VALÈNCIA. La estética colorista y extravagante de las películas del cineasta valenciano Javi Polo casa a la perfección con la hibridación de géneros y texturas que definen a Johnny B. Zero, un grupo en el que cabe todo: desde pop, rock con distorsión y funk hasta blues clásico y free jazz. Juanma Pastor, líder de la banda y músico de enorme solvencia técnica, se mueve tan cómodo con las melodías dulces como con las disonancias, los riffs crudos y