VALÈNCIA. Empezamos el curso escolar con muchas novedades y una medida que va a marcar un antes y un después en el sistema educativo y en la sociedad valenciana: la educación totalmente gratuita de 0 a 3 años.
Esta medida ha sido impulsada por el gobierno del Partido Popular en la Comunitat Valenciana. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, la califica de auténtica “revolución social” y así es: los padres podrán elegir libremente desde el momento del nacimiento de su hijo un centro escolar de manera gratuita y universal, sin dejar a nadie fuera.
Esto se traduce en numerosos beneficios como un importante ahorro por hijo, superior a los 3.000 euros, además de la mejora de la estimulación temprana, la corresponsabilidad, la conciliación, mayor competitividad… Y también una descarga para los abuelos, ya que los nietos podrán estar con ellos para disfrutar de su compañía y no por necesidad.
Impulsar esta medida no ha sido fácil. Se ha hecho un gran esfuerzo presupuestario a pesar de la injusta financiación que sufrimos por parte del gobierno de España. La Generalitat prácticamente ha doblado su inversión: de 87 a más de 150 millones de euros. No se trata simplemente de una política educativa; es una política social que permitirá a nuestras futuras generaciones crecer en un entorno de igualdad de oportunidades. Porque una educación accesible y de calidad desde los primeros años es la base sobre la que se construye una sociedad más justa, próspera y cohesionada.
Y si miramos al futuro, esta medida puede contribuir a resolver problemas mucho más graves. Por ejemplo, la reducción de la natalidad. El año pasado nacieron en la Comunitat Valenciana 35.545 niños, el dato más bajo de los últimos 10 años. La gratuidad en la educación de los recién nacidos puede ayudar a que más familias se animen a tener más hijos. Por otra parte, también puede contribuir a fijar población en zonas rurales, fomentando así la cohesión territorial y ayudando a combatir el problema de la despoblación. Por tanto, es una inversión en el presente pero también en el futuro de nuestra región.
Como lo es también que este curso recuperemos la música en la educación secundaria, que aumenten las horas de matemáticas, que se amplíen las aulas para niños con necesidades especiales como nunca se había hecho, que salga la ideología de las clases o que se recupere la libertad educativa.
Las cosas están cambiando, en las aulas y en las calles. Gracias a la “revolución social de Mazón”, el Ayuntamiento de Valencia ha destinado 3,5 millones de euros a inversiones en escuelas matineras, cubrir el mes de julio y aumentar las becas comedor, proporcionando a las familias opciones adicionales para la conciliación y mejorando la calidad de los servicios ofrecidos por los centros educativos.
Nuestra alcaldesa, María José Catalá, ha puesto en marcha iniciativas municipales que reflejan un claro compromiso con la seguridad, la sostenibilidad y la conciliación de la vida familiar y laboral.
Una de las iniciativas más destacadas es la creación de entornos escolares seguros en varios colegios de la ciudad. Este año, los alumnos del Colegio San Juan Bosco en el barrio de Tendetes, del Colegio Hermes en Patraix, y del Colegio San Luis Gonzaga en En Corts, han comenzado las clases con espacios renovados para mejorar la accesibilidad y la seguridad vial. Con la recuperación de cerca de 100 metros cuadrados de espacio peatonal en las entradas de estos centros, el Ayuntamiento ha dado un paso significativo hacia la creación de zonas más amigables para los escolares y sus familias.
Además, la ciudad de Valencia también apuesta por las rutas escolares seguras: se han señalizado nuevas rutas en los distritos de Benicalap y Algirós, con el objetivo de guiar a los niños de manera segura hacia sus centros educativos con marcas viales. La implantación de estas rutas no solo mejora la seguridad de los alumnos, sino que también fomenta hábitos saludables y sostenibles, al alentar a las familias a optar por ir caminando al colegio.
En términos de infraestructuras, el inicio del curso también trae mejoras significativas en varios centros educativos de la ciudad, después de años de abandono del gobierno de Ribó con el fiasco del programa Edificant.
Con todo esto, nos comprometemos a seguir mejorando. La educación es un pilar imprescindible para el progreso de nuestra sociedad, una inversión estratégica fundamental necesaria para competir en un mundo cada vez más global. Más y más educación.