MADRID. El movimiento correctivo formado desde los 8,50 euros profundiza lo suficiente como para dañar la tendencia de medio plazo. Al mismo tiempo, si ponemos las cosas en perspectiva, el largo plazo sigue siendo alcista, y la corrección, en términos proporcionales, cumple con la normalidad. Así, hasta los mínimos que hemos visto actualmente, el ajuste es de un 62% Fibo del tramo alcista 2011-2015.
Por otro lado, las intersecciones de las directrices, máximos-mínimos relevantes, mantienen una estructura creciente. Desde un punto de vista operativo, el que no ha vendido con anterioridad, en nuestra opinión debería esperar, al menos a que se produzca un rebote.
La dificultad, como casi siempre radica en el posicionamiento, dado el incremento que se produce en la volatilidad ex-post. En estos contextos, el precio suele tomarse un tiempo relativamente amplio, proceso necesario para reducir la volatilidad.
En este sentido, nosotros somos partidarios de buscar divergencias en los osciladores de momento en partes extremas de los mismos, por ejemplo RSI<30, a poder ser en formato semanal.
Por otro lado, partiendo de la base de que el tiempo necesario teóricamente para volver a la normalidad será clave, recomendamos una exposición reducida para aminorar el coste de oportunidad.
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Óscar Germade es analista de BNP Paribas Personal Investors