MADRID. Merlin ha iniciado el año con muy buen tono y, por su aspecto técnico, el valor tiene base para continuar haciéndolo bien. Según observamos en el primer chart, Merlin experimentaba una fase correctiva desde mediados del pasado año, en línea con el resto de mercados. En el caso de Merlin, esta corrección le ha servido para que el precio, a finales del mes de diciembre de 2018, fuese a buscar la directriz alcista principal que mantiene como soporte principal al valor desde el pasado año 2016 (marcada en verde en el chart).
El punto de apoyo que encontraba Merlin en diciembre se correspondía con el nivel de los 10.65€, que coincide con el soporte que encontraba el valor en el pasado mes de febrero. De esta manera, Merlin puede haber formado una estructura de doble suelo (de implicaciones alcistas), que ha coincidido en el tiempo con la directriz alcista comentada.
Además, el nivel de los 10.65€ se encuentra muy próximo al 38.2% de retroceso de Fibonacci de todo el tramo al alza que precede al valor antes de su corrección (tramo recorrido entre junio de 2016 y agosto de 2018), lo que da mayor fortaleza al nivel como soporte. Desde entonces, el precio ha iniciado una recuperación que le permite, en el momento de escribir estas líneas, acumular una revalorización anual del 6.68%.
Y observando cómo se ha desarrollado el tramo correctivo en los últimos seis meses, así como su reacción posterior, identificamos una posible formación de suelo de taza con asa, que implica un cambio de tendencia, de bajista a alcista. Merlin ha desarrollado ya la formación de copa y desde finales de enero hasta la actualidad estaría desarrollando la estructura de taza.
El precio podría dirigirse a su máximo relativo anterior (11.80€) y superarlo al alza para confirmar la validez de la figura, que le otorgaría un objetivo al alza de 12.57€.
Ignacio Zarza es analista de Auriga Global Investors
