Por ello, la Asociación quiere incidir sobre la importancia de la detección precoz y la adherencia al tratamiento que evitaría la ceguera total en el 90% de los casos. Asimismo, pide que el glaucoma sea incluido como una enfermedad neurodegenerativa para poder tener más recursos en investigación y que las investigaciones también se centren en la regeneración del nervio óptico, es decir, en recuperar la visión.
En España se calcula que aproximadamente un millón de personas padecen esta patología ocular. El problema de esta enfermedad es que en un primer estadio no produce síntomas y no avisa hasta que realmente está muy avanzada y ya hay una gran pérdida de visión. De ahí la importancia de diagnosticarla a tiempo porque de esta forma no se pierde mucha vista y, si se siguen correctamente los tratamientos pautados por los oftalmólogos, en un 90% de los casos puede evitarse la ceguera total, no así la deficiencia visual.
El 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, conocido popularmente como el "ladrón silencioso de la vista". Este conjunto de patologías oculares se caracteriza por el daño al nervio óptico de los pacientes sin provocar dolor pero reduciendo su visión periférica hasta parecer que miran a través de un túnel o un tubo.
Una vez realizado el diagnóstico, lo más importante es frenar su avance porque el glaucoma a día de hoy no tiene cura. Para ello, los pacientes cuentan con colirios, medicamentos e, incluso, técnicas más avanzadas como la cirugía.
Diversas investigaciones han demostrado que seguir correctamente las pautas que establecen los oftalmólogos es muy efectivo a la hora de controlar la progresión de esta patología ocular. Sin embargo, se han identificado distintos factores que influyen a la hora de que los pacientes desarrollen una adherencia terapéutica satisfactoria.
Entre ellos, destaca que, si bien se mejora considerablemente la calidad de vida de las personas, lo cierto es que no vuelven a recuperar la vista que habían perdido hasta el diagnóstico y, esa falta de mejora, es la que provoca que se termine abandonando las prescripciones médicas. Tanto es así que en el tratamiento tópico mediante gotas, que suele ser la elección más común a la hora de abordar esta enfermedad, la tasa de adherencia se sitúa entre un 42% y un 56%, según diversos estudios.
Origen de la enfermedad
El presidente de AGAF, Joaquín Carratalá, señala que en la actualidad, todos los esfuerzos médicos y científicos se centran en controlar la tensión ocular, pero recalca que los afectados quiere ir al origen. De esta forma, "si se estabilizase nuestra tensión, podríamos recuperar la vista que hemos perdido".
En el glaucoma, las células ganglionares de la retina, cuyas prolongaciones forman el nervio óptico, mueren por efecto de una presión intraocular alta. Avanzar en su investigación supondría centrarse en regenerar estas células neuronales y conectarlas tanto al sistema neurológico como al nervio óptico. Estas investigaciones están en fases iniciales, pero son prometedoras. Sin embargo, las investigaciones sobre regeneración neuronal en esta patología ocular no cuentan con suficientes recursos porque a nivel institucional no se considera una enfermedad neurodegenerativa.
La Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares es consciente de que la regeneración neuronal en un órgano tan pequeño como el ojo es un trabajo "arduo que ha de progresar en un tiempo razonable, aunque largo". Este es el motivo por el que destacan la necesidad de contar con el apoyo del sector público y privado para invertir en estas investigaciones y que así los investigadores tengan acceso a los recursos que necesitan. Por esa razón, AGAF realiza una campaña de concienciación y divulgación del glaucoma con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie.