MADRID. La moneda británica fue la protagonista en una nueva semana marcada por la volatilidad. La libra se recuperó al conocerse que la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, había cesado a Kwarteng de su cargo como ministro de Finanzas del país y que se habían revertido algunos -si no la mayoría- de los recortes presupuestarios prometidos hace apenas tres semanas. Esto fue suficiente para impulsar a la libra a lo más alto de la clasificación como casi la única divisa importante que se mantiene frente al dólar.
Por otro lado, las malas noticias sobre la inflación en EE UU volvieron a disparar los rendimientos en ese país y estimularon aún más la subida del dólar. Las divisas de Europa del Este fueron las que mejor se comportaron la pasada semana, favorecidas por el proyecto del Banco Nacional de Hungría de adoptar medidas extraordinarias para combatir la depreciación del florín húngaro (entre las que se incluyen grandes subidas de tipos dirigidas a los mercados de divisas). Teniendo en cuenta las noticias sobre la inflación, podría decirse que tanto el euro como los activos de riesgo se mantuvieron muy bien y terminaron la semana casi sin cambios.
El calendario económico de esta semana, poco cargado, nos llevará a centrarnos de nuevo en los mercados de divisas y en el de bonos de Reino Unido, ahora que el Banco de Inglaterra ha prometido dejar de apoyar el mercado de bonos a largo plazo. Además, los datos de inflación en el país británico (que se publicarán el miércoles) contribuirán a aumentar la tensión en los mercados. Los discursos públicos de los miembros de la Reserva Federal (que comienzan el martes) también deberían influir en los mercados, ya que el tipo de interés final de los fondos de la Reserva Federal se acerca al 5%.
En una semana con pocas noticias de importancia, la moneda común se comportó notablemente bien, logrando cerrar sin cambios frente al dólar a pesar de los malos datos del informe de inflación en EE UU y el consiguiente aumento de los rendimientos del Tesoro.
Se siguen anunciando nuevos paquetes de apoyo a los consumidores y a las empresas para aliviar el impacto de los precios de la energía, y seguimos creyendo que el impacto de todas estas medidas de apoyo a la demanda se está infravalorado y disminuye el riesgo de una recesión profunda y prolongada. Además, la importante caída de los precios de las materias primas desde los máximos del verano ha atenuado el impacto en la relación de intercambio europea, otra mejora que aún no se refleja en los niveles de cotización del euro.
El informe de inflación de septiembre en EE UU trajo la segunda sorpresa negativa consecutiva. Una vez más, el índice general cayó debido a la reducción de los precios de la energía, pero el índice básico, más significativo, alcanzó otro récord, el 6,6%. Los mercados están valorando ahora dos subidas consecutivas de 75 puntos básicos en lo que queda de 2022 y un tipo de interés final de los fondos de la Reserva Federal de casi el 5%.
Sin muchas noticias económicas de primer nivel esta semana, las principales novedades de Estados Unidos provendrán del mercado de bonos. Si los rendimientos a largo plazo se estabilizan en torno a estos niveles, el dólar podría ceder parte de sus últimos avances.
El cese del ministro británico Kwasi Kwarteng por parte de Truss y el anuncio a regañadientes de que se revertirán algunos recortes de impuestos llevaron de vuelta a la libra al punto en el que se encontraba antes del anuncio presupuestario de hace tres semanas (aunque al mercado de bonos del Reino Unido no le ha ido tan bien). El anuncio de que una figura como Jeremy Hunt sería el sustituto y las noticias de que probablemente se produzcan nuevos giros en los recortes de impuestos deberían añadir calma a los mercados -inquietos por la finalización el pasado viernes del programa de compra de bonos a largo plazo del Banco de Inglaterra-.
Hay muchas esperanzas de que los datos de inflación del miércoles sean el punto álgido tanto del índice general como de la inflación subyacente, pero aun así los mercados están valorando subidas sin precedentes de 100 puntos básicos (o incluso más) en las dos próximas reuniones del Banco de Inglaterra.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury