Podríamos calificar la semana pasada como de transición en los mercados de renta variable donde las variaciones en los principales índices fueron mínimas. El S&P 500 se anotó una ganancia de +0,06% que compara con los descensos del Nasdaq 100 (-0,08%) y del Euro Stoxx 50 (-0,27%). El Ibex fue el más penalizado al retroceder un 0,80%. El mercado estuvo muy tranquilo a lo largo de la semana, a la espera de conocer el dato de inflación americana (PCE) el viernes, que cumplió con las expectativas al situarse en el +2,6% lo que implica una mejora mensual de 0,1%, mientras que ese 2,6% a nivel subyacente reflejó una mejoría de dos décimas. En un primer momento las acciones reflejaron con subidas importantes ese buen dato, pero el cierre de la semana fue diluyendo ese impacto positivo inicial para terminar la semana prácticamente sin cambios.
Por el contrario, si hubo movimientos en la renta fija incrementándose la rentabilidad de los bonos de manera que parece alejarse la euforia asentada en el mercado y que había llevado las rentabilidades a unos niveles donde se descontaban varias bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. La política (elecciones en EEUU y Francia) empieza a ganar protagonismo, hecho que estaría generando un tono más conservador en cuanto a las proyecciones de la política monetaria por parte de los inversores, que parecen afrontar el inicio del verano con una visión mucho más cauta de la que tenían apenas hace un par de semanas. El Treasury a 10 años cerró la semana con una rentabilidad del +4,39%, es decir, un aumento de +13 puntos básicos en su rentabilidad, mientras que en Europa las subidas se quedaron en +8 puntos básicos para dejar al Bund en el +2,49% y al Bono en el +3,41%.
El oro se mantiene en los 2.339 dólares/onza, dentro de un rango muy estrecho tras la fuerte subida que acumula en el año y a la espera de que se aclare definitivamente el panorama mundial de los tipos de interés. No esperamos movimientos importantes salvo que se produzca la pérdida del soporte de corto plazo que se encuentra en los 2.270 dólares/onza. Por su parte, el petróleo mantuvo el tono positivo y se anotó una subida del +1,37%, las últimas previsiones respecto al aumento de la demanda global por parte de la OPEP+ han impulsado las compras, pero para la EIA estadounidense la situación no es tan boyante y considera que la geopolítica puede pasar factura al crecimiento económico global. Sus proyecciones llevarían el precio del Brent cerca de los 70 dólares/barril para finales de año, por lo que nuevamente la zona de los 87 dólares/barril puede convertirse en referencia importante en el corto plazo.
Desde el punto de vista macroeconómico, poco más que resaltar más allá del PCE: i) el PIB se revisó una décima al alza en EEUU hasta el +1,4%, ii) continúa la tendencia en el mercado inmobiliario estadounidense, precios al alza y ventas a la baja, iii) fortaleza en los datos de la universidad de Michigan con la confianza del consumidor y las expectativas por encima de lo estimado y iv) el PMI de Chicago muy por encima de lo previsto, +47,4 vs. +39,7 y 35,4 anterior.
La semana actual no contará con muchos datos económicos, pero destacamos los siguientes: i) se publicarán los PMIs de China, Zona Euro y EEUU, ii) se conocerá el IPC y las ventas minoristas de la Zona Euro y iii) se publicarán los datos de empleo en EEUU, JOLTS, ADP y tasa de desempleo (4% estimado). Recordemos que el miércoles será semifestivo y el jueves el mercado estará cerrado en EEUU.