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grand place / OPINIÓN

Money, money, money, money…! (léanlo cantando)

10/10/2017 - 

“Money makes the world go around”. Como la canción de la genial película “Cabaret”… El dinero hace girar el mundo… y hasta le puede dar la vuelta a la independencia de Catalunya, con el anuncio de CaixaBank y el Sabadell de trasladar sus sedes a València y Alicante. La vi recientemente en el teatro Olympia de Valencia y me dejó el corazón helado, más aún si pensamos en los tiempos convulsos que vivimos, en el repetido saludo fascista de la manifestación del domingo en  Barcelona, en la sinrazón y en la incertidumbre….

Porque a eso es a lo que se reduce todo en la vida. En el miedo a la incertidumbre y en su consecuente inseguridad, a lo desconocido, a la desconfianza… Y el dinero es miedoso. O, si no, ¿qué es lo que obligó a los dos grandes bancos de Catalunya a batirse en retirada hace unos días? El miedo y una llamada de Wall Street, ¡seguro! 

¿No se lo creen? Pues deberíamos estar acostumbrados a que el dinero nos gobierne la vida. La memoria es débil, pero podemos hacer un corto recorrido por los casi diez años de crisis financiera que aún anidan en nuestras almas. La Europa del "grow and job" -crecimiento y empleo-, como uno de sus objetivos prioritarios de la década, ha fracasado. La políticas de austeridad impuestas por la troika, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la cabeza, se han traducido en un desequilibrio económico norte-sur cuyo descontento político se ha hecho palpable en las urnas. Y es lo que estamos presenciando a través de los movimientos nacionales y populistas en todo el continente y la Gran Bretaña.

Si nos detenemos en este punto, podemos recordar los resultados en las urnas de movimientos que nacieron como protesta en las calles contra estas políticas llamadas “austericidas” o de recortes de servicios sociales, ya que hicieron sumir en una crisis aún mayor a la clase media. Desde la llegada al poder de Tsiriza en Grecia, pasando por Podemos en España y Bepe Grillo controlando con sus vetos el endeble Gobierno italiano… 

Y no podemos olvidar los populismos del centro y norte de Europa, los temidos nacionalismos que han vuelto a despertar en un continente adormecido por décadas de Estado de Bienestar y que comenzaron con el Brexit. Es aquí donde surgen los líderes ultras que nos intentan devolver a los fascismos del siglo pasado en Holanda, Austria, Chequia, Polonia y, sobre todo, Francia, con Marine Le Pen rozando con sus dedos el Gobierno de la República. Nacionalismos que han intentado comparar con el movimiento soberanista catalán, cuando los brazos alzados al estilo hitleriano venían del otro lado. También en Valencia, ayer mismo, mientras escribo esta líneas.

Pero vamos a volver al capital y recordar cómo nos castigaban con la prima de riesgo los excesos de nuestro Gobierno, que se permitía sueldos ¡de más de mil euros! para la clase media española. "El restablecimiento de su competitividad puede necesitar grandes sacrificios, como una rebaja de los salarios", afirmó el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, ya en 2010 respecto a España. 

Olivier Blanchard. Foto: EFE

Y llegaron los recortes, para poder pagar la deuda de la banca. De nuevo en la memoria -porque además ha sido hace bien poco-, tenemos las palabras del Gobernador del Banco de España, dando por perdidos 42.590 millones de euros del rescate bancario pagado por los ciudadanos de este país. Buen negocio el de nacionalizar la deuda privada bancaria. ¿También repartirán los beneficios?

Y ahora, vamos a la “Operación Huida”, que yo la llamaría “Operación Cóndor”, por lo de la expansión de las políticas neoliberales orquestada desde Estados Unidos en el Cono Sur… Pero es que en los días previos al referéndum, el principal banco de inversiones estadounidense, JP Morgan, desaconsejaba comprar deuda española: "El equipo de JP Morgan recomienda recortar posiciones en la deuda a 10 años de España y apostar por las referencias de Portugal y Alemania”. Vaya con JP Morgan…, uno de los principales causantes de la crisis financiera mundial, sancionado por la venta de las hipotecas subprime, y metiendo miedo. 

Al mismo tiempo, la Bolsa daba toques de atención castigando con dureza a la banca catalana. Al día siguiente del 1-O, las acciones del Banco Sabadell y CaixaBank terminaban con descensos del 4,53 % y el 4,43 %. La prima de riesgo catalana, medida con un bono catalán que expira en febrero de 2020 y otro del Estado con vencimiento en enero del mismo año, cayeron ocho puntos básicos. Y el Ibex 35, el principal selectivo de la Bolsa española, perdió 10.000 puntos por primera vez en más de medio año. Demasiado para Wall Street. Recordemos, el capital no tiene fronteras.

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