VALÈNCIA. La naviera suiza MSC aumenta de forma sustancial el dividendo que recibe de su filial española por la explotación de la principal terminal de contenedores privada del Puerto de Valencia. En concreto, el dividendo de 2016 se ha fijado en 33 millones de euros, muy por encima de los 6 millones que acordó repartir en el ejercicio anterior.
Según detalla en sus cuentas la firma MSC Shipping Company Terminal Valencia, titular de la concesión del recinto valenciano, la aportación se realiza con cargo a los resultados de 2016, por importe de 11 millones de euros, mientras que los 12 millones restantes se obtienen de las reservas voluntarias constituidas en ejercicios anteriores.
MSC Valencia es propiedad al 100% de la sociedad Terminal Investment Limited (TIL), la firma del grupo MSC que agrupa las terminales que la naviera opera en todo el mundo. En TIL participa también el fondo Global Infrastructure Partners (GIP), con un 35% del capital.
Tras el reparto decidido por el socio único las reservas constituidas se redujeron a 3,68 millones frente a los 15,2 de 2015. Según detalla en la memoria, la empresa debe destinar el 10% de los beneficios de cada ejercicio a la reserva legal hasta alcanzar al menos el 20% del capital social. Por debajo de ese umbral no se podrían pagar dividendos.
Por lo que se refiere a la marcha del negocio en 2016, la empresa explica que el volumen de negocio se ha visto reducido por la reducción temporal de la capacidad productiva de la terminal por los trabajos de modernización de la terminal, que se alargarán hasta el presente ejercicio.
En concreto, MSC Valencia logró unos ingresos de 89,9 millones de euros en 2016 frente a 101,5 millones del ejercicio precedente. El beneficio neto se situó en 10,9 millones, por debajo de los 11,4 millones de 2015.
Por lo que se refiere a la deudas con entidades de crédito, la firma explica que en febrero del año pasado formalizó una nueva línea de financiación por importe de 120 millones de euros y vencimiento en 2013 con tres entidades financieras para cancelar préstamos con empresas del grupo y "garantiza el plan de inversiones".
Este plan, puesto en marcha en 2015, prevé adaptar tanto su flota de maquinaria como sus infraestructuras al nuevo tamaño de los buques portacontenedores, que oscila entre 18.000 y 21.000 TEUS.
Al cierre del ejercicio 2016, la deuda pendiente de pago con entidades de crédito ascendía a 119,4 millones, de los cuales 116,17 son a largo plazo.