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Minna Salami: "La Generación Z está más predispuesta a enfrentarse al patriarcado"

17/10/2021 - 

CASTELLÓ. La revista Elle llegó a considerarla como una de las doce mujeres que están cambiando el mundo. La citan como feminista, pero sobre todo, como una de las mayores voces de la diáspora africana. Minna Salami es escritora y también bloguera. De hecho fue a través de su blog MsAfropolitan que consiguió dar cobertura, como pocas veces ha ocurrido, al discurso africano. Y es que sus reflexiones en torno al empoderamiento o el patriarcado, no se entienden sin la vinculación que la autora hace con la descolonización, la negritud o el racismo, logrando así una dimensión mayor en todo lo que cuenta. "Todas las formas de opresión se alimentan las unas de las otras y se refuerzan. No puedes erradicar una sin erradicarlas todas (el sexismo, el clasismo, la homofobia)", recuerda. 

Minna Salami busca situar al llamado 'feminismo negro' en el centro de la lucha, para que este sea el prisma a través del cual poder mirar y cambiar el mundo. Así lo explica en su primer libro -recientemente traducido al catalán- L’altra banda de la muntanya. Com veuries el món si no te l’expliqués un home blanc europeu. La escritora propone algo tan complejo, y a la vez tan apasionante y urgente, como adquirir una nueva manera de mirar el mundo. Centrada, en su opinión, en las mujeres y desde África, por la doble lucha que, por su posición, les ha tocado a estas mujeres vivir. Tras pasar por la Plaça de Llibre de Castelló, Minna Salami responde a Castellón Plaza, sobre todas estas cuestiones planteadas en sus ensayos. 

-Haciendo un guiño al subtítulo del libro, ¿Cómo veríamos el mundo si no nos lo hubiera explicado un hombre banco europeo?
-A lo largo de la historia, la forma en la que hemos visto el mundo ha sido marcada por los hombres blancos, que son quienes han dado forma a ese conocimiento. Algunas veces las ideas de esos hombres han sido buenas, pero muchas otras han sido violentas o han ido en detrimento de ciertos colectivos y eso no nos ha permitido acceder a una verdad global. Cuando me propuse escribir este libro tuve curiosidad por ver qué pasaría si revisáramos los grandes conceptos que estos hombres nos han transmitido y pusiéramos en su lugar las ideas y experiencias de las mujeres africanas. Lo que me encontré fue que, efectivamente, el mundo sería muy diferente y, desde un punto de vista feminista, liberador. 

-¿Está abriéndose poco a poco alguna grieta en esta visión tan opaca del mundo?
-Sí, especialmente en los dos últimos años, porque durante la pandemia la gente se ha empezado a dar cuenta de que todo está interconectado. Es decir, en realidad son los mismos sistemas los que oprimen a las mujeres, como a las personas de otras razas o el medio ambiente. Todas parten de un mismo origen. Y durante la pandemia, los trabajadores esenciales, como la gente que limpia las calles, los médicos o los enfermeros, vieron que estaban más expuestos a la covid, lo cual no deja de ser otra forma de discriminación. El feminismo negro dice que todas las opresiones parten de un mismo punto. Por eso, esta situación abrió una ventana a hablar de estos temas.

-Muchas veces se habla de que hay que dar voz a la mujer africana, pero en realidad, lo que vosotras pedís es que se os escuche. ¿Es una cuestión de ceder espacios?
-Las mujeres africanas hablan desde hace mucho tiempo, han estado casi gritando y ahora es cuando se las empieza a escuchar, pero no lo suficiente. Donde yo vivo, en Reino Unido, es verdad que hay mucho debate sobre la representación, hay muchas mujeres de color que hablan, pero de lo que se trata es de que se les escuche de verdad.

