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CRÓNICAS POR LOS OTROS / OPINIÓN

Me gusta ser mujer

A mí me gusta ser mujer. Me encanta. Me gusta ver y vivir la vida desde la perspectiva de mujer. Y sin querer ser sexista sí que entiendo que las mujeres y los hombres somos diferentes

12/03/2016 - 

Me gusta ser diferente a los hombres, no pretendo ser igual que ellos. Me gusta. Las mujeres hacen este mundo especial, fuerte, lindo, equilibrado y con sentido. Cada vez más me gusta potenciar las diferencias que tengo con respecto a los hombres. Me hace sentirme fuerte. Me gustan las diferencias, me gusta que no seamos iguales  y me gusta ensalzarlas. Lo que no me gusta tanto es que esas diferencias se utilicen en nuestra contra. 

Por ser mujer tenemos unas características determinadas, unos atributos y unas capacidades que  podemos desarrollar de una determinada manera, diferente a otro sexo. No es ni mejor ni peor, es así,es natural. Y no pasa nada. Me encanta. Esas características nos hacen diferentes, especiales y únicas. Y está claro que  siempre hay excepciones y que no  debería generalizar. Pero hoy me atrevo. Y voy a generalizar. 

"Las mujeres somos el motor del mundo aunque sea sólo por el hecho de ser madres con todo lo que ello implica"

Las mujeres en general somos estupendas, maravillosas, fuertes, todoterrenos, inteligentes, con capacidad de superación, con una sensibilidad especial y con una valentía excepcional. Al menos las mujeres que me rodean, las mujeres de mi familia, mis amigas, mis compañeras, mis conocidas... Es el referente de mujer que tengo. Las mujeres somos el motor del mundo aunque sea sólo por el hecho de ser madres con lo que implica. 

Pero es muy complicado meter a todas las mujeres en el mismo saco. Sobre todo cuando me acuerdo de muchas mujeres que he conocido en otros países, en otros entornos y con otra culturas. Eso sí por muy diferentes que seamos y por contextos tan alejados en los que vivamos debería haber un denominador común entre todas las mujeres de este mundo: ser respetadas, sentirnos respetadas. Y ahí cada una ya define qué entiende por respeto. 

La discriminación en casa

Pues como digo me atrevo a generalizar  con un tema tan delicado como el de la mujer y en una semana tan delicada como la que hemos pasado con gestos y acciones de todo tipo. Este tipo de acciones que reivindican la igualdad, los derechos de la mujer  y mucho más no deberían existir pero que aún son necesarias. Porque aunque parece que está todo dicho aún se sigue celebrando el Día Internacional de la Mujer o el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Una efeméride, un día, una celebración que resulta rancia, obsoleta y que me chirría de un sistema que presume de desarrollo, avance, igualdad, integración,  etc.  y que se permite la licencia de cuestionar otros sistemas y el respeto a la mujer en otros países sin darse cuenta que en éste hay mucho trabajo que hacer. 

Pero quizá la discriminación que sufrimos es la más difícil de erradicar pues es una discriminación sutil, que mina poco a poco y que se da por sentada, que parece que venga asociadas a nuestra condición de mujer, a nuestro ADN y siento decirles que no es así. 

"la discriminación que sufrimos es la más difícil de erradicar pues es una discriminación sutil, que mina poco a poco"

La discriminación que sufrimos sigue siendo una cuestión educacional y cultural. Una discriminación difícil de detectar en algunos casos sobre todo cuando nos centramos en ambientes domésticos y familiares. En ámbitos laborales la discriminación que seguimos sufriendo es más fácil de contabilizar con números, si nos detenemos a observar las nóminas, las diferencias sala iguales, los puestos directivos encabezados por mujeres, etc. ahí es evidente que seguimos siendo discriminadas. Pero cuando pasamos al plano doméstico o social es más complicado de contabilizar.  Y si no que se lo pregunten a las eternas "amas de casa". Un concepto difícil de digerir y aún más cuando se sigue sin valorar. 

Un trabajo que nunca ha recibido la recompensa que necesita. Ni a nivel social ni a nivel económico. El trabajo en casa, es un trabajo sin horarios, un trabajo de entrega, poco gratificante y un trabajo que sigue sin valorarse. Parece mentira que ningún gobierno hasta la fecha haya previsto en sus presupuestos, en sus planes sociales , en sus políticos sociales... Una asignación atribuida al cuidado de la casa. El caso de las "amas de casa" podría ser un ejemplo claro de este tipo de discriminación en este mundo desarrollado, en este primer mundo del que nos sentimos orgullosos. Pero no la única. 

Se trata de una discriminación implícita en nuestra manera de funcionar y aceptada tanto por hombres como por mujeres. Una discriminación con la que convivimos y que está implícita en un sistema que no interesa cambiar o que no sabemos cambiar. Por ello, una vez hemos llegado a un nivel determinado  de igualdad, aunque no sea real, nos conformamos y salimos a la calle o emprendemos acciones el 8 de marzo. Es más complicado cambiar todo un sistema que llevar acabo pequeñas acciones que parecen satisfacer a la mayoría, callar bocas y seguir funcionando con una discriminación normalizada. El resto del año seguimos como siempre. Y así pasan los días, las semanas, los meses y los años. Y así pasa la vida. 


No quería volver a escribir de la mujer, no tengo nada nuevo que decir y apoyo todas y cada una de las opiniones que he leído esta semana en redes sociales y en medios de comunicación. Tampoco me gusta que me feliciten el 8 de marzo, porque cada 8 de marzo que me felicitan siento el fracaso de esta sociedad. Quizá hace años esta celebración tendría su sentido, pero después de tantos años en que al menos en nuestro sistema se vive en la simulación de una igualdad entre hombres y mujeres, la celebración de este día muestra y demuestra que esta igualdad no existe, es una igualdad parcial y solo en algunos casos existe una igualdad real, es una igualdad aislada. Pero no he podido evitarlo. He vuelto a escribir del Día Internacional de la mujer y he vuelto a participar en algunas de sus acciones como la celebrada esta semana en Mercado de Colon. 

Una  exposición de fotos organizada por Anabel Navas y Ángela Valero de Palma en Las Cervezas del Mercado BWK que podemos disfrutar hasta final de mes en Mercado de Colón. La muestra se llama Porque cerveza es nombre de mujer de Marta Llorens y Andrea Savall y su inauguración reunió a una gran representación de la sociedad valenciana ya que además de destacar el papel de 8 mujeres como Carmen Alborch, Pilar Mateo, Sole Giménez, Begoña Rodrigo, Manuela Romeralo, Dolores Font Cortés o Irene Meritxell, recaudó fondos para la ONG ONE DAY YES y su proyecto de la escuela Twashukuru en Lamu, Kenia.

La semana que viene ... Más! 

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