playa de urbanova (alicante)

Moments Bar, placer hedonista junto al mar

Abierto todos los días del año, en plena bahía de Alicante.

| 11/02/2022 | 4 min, 52 seg

Todo empezó con unos recreativos. Máquinas de videojuegos, chucherías, polos... En definitiva, la adolescencia de muchos de nosotros. Detrás de ellos una familia, los Remacha Sanz y concretamente Raquel, madre de familia, que sacaba adelante el arcade desde 1986, mientras su marido trabajaba en el banco. Todo aquello se empezó a gestar en la playa de Urbanova de Alicante, casi limítrofe con Elche.

Pasaron los años y al popularizarse las videoconsolas, que muchos podían tener en casa, ¿para qué seguir yendo a los recreativos? Renovarse o morir. Fue entonces cuando aquel espacio, se transformó. Y vaya si lo hizo. En 1992 abría, en el local aledaño que adquirieron, El Capricho de Raquel, un restaurante especializado en cocina tradicional, guisos y arroces, que hoy sigue triunfando. “Mientras cocinaba veía a mis hijos en los recreativos por una ventanita”, recuerda Raquel. Muchos visitaron esta casa en sus 30 años de trayectoria, hasta tienen el recuerdo de algunos ilustres visitantes, como la de Felipe y Letizia, hoy Reyes de España. Pero no penséis que recibieron un trato especial, porque “para mi cualquiera que venga es rey y reina”, apostilla Raquel.

Buena cocina, trato excelente... No era de extrañar que esta hostelera de raza empezara a impregnar su carácter en sus hijos Sergio y Raquel, que pronto se sumaron al negocio. El Capricho de Raquel siguió creciendo y a los años, se hicieron con otro local, este ya en primera línea de playa y al girar la esquina, que albergaría el primer proyecto de los hermanos. En 2015 este espectacular restaurante de 300 metros cuadrados, daba el pistoletazo de salida a un fructífero periplo. Había nacido Moments Bar, nuestro último objeto de deseo en Alicante.


El concepto es radicalmente diferente al del restaurante maternal. Y tiene todo el sentido del mundo. Quien quiere un arroz va al Capricho, el que quiere gozar de un concepto distinto, a Moments Bar. Es más, este abre todos los días del año y del desayuno a la cena, por lo que puedes pasarte por allí para arrancar el día o dejarte llevar hasta las primeras copas de la noche.

A Moments se va a pasarlo bien. El espacio desde luego invita a ello. La terraza, frente al mar, no puede ser más apetecible. Y más ahora para disfrutar de esta primavera adelantada. El interior no le queda a la zaga. Cosmopolita, cálido y amable, el espacio creado por Toni Espuch, uno de los diseñadores más reputados de nuestro país, se inspira en el Nueva York de los años 20, pero nunca pierde el foco en el Mediterráneo. Y para que sus clientes repetidores vivan cada vez un Moments diferente, cada 7 u 8 meses hacen un cambio de decoración.


Pero más allá de un contenido bonito, los hermanos Remacha Sanz, se han preocupado de que en su restaurante, se coma y se disfrute con mayúsculas. “Cuando alguien nos dedica su tiempo, nos dedica lo único que no se recupera jamás, ya que la vida son Moments”, reza la bienvenida. Así que nos entregamos al hedonismo, que la vida es un momento, ¿no?

Y ¿qué se come y bebe en Moments Bar? Sergio y Raquel lo tuvieron claro. Producto de primera. Se rodean de lo mejor de nuestra tierra: almendra Marcona de Frutos Auro, en Murcia, ostras Daniel Sorlut, salazones (hueva de mújol, lama de hueva de almadraba...), salchichón de Casa Riera, embutidos de Gloria en Guadalest, conservas de Los Peperetes, cecina de wagyu, anchoas de Yurrita... Y eso hablando del producto puro y duro, porque la carta es de esas en las que hay mucho y para probar muchas veces.


La otra apuesta es por las brasas. Todo pasa por el Josper, sin trampa ni cartón. Calamarcitos frescos, gamba roja de Dénia, cigalas XXL de Santa Pola, almejas, berberechos y verduras, como puerros con salsa romesco o ahora que estamos en temporada, alcachofas. También trabajan con carnes y pescados con nombres y apellido. El atún rojo de Balfegó, las pluma ibérica es de Carrasco Guijuelo y un espectacular tomahawk, de wagyu. Hasta hacen concesiones a la cocina viajera, con baos, siete tipos de hamburguesas y un apartado dedicado a las cocas, que elaboran con masa casera, y coronan con pulpo y salsa okonomiyaki, pollo y manzana con alioli de queso azul o escalivada con katsuobushi.

Deja hueco para el postre, porque el gofre al Josper, acompañado de dulce de leche, es un delirio estratosférico. También hay un alegato de vuelta a la niñez, con una versión del clásico chocolate, pan y aceite, una torrija casera y los panettone de Raúl Asencio. ¿De beber? Más de 400 referencias de vinos nacionales e internacionales, burbujas, 35 referencias de cerveza y una fuerte apuesta por la coctelería. En definitiva, que tiene de todo y para todos.  


¿Lo próximo? Volver a los inicios, a aquellos platos de toda la vida que siguen en su memoria. Para materializarlo, se han quedado con el local anexo a Moments que próximamente abrirá como Bendita Gloria. ¿La idea? Recuperar los sabores tradicionales. Lentejas, albóndigas caseras, magro con tomate, callos, patatas bravas... “Vamos a rescatar todo aquello que hacíamos, en un principio por necesidad, ahora bajo el prisma de disfrute y placer”, explica Sergio. Todo ello haciendo homenaje a su abuela, que aunque no llegó a tenerla, su sueño siempre fue montar una fonda. Y lo mejor, es que muy pronto se hará realidad en manos de sus descendientes.


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