a estar integrada en la Conselleria de Educación y será Pilar Tébar, hasta ahora directora general de Patrimonio Cultural, quien asuma la Secretaría Autonómica, un ‘ascenso’ que deja fuera del tablero a Paula Añó, que abandona el gobierno autonómico. 

Pero no son las únicas salidas y entradas en este baile de puestos. También sale de la ecuación Sergio Arlandis, hasta ahora Director general de Cultura, que ha sido cesado esta misma mañana. Tébar es, por tanto, el único nombre que llegó bajo el ala del Vox que se mantiene en esta nueva etapa, que suma a dos nuevas figuras. Será Marta Alonso Rodríguez, que durante los años 2011 y 2015 fue directora general de Cultura de la Generalitat Valenciana, y Miquel Nadal Tárrega, quienes asuman a partir de ahora la dirección general de Patrimonio Cultural y la director general de Cultura respectivamente. 

Historiadora del arte por la Universitat de València, Marta Alonso es actualmente miembros del Consell Valencià de Cultura (CVC). Fue con María José Catalá al frente de la Conselleria de Cultura, bajo la presidencia de Alberto Fabra, que Alonso ocupó la dirección general de Cultura de la Generalitat Valenciana. Anteriormente fue asesora de cultura, patrimonio y asuntos europeos e internacionales de la Generalitat.

Por su parte, el escritor Miquel Nadal será quien ocupe la dirección general de Cultura, que hasta ahora ostentaba Sergio Arlandis. Fue en 2021 cuando obtuvo el Premi Lletraferit con su primera novela, Càndid, tras haber publicado varias obras sobre historia política y del deporte, como Document 88, Tradició i modernidad en el valencianisme o El nacimiento de la ciudad deportiva; un libro ilustrado juvenil, Soñar goles, y un dietario personal, Inventari mínim.