-¿Existe un punto de conflicto entre los llamados 'feminismos blancos' y los 'feminismos racializados'?
-Para mí el feminismo blanco como concepto no existe. Hay muchas mujeres feministas que son racistas, pero cuando hablamos de feminismo negro nos referimos a toda una escuela de pensamiento real que vincula la lucha del feminismo a la lucha de clases y de racismo, pero el feminismo blanco no se muy bien de qué habla. Creo que se refiere a gente que no termina de entender la causa. 

-¿Por qué crees que hay mujeres que directamente se muestran reacias a hablar de feminismo y a formar parte de él?
-Están oprimidas por el patriarcado. Hay tres formas de sentir el patriarcado: o lo aceptas, o estás de acuerdo o te opones. Las mujeres que rechazan llamarse feministas es porque lo aceptan o incluso están de acuerdo, pero obviamente todas deberían de estar en contra. 

-Tu libro está siendo traducido a múltiples idiomas, alcanzado así un público mayor. ¿Crees que, en general, hace falta que los ensayos salgan de los circuitos académicos para llegar a más personas?
-En mi caso, obviamente, estoy super contenta con la traducción del libro. Mi blog ya era muy internacional, ya consiguió trascender, pero es cierto que tenía una audiencia básicamente feminista y de gente procedente de estudios africanos. En cambio, este libro me ha sorprendido porque ha llegado a artistas e incluso a hombres blancos que les ha parecido muy interesante.

-¿Están las nuevas generaciones más preparadas para hablar de temas controvertidos y, en consecuencia, para cambiar el mundo?
-Absolutamente. La gente joven es más consciente y está más predispuesta a afrontar estos temas y enfrentarse al patriarcado. Especialmente la Generación Z y eso me da esperanza para luchar. Aunque al mismo tiempo me asusta que estos se queden en la superficie y no se interesen por la teoría. Es fácil seguir lo que se comenta por Twitter, pero no tanto profundizar. 

-Las redes sociales tienen cosas muy positivas, pero también negativas. Es muy sencillo dar un mensaje, pero al mismo tiempo es fácil que se diluya y se pierda...
-Claro, cuesta focalizar la atención. Hoy toca un tema, pero mañana otro. Pero lo que es aún más peligroso es que la gente joven se está separando un poco de los libros y por lo tanto, también pueden perder la esperanza y la alegría que tienen. Lo que se extiende más fácilmente por Internet es la rabia y frustración. En cambio los libros te ofrecen una lectura más reposada. Hay que comprender que el feminismo no es solo una batalla, es un movimiento que también habla de cómo encontrar la ilusión y la alegría en la vida y cómo vivir cómoda con una misma.

-¿Crees que muchas veces se ve el feminismo como una lucha oscura y hostil?
-Igual que hay luz en la oscuridad, hay oscuridad en la luz. Se puede encontrar optimismo en la confrontación y en el hecho de superar obstáculos. Por lo que creo que sí debería de percibirse como una cosa hostil. A veces se tiende a no hacerlo y eso en realidad es lo que le está extrayendo el sentido, porque no olvidemos que el feminismo es un movimiento que está tratando de desbancar y tumbar el patriarcado. Así que sí debería percibirse como algo hostil.

-No obstante, desde hace unos años se usa el término 'feminazi' para referirse en sentido peyorativo a las feministas más "radicales". ¿Cómo afecta esto al movimiento?
-Lógicamente es una respuesta del patriarcado porque se siente amenazado por el feminismo y entonces crea esta narrativa de unas 'feminazis', que no entienden los hombres y que son gordas, feas y tienen pelo. Con lo que se crea la idea de un "monstruo". Pero lo que sucede es que en realidad el feminismo está comprendido por mujeres altas, bajas, gordas, de todas las razas. Y esto, en realidad, es más peligroso que el monstruo que el patriarcado define.

-¿Cómo valoras el discurso feminista de los actuales medios de comunicación?
-Los medios de comunicación juegan un rol muy importante, pero muchos son propiedad de hombres blancos y mujeres con posiciones elevadas y por eso colaboran en un relato simplista por lo que se refiere a las mujeres africanas. 


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