VALÈNCIA. El cambio de modelo de Conciertos de Viveros se hace notar en las cifras de asistencia. Según los datos definitivos de entradas vendidas para todos los conciertos de 2025, el ciclo musical ha perdido más de un 30% de su público en apenas dos años. Tal y como recoge una respuesta del Ayuntamiento de València a la petición de información del concejal de Compromís Pere Fuset, se han vendido unas 38.200 entradas para las 17 propuestas de esta edición (otra, el concierto de La La Love You, no se contabiliza porque se canceló).
Los datos, a los que ha tenido acceso este diario, muestran el éxito de los dos únicos sold out que se han dado este año: Hakuna y Simple Minds (5.000 entradas). También destacan en positivo la fiesta Kream de Alvama Ice (4222 entradas) o el concierto de Marta Santos (3546 entradas). Por otro lado, cinco veladas vendieron menos de 1.000 entradas.
Estas 38.200 entradas vendidas son la cifra más baja desde el final de la pandemia. En 2022, el Ayuntamiento comunicó que se alcanzaron los 50.000 asistentes, y en 2023, 55.000. En los dos años siguientes, en los que la programación ha dependido de la actual concejala de Fiestas, Mónica Gil, el retroceso ha supuesto unas cifras de 45.000 asistentes en 2024 y de 38.200 este 2025.
Para el concejal de Compromís Pere Fuset, "las cifras de Concerts de Vivers 2025 vuelven a señalar el fracaso al que PP y Vox han llevado a un festival con mucha historia en la ciudad, y que con una oferta diversa y para todos los públicos habia alcanzado records históricos de entradas vendidas con Compromís en el gobierno".
"La inexplicable censura del gobierno a la música en valenciano y el veto a diversos artistas por motivaciones políticas y sectarias han desecho el camino por consolidar un festival urbano que en la práctica constituía la mayor cita musical impulsada por el Ayuntamiento de València. El nuevo pinchazo de estos conciertos liderados por el Ayuntamiento contrasta además con el éxito reciente de la iniciativa privada en el mismo recinto", opinó.
Cambio de modelo
Tal y como denunció la asociación de promotoras, MusicaPROCV, no se trata de analizar la programación únicamente en términos de guerra cultural (a pesar del cambio brusco que supuso acoger a los grupos de música en valenciano más populares a proponer artistas como Bertín Osborne o el grupo ultracatólico Hakuna). En un comunicado previo a la realización de los conciertos este año, la patronal denunció que “tras más de una década de consolidación de una colaboración público-privada que garantizaba una programación diversa, actual y competitiva, en los últimos dos años se ha impuesto un modelo que excluye a la mayoría de las promotoras musicales locales, favoreciendo a programadores de fuera de la Comunitat Valenciana así como a empresas no vinculadas al sector profesional de la música en directo”.
También apuntaban que "la actual gestión de este ciclo ha generado una notable pérdida de diversidad y competitividad musical, afectando a un ciclo que había logrado representar una amplia gama de estilos que garantizaba una amplia asistencia de público con una programación equilibrada de artistas nacionales, internacionales y valencianos"; además de señalar directamente la falta de atención a las promotoras valencianas por parte de la concejala Mónica Gil, de Vox.