La iniciativa #todosconmona del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia quiere endulzar la labor del personal sanitario con monas, la repostería más tradicional y festiva de Pascua
Nos han quitado el colorido de los cachirulos moteando el cielo de playas y montes, pero no nos pueden arrebatar la estela de anisetes sobre la camiseta después de merendar. Durante la Cuarentena y siempre, los hornos tradicionales de València amasan serpientes, lagartijas, monos y otra fauna de harina, agua, levadura, azúcar, huevo y ralladura de cítricos. «La mona de Pascua tiene esos aromas de naranja que recuerdan a la infancia, al estar reunidos con la familia o los amigos. Momentos de felicidad». Juan José Rausell, es el presidente del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, el colectivo que impulsa #TodosConMona, una iniciativa que quiere hacer llegar este producto repostero típico de Semana Santa al personal sanitario involucrado en la lucha contra el COVID-19. «Las monas cuadran más que el panquemado por el punto de alegría compartida en la niñez».
La mecánica de la campaña solidaria es tan dulce como participativa: por la compra de dos monas en un horno tradicional agremiado, el establecimiento dona una a un hospital público de València. El Hospital General, el Arnau de Vilanova, el Clínico, La Fe o el Doctor Peset son los centros en los que a partir del Jueves Santo llegarán las cajas cargadas de monas para el personal. «El número de unidades repartidas dependerá de las que se vendan. No obstante, no nos importa demasiado la previsión de ventas, nos hemos comprometido con los hospitales para asegurarles las cantidades necesarias para que todos los profesionales tengan su mona», indica Rausell.
Desde el gremio se muestra muy contentos con la aceptación de los integrantes del colectivo. Estiman que se sumarán unos 70 u 80 productores de València ciudad. Uno de los hornos participantes es Alfonso Martínez, conocido por sus implacables croissants. Laura, vendedora de este local de la calle Ercilla, en los aledaños del Mercado Central –abierto por cuarentena, con la calidad de siempre y un servicio a domicilio que va como un cohete– cuenta que participan: «Por solidaridad, por apoyarles. Es un pequeño detalle para darles ánimos por todo lo que están haciendo, que es increíble».
La iniciativa parte de una feliz coincidencia solidaria: desde Molí de Picó –una de las principales harineras de la provincia– querían realizar una acción solidaria que alrededor de la mona y algunos agremiados como José Miralles Espert, del Horno Valencia (Calle Sueca 55) buscaban agradecer a los sanitarios su desempeño durante la crisis. «Mi marido tuvo una idea –cuenta Ana María Beltrán, del Horno Valencia– ya que los sanitarios se están portando tan bien, agradecérselo de alguna manera. Lo expuso a la junta directiva del gremio y mira, juntaron una idea y otra. Repartiremos de Jueves Santo a Lunes de Pascua. Además, vamos a atender a la policía local de aquí de Ruzafa dándoles almuerzo y merienda».
Como otros tantos productos reposteros españoles, la mona se remonta a la tradición musulmana. Este dulce es una evolución de la munna, un brioche típico de Orán. El término árabe se traduce por “provisión de la boca”. Esta pieza de repostería antiguamente era ofrecida como regalo y símbolo de la prosperidad. Otra teoría, de corte etimológico, señala directamente que la palabra “mona” proviene de monus, que significa “obsequio”.
Nos han quitado las calles –y los campos y playas– pero tenemos el cielo, como dice Jesús Terrés. Un horizonte al que mirar con los manos pegajosas de fideos de colores deshaciéndose por el calor y el regusto al azahar, que este año apenas tuvo tiempo para asomar. El confinamiento fue una poda inesperada, un medio justificado por los fines: volver a florecer.
«Nosotros simplemente queremos apoyar a un sector que está jugándose la vida a diario. Aportar un granito de arena», el presidente del gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia resume la intencionalidad de la campaña con la misma sencillez que Enrique Canet Esteve, del Horno San Pablo, en la Avenida del Oeste 25: «Con esta iniciativa queremos por una parte, promocionar la venta de monas, concienciar a la gente y animar a que se compren para disfrutar en casa. También aplaudir el trabajo de todos los sanitarios».
Además de los mencionados establecimientos (Horno Valencia, Horno Alfonso Martínez, Horno San Pablo) participan, entre otros locales, Pastelería Monpla en Pizarro número 32; Vicente García Rutia en Reino de Valencia, 6; Horno Galdón en la calle Ramón de Campoamor, 7; Forn Artesà Les Netes en el 61 de la calle Alta del Mar y La Tahona del Abuelo (en Plaza de España, 1; Calle de Gorgos, 6; Calle de los Ángeles, 84 y Calle Conde de Alaquás, 1).
Más información sobre los hornos, pastelerías y panaderías adheridos a la iniciativa en la página del gremio