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VALÈNCIA. El método de concesión de ayudas que el conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, escogió para la convocatoria de Reconstruïm Pobles no ha sentado bien aquellos municipios que se han quedado fuera del concurso. Y es que, esta línea de subvenciones destinada a rehabilitar edificios municipales y entornos patrimoniales fue revestida de concurrencia competitiva cuando, en realidad, 24 de los 70 beneficiarios fueron seleccionados a dedo y sin atender a los baremos que la propia institución designó para poner en marcha el proceso. Así, localidades que por puntuación deberían haber obtenido el dinero han sido sobrepasadas por otras peor valoradas. Es el caso de Mislata y Albaida, que ahora amenazan con presentar un contencioso administrativo contra el conseller si no se aclara debidamente la situación.
Ambos municipios se quejan de que el proceso de concesión de las subvenciones fue opaco, "extraño" y con pocas garantías. Esto se debe a que la Conselleria tan solo hizo pública una lista con los municipios que sí que habían obtenido la ayuda, pero omitió tanto los criterios de selección como la nota que cada uno de los proyectos había obtenido. Un hecho insólito en los procesos de concurrencia competitiva, y que dejó a los Ayuntamientos excluidos sin saber qué era lo que había fallado ni tampoco en qué posición se encontraban.
Fue la insistencia de algunos consistorios lo que llevó a la Conselleria de Vivienda a publicar los criterios de selección que habían regido la convocatoria: los había técnicos, sociales, por peligro de despoblación y otros tantos. Sin embargo, lo que jamás salió a la luz fue la lista con el orden de puntuación de los municipios, y esta semana se supo por qué. Al parecer, no todos los agraciados fueron los mejor puntuados. Según el documento al que ha tenido acceso Valencia Plaza, más de una veintena no cumplían los requisitos mínimos recogidos por las bases y, de hecho, algunos incluso sumaban un total de 0 puntos en la baremación final.
"No entendíamos cómo nuestro proyecto, que estaba muy bien estructurado, se había quedado fuera", lamenta el alcalde de Albaida, Josep Antoni Albert. "Nos dijeron que las ayudas prestarían especial atención a los entornos educativos, culturales y patrimoniales, por lo que decidimos presentar el proyecto de acondicionamiento de la escuela de la república, en la biblioteca municipal. Era un anteproyecto ya redactado y muy bien trabajado, pero cuando salió la lista vimos que habían otorgado subvenciones a algunos pueblos solo con la memoria, o incluso a intervenciones de asfaltado de calles, mientras que a nosotros nos dijeron que no. Fue muy confuso", matiza. Ahora, tras saber que su municipio podría ser uno de los relegados por las ayudas concedidas a dedo, ha advertido sin tapujos: "Exijo a la Conselleria de Vivienda que haga pública la lista con la valoración de los funcionarios a los proyectos, o sino tomaremos todas las medidas que hagan falta, incluso ir a los tribunales".
El estupor del primer edil fue tal que incluso avisó a su partido, Compromís, de que veía algo raro en el proceso. "Después de que publicasen la lista con todos los beneficiarios nos quedamos esperando a que enviasen una resolución con nuestra nota y los motivos por los que nuestro proyecto había sido rechazado, pero nunca llegó. Todo estaba rodeado de mucho oscurantismo y yo así se lo hice saber a mi formación", relata. "Tanto la Generalitat como la Diputació envían siempre un documento explicando el por qué sí o por qué no de una ayuda. Es lo que se tiene que hacer en los concursos públicos, pero en esta ocasión no sucedió".
En Mislata también consideran que el proceso no fue todo lo transparente que debiera. El alcalde, Carlos Fernández Bielsa, ha explicado que su municipio ya dio el paso y presentó un recurso administrativo contra una convocatoria que consideraba injusta. Según explica, el proceso no presentó suficientes garantías procedimentales y desde el principio despertó los recelos de este consistorio. Unos recelos que ahora se han visto incrementados por las dudas sobre la rigurosidad de las adjudicaciones.
Dos de los municipios más vocales contra el procedimiento de la Conselleria de Vivienda han sido la Font de la Figuera en Valencia y Pedreguer en Alicante. Desde el primer momento, ambos consistorios se mostraron muy críticos con el manejo de la institución autonómica, y pidieron en reiteradas ocasiones que se hicieran públicos tanto los criterios como las listas. Su insistencia no sirvió para conseguir esas demandas, pero sí que arrancó una promesa por parte del área que dirige Dalmau: en 2021 obtendrán las ayudas que han pedido.
Un compromiso que suena tan arbitrario como las subvenciones que se han otorgado este mismo año, teniendo en cuenta que todavía no se conocen las bases ni los concurrentes del año 2021. Así, y a pesar de salir favorecido por la propuesta, el alcalde de Font de la Figuera no se muestra convencido: "Pregunto por la resolución de 2020 y siempre me responden con la convocatoria para el año 2021. Pero es que yo lo que necesito saber es en qué hemos fallado esta vez, qué es lo que le falta a mi proyecto para que pueda ser aprobado. ¿Y si el año que viene cambian las bases? ¿Y si no se ajusta a lo que quieren?", lamenta Vicent Muñoz, de Compromís. En este sentido, coincide con el resto de consistorios en denunciar la falta de información: "No nos han dado valoración ni la nota que hemos sacado".
Además, también añade que la convocatoria en sí misma fue muy confusa y apresurada: "Anunciaron las ayudas y nos dieron muy pocos días para presentar el proyecto, una semana o una semana y media. Y todo eso en el mes de abril, en pleno confinamiento. Aun así, movilicé al arquitecto municipal para que me redactase una propuesta en tiempo récord y la presenté, porque para un municipio pequeño como el nuestro estas ayudas son importantes. Hemos solicitado varias veces que nos digan dónde estaban los errores y por el momento no hemos obtenido ninguna respuesta", concluye al respecto.
En esta misma situación se encuentra también Pedreguer. Este martes, Dalmau visitó el municipio para contemplar el avance de unas obras, y el alcalde aprovechó su presencia para trasladarle nuevamente el malestar del consistorio con el desarrollo de Reconstruïm Pobles. Una queja el conseller intentó aplacar con el ofrecimiento de incluir la rehabilitación del edificio de La Musical en la segunda convocatoria del plan, prevista para el año que viene.
Alfred Remolar, alcalde de Betxí, ha anunciado que presentará una reclamación contra Vivienda si se demuestra que las ayudas no han respetado el orden de baremación. Por el momento, ha calificado de "muy grave" la situación y ha explicado que el consistorio investigará lo sucedido. En esta misma línea va también la opinión de Carmen García, concejala de Vivienda de la Vall d'Uixó, quien ya ha puesto a trabajar a los técnicos "para evaluar la situación y estudiar acciones posteriores en caso de que haya indicios".
En Alicante, Xaló también se muestra particularmente desconfiado, después de saber que no ha sido seleccionado para la subvención. Su caso es particularmente llamativo, ya que este consistorio cumplió con una de las condiciones adicionales contempladas en las bases de la convocatoria: abrir un proceso participativo para que los vecinos decidieran el proyecto a presentar. De este modo, el Ayuntamiento convocó unas votaciones que se saldaron con la remodelación de la plaza principal. Un proyecto que por el momento quedará aparcado.
Según se desprende de la lista a la que ha tenido acceso Valencia Plaza, los 24 municipios que han accedido a ayudas por encima de otros con mejor puntuación son Puebla de Arenoso, Cortes de Arenoso, Vinaròs, Callosa del Segura, Almoradí, Santa Pola, Sagunto, Ayora, Elda, San Vicent del Raspeig, Argelita, Meliana, Manises, Yátova, Buñol, Poble Nou de Benitatxell, Gata de Gorgos, Benissa, Teulada, Xàbia, Castelló de la Plana, Moncofa, Requena y Atzeneta d'Albaida. Un montante que entre todos asciende a los 5.541.752 euros.
Por el contrario, municipios como Herbés, Barracas, Altea, Cullera, Sueca, La Pobla Llarga, Ontinyent, Ademuz, Muro de Alcoy, Cortes de Pallás, Ontinyent, Jérica, Llíria, Catarroja o Rafelbunyol son algunos de los que se han quedado fuera estando en buena posición.
Cuando la Conselleria de Vivienda publicó el listado de beneficiarios, también anunció que había seguido una serie de criterios para valorar cuáles eran las actuaciones más urgentes y cuáles podrían esperar. Así, dejó entrever que realmente la convocatoria no era un concurso público como tal, por lo que todas las subvenciones podrían haber sido concedidas a dedo sin que esto fuera ilegal. Sin embargo, decidió convocar una concurrencia competitiva para hacer que ver que el proceso se había desarrollado en igualdad de condiciones, para luego acabar ignorando sus propias bases en 24 casos.