Quizá el mejor plato de la bodega que ya es (un poco) patrimonio gastronómico del Canyamelar
Este Anyora de Román Navarro nos ha dado ya tantas alegrías que parece mentira sea, todavía, un recién nacido. Y es que ha redefinido, en tan solo dos años (ni siquiera dos años) la personalidad gastronómica de un barrio centenario gracias a tantos clientes felices en busca de platos y guisos tradicionales —pero también es culpa de los maravillosos vinos naturales vía Nicola Sacchetta, sus tapas de siempre y una barra abierta al barrio que ya es identidad gastronómica del Canyamelar.
De aquí me gusta casi todo, su bravas (tan fácil, tan difícil), sus tellinas en temporada, sus crestas de gallo o su oreja a la plancha; pero si hay un plato que me enamoró desde el primer momento ese es el morro con anguila ahumada y frutos secos. Rotundo, visceral y maravillosamente sápido. Un diez.