El Ayuntamiento de València ultima el listado de vías que cambiarán de denominación; el Ministerio del Interior confirma a Cultura que el cambio de domicilio en el DNI no tendrá coste alguno para los ciudadanos
VALENCIA. Fue una de las primeras premisas adelantadas por el alcalde Joan Ribó cuando tomó la vara de mando municipal, y conforme van pasando los meses se va concretando. El Ayuntamiento de València ultima el listado de calles franquistas que cambiarán de nombre, e incluirá algunas ya previstas como Doctor Marco Merenciano o la Avenida Barón de Cárcer.
En estos instantes la Universitat de València está redactando el informe definitivo de las calles cuyo cambio de nomenclatura atenderá a lo que dicta la Ley de Memoria Histórica. Para sustituirles se han planteado ya algunos nombres como los de Amado Granell (al que se le busca una nueva calle) o el de Félix Del Río, quien fue presidente de la asociación de vecinos de Torrefiel. Según explicó la concejal de Cultura, Glòria Tello, "en una junta del distrito de Trànsits en la anterior legislatura se aprobó que se le concediera un nombre cuando quedara una calle libre. Por lo tanto, en ese distrito una de las calles que se cambie seguro que llevará su nombre".
Igualmente, Tello recordó que en el nuevo callejero se prestará especial atención a reivindicar a las grandes olvidadas, las mujeres, que suponen sólo un 7% del total. "Priorizaremos a las mujeres y seguiremos el listado que se consensuó en el Consell Municipal de la Dona hace ahora un año. Este organismo nos facilitó un listado con los nombres de mujeres que querían que usáramos". Entre estos se encontrarían los de la primera mujer ajusticiada por su condición de transexual de la que hay constancia, Margarida Borrás, compositoras como Matilde Salvador, políticas como Federica Montseny, científicas como Marie Curie o pensadoras como Simone de Beauviour.
Según Tello, el proceso en el que están inmersos se está realizando sin prisa pero sin pausa. Si bien se contaba con un primer informe realizado por la Clínica Juridica per a la Justicia Social elaborado por técnicos de la Facultat de Dret de la Universitat de València, éste no entraba en profundidad en la cuestión de las calles. El ex concejal socialista Salva Broseta explicó este martes que no se ahondó en este asunto a la espera de si, como así ha sido, se accedía al gobierno municipal o no.
Ahora, una vez al frente de la Casa Gran, el Govern de la Nau cumplirá con una exigencia legal que el anterior consistorio, regido por el PP, decidió soslayar y obstaculizar tanto cuanto pudo. El cambio de nombres de las calles, que hará que delatores, represores y torturadores pasen al olvido, se iniciará a lo largo de este año, según explicó Tello, y se realizará “lo antes posible” y de la forma “menos traumática”, añadió.
Un buen ejemplo de esa actitud sería el cambio de nombre de Barón de Cárcer, donde se acudirá a su denominación histórica y la céntrica vía volverá a llamarse Avenida del Oeste. "Es algo que se cae por su propio peso", comentó. “Todavía muchos la nombran como Avenida del Oeste”, añadió. La denominación geográfica sustituirá a la actual, dedicada a Joaquín Manglano Cucaló de Montull, Barón de Carcer desde 1916 y alcalde de Valencia al terminar la Guerra Civil y hasta 1943. Jefe regional del Movimiento Nacional, procurador a Cortes entre 1958 y 1967, Manglano fue Consejero Nacional del Movimiento.
Otro tanto sucede con la calle Doctor Marco Merenciano. La propuesta de cambiar el nombre de la vía contó en su momento incluso con el apoyo de la formación UPyD, que solicitó hace dos años y medio rebautizarla como Adolfo Suárez en memoria del primer presidente democrático tras el franquismo. Marco Merenciano fue uno de los tres delatores del rector Peset Aleixandre, junto a Ángel Moreu González-Pola (que posteriormente llegó a catedrático de Oftalmología de la Universidad de Santiago) y Antonio Ortega Tena. Estas delaciones, junto a una posterior del odontólogo José Roca Meca, provocaron que el rector Peset fuera fusilado en 1941 al finalizar la Guerra Civil. Se da la circunstancia de que Merenciano era amigo del rector y su familia.
En otros casos se buscarán nombres o grafías lo más similares posible a las que se sustituyen, ya que se lo que se pretende es dar respuesta práctica a una exigencia legal. Desde el consistorio valenciano se ha reclamado asimismo al Ministerio de Defensa y al Arzobispado de Valencia que retiren símbolos franquistas de algunos edificios que dependen de estas instituciones, si bien en ambos casos, se lamentaba este martes Tello, sólo han recibido la callada por respuesta.
Otras conversaciones, empero, han sido más fructíferas. El Ministerio del Interior ha confirmado al Ayuntamiento que para los vecinos de la ciudad no tendrá coste alguno el cambio de domicilio en sus documentos nacionales de identidad. Igualmente, desde Correos se ha confirmado que se facilitará la llegada de las misivas, paquetes y envíos que se realicen a las calles que hayan cambiado de nombre.
En este contexto, desde el Ayuntamiento se había planteado dejar un lapso de tiempo de 12 meses para que cohabitara la doble denominación de las calles, pero el pasado viernes se decidió, tras una reunión de la concejal con la Federación de Asociaciones de Vecinos y con la Comisión de la Memoria Histórica, ampliar ese periodo a 18 meses para permitir al pequeño comercio realizar los cambios en cartelería, tarjetas y utillaje de sus locales.