COCINAS DEL MUNDO

Muff & Co, buena música y cocina afrolatina para animar los días y las noches de Arrancapins

Se llama Muff & Co y ha nacido con el objetivo de convertirse, con el tiempo, en un referente de la cocina panafricana en València. Es decir, no solo la que se consume en el continente africano, sino también la de sus encuentros en la diáspora caribeña, latina y norteamericana. 

| 25/11/2022 | 5 min, 5 seg

Ru, nacido en Guinea Ecuatorial, y su pareja Caroline, procedente de Bolivia, abrieron el pasado mes de marzo este pequeño restaurante situado en una calle especialmente tranquila y poco transitada del barrio de Arrancapins (Doctor Vila Barberà, 9). Es un local modesto, aunque fácilmente identificable por el letrero con motivos étnicos que preside la entrada y por una pequeña terraza que es perfecta para disfrutar de sus “afroalmuerzos”. Sí, el colectivo de profesionales del esmorzaret tiene aquí un lugar donde escapar de la rutina del pepito y el blanco y negro. Apunten: bocadillos de heñña mechada (con ternera, guacamole casero, plátano frito y salsa guasacaca); su versión con carne madurada 48 horas, la de pollo desmenuzado y la vegetariana.

“El nombre del local, Muff, es una expresión muy coloquial que utilizamos los guineanos cuando estamos entre amigos. Sirve tanto para estar de cachondeo como para expresar cabreo”, nos explica Ru. Otra referencia curiosa es el gorila albino que vemos en el logo. Es -ya lo habías adivinado- Copito de Nieve, que tras su muerte en 2003 continúa siendo todo un emblema en Guinea Ecuatorial. 

Ru trabajaba profesionalmente en Barcelona como dj (Dj Ru Ondo) hasta que decidió mudarse a València para abrir este negocio. De ahí que uno de los reclamos de Muff&Co, además de la comida, sea la selección musical. Brasileña, latina, africana… “¡todo menos mainstream!”, avisa. ¿Y por qué València?, preguntamos “Hicimos una investigación de campo, visitando muchos restaurantes marroquíes, africanos, latinos. Llegamos a la conclusión de que aquí había muy pocas casas de comidas africanas, y las que había tenían una oferta muy limitada. Nosotros hemos querido diferenciarnos apostando por la variedad y dándole una vuelta a los platos tradicionales, aunque sin alterar su esencia original. Algunos de los platos que tenemos en la carta son caribeños, pero les damos un toque africano con las especias (o al revés)”. 

Con la intención de llegar a un público más amplio, en Muff&Co suelen rebajar el punto de picante o reducen el número de especias, aunque el cliente siempre puede pedir la versión “potente”. Por ejemplo, los amigos del picante echarán en falta algo de “punch” en la salsa de mango con chile habanero que acompaña a varias de las propuestas en carta. No te cortes, y pide, que no te mirarán mal.

Las especialidades 

La especialidad de la casa, o al menos el plato con más carga emocional para Ru, es el pollo en salsa de cacahuete, que por cierto les queda jugoso y tiernísimo (se puede cortar con una cuchara). Es el plato que se come en las familias guineanas por antonomasia, como aquí la paella.

Probamos la yuca frita acompañada de tres salsas y continuamos con unos dados de merluza fresca y bien rebozada, que vienen aderezados con aliño de especias caribeñas, un toque de lima y una salsa guasacaca venezolana que se elabora con perejil y cilantro y tiene una textura más bien ligera. Esta salsa, igual que el plátano frito y las gambas, se encuentra de forma muy recurrente en la carta de arranque Muff & Co. La justificación, no carente de lógica, es que prefieren empezar con una carta pequeña pero bien atada, que arriesgarse a introducir muchas opciones y terminar desechando materia prima. 


Llegan ahora a la mesa dos platos muy vistosos, de esos que piden un cóctel para completar la foto. El primero es la Piña Island, que es una piña caramelizada al fogón y vaciada posteriormente. En el cuenco se introduce arroz blanco y gambas aliñadas con aceite de gamba, especias del Surinam y cajún. “Este plato lo probé en el Caribe y me llamó mucho la atención -recuerda Ru-. Te lo preparaban en la playa en el momento, con las gambas que acaban de traer los pescadores”. El truco consiste en comer con la cuchara, rascando en el fondo para recoger piña con cada bocado de arroz y gamba. 

Terminamos los principales con la joya de la corona, el plato con el que más opciones tienen de ganar nueva clientela. La cesta plátano frito con guacamole de gambas es bonita, divertida a la hora de hincarle el tenedor y sobre todo está riquísima. Según nos cuenta Ru, es un plato venezolano al que le han añadido especias africanas y un sutil toque de mango que hay que rematar en el último momento exprimiendo por encima un chorrito de lima. Originalmente, el plátano se sirve plano, pero ellos han tenido la buena idea de modelarlo para que sirva de recipiente comestible. 

Advertimos que la carta es escueta, pero también muy contundente. Si uno quiere llegar al postre estrella -unos buñuelos de plátano tradicionales de Guinea con canela acompañados de helado de mango-, más vale que pida con cautela los platos previos. 

La conclusión de nuestra primera visita (porque seguro que habrá más), es que Muff&Co han empezado con buen pie, pero que darán mucho más de sí cuando se consoliden y puedan ampliar su repertorio con más ingredientes y platos. Es una cocina muy sencilla, sabrosa y hecha con mimo. Con precios muy razonables (20-25 euros por persona) y, sobre todo, con propuestas diferentes. 

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