Las asociaciones de productoras no auguran un camino fácil y piden la implicación de las televisiones y plataformas
VALÈNCIA. Ayer el sector audiovisual de la Comunitat Valenciana se vio las caras, aunque fuera a través de una videollamada. La Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual organizó un encuentro virtual a través de YouTube entre las tres principales asociaciones de productoras de la región (Lorena Lluch en representación de AVANT, Giovanna Ribes por PAV, y Antonio Mansilla por AVAPI), además del presidente de la propia AVAV, Pep Llopis, y el director adjunto de Audiovisuales y Cinematografía del Institut Valencià de Cultura, José Luis Moreno. Bajo el título Presente y futuro del audiovisual en la Comunitat Valenciana, se instaba a los diferentes ponentes a reflexionar sobre el impacto de la paralización total del sector a causa de la pandemia del coronavirus.
El presente es fácil de diagnosticar, puesto que se han paralizado la práctica totalidad de rodajes y los plazos previstos han saltado por los aires. El presente es nulo, solo incertidumbre y planes en el aire para cuando se normalice la situación. Al igual que pasa con la música, el sector del audiovisual es tremendamente frágil y un pequeño cambio pone en jaque la supervivencia de muchas empresas y proyectos. En este sentido va dirigida la urgencia de medidas concretas para reactivar el sector y flexibilizar su relación con la Administración para quitar trabas al funcionamiento autónomo de las empresas privadas. En este sentido, José Luis Moreno ha podido adelantar algunos de los planes que -a corto plazo- se están activando, con dos importantes noticias. Primero, el proyecto de reestructurar los fondos de las diferentes líneas de ayuda para reforzar las destinadas a la producción y desarrollo en detrimiento de, por ejemplo, las destinadas a los festivales "porque seguramente muchos no se puedan celebrar". Las ayudas de 2020 al audiovisual, que antes de la pandemia ya tenían previsto una revisión importante de sus bases y su ampliación, aún no han sido convocadas.
En segundo lugar, la flexibilidad de los plazos para no tener que ir a destajo para acabar y justificar el rodaje antes del 31 de diciembre por miedo a perder una ayuda concedida. Hay que tener en cuenta que las ayudas a rodaje se otorgan hasta a tres años vista, por lo que esta situación adversa era imposible de prever y el nuevo encaje post-confinamiento está aún por definir. "Ya tenemos el borrador hecho y falta el visto bueno de la Abogacía de la Generalitat para pedir que el presupuesto no ejecutado por la no-presentación de una justificación por parte de la productora se pueda trasladar al de 2021 y así hacerlo efectivo cuando haya finalizado la producción", ha explicado Moreno.
Según han explicado los diferentes representantes de las asociaciones, la vulnerabilidad actual tiene dos caras. Por una parte, los rodajes se hacen totalmente imposibles ahora y hasta que no se ponga fin al distanciamiento social. "No podemos asegurar una distancia de dos metros entre actores y actrices o entre técnicos", según Giovanna Ribes. Además, los seguros de los rodajes no cubren la casuística de una pandemia como el coronavirus: "Hasta que no se considere una enfermedad estacional, como la gripe, por la aparición de una vacuna, no lo estará, así que no podemos preveer cuándo volverá la normalidad a los rodajes", añadía Lorena Lluch.
Estas medidas han sido escuchadas por el ejecutivo valenciano ("nos hemos reunido por primera vez con Hacienda, que es quien tiene que posibilitar todo el apoyo económico"), pero las productoras también ven importante la necesidad de armonizar todas estas medidas con el resto de comunidades autónomas y el gobierno central porque muchos proyectos son coproducciones en las que intervienen dos o más entidades de autonomías diferentes.
En el terreno de las demandas, Lorena Lluch ha puesto el foco en que "a diferencia de la crisis del 2008, en esta la cultura ha ocupado el lugar de bien imprescindible que le corresponde". En este sentido, ha demandado que "no todas las soluciones pasen por pedir más dinero a la Administración" porque hay que entender "que muchos sectores estarán pasando por lo mismo" que el audiovisual. En este sentido, las productoras piensan que es la hora de que las televisiones públicas aparquen la compra de contenido internacional para ayudar a reactivar la industria nacional y también inversiones con las televisiones privadas ("ellas sí tienen la capacidad de hacerlo").
También se ha puesto el acento en el papel de las plataformas, cuyo contenido "se ha agotado por el consumo masivo que está habiendo estos días", y esperan una demanda creciente de contenidos para renovar sus catálogos. Este encuentro también ha servido para reflexionar sobre la liberación de los contenidos de manera gratuita por parte de diferentes empresas, organismos y artistas, y cuál está siendo el papel de estas plataformas en el apoyo actual al audiovisual.
A pesar del tono pesimista -difícilmente puede haber un tono diferente ante la situación actual del sector-, el encuentro ha servido para poner sobre la mesa algunas cartas y soluciones para resucitar a un audiovisual que soñaba este 2020 por seguir un camino progresivo para salir del medio gas en el que se había encallado durante demasiado tiempo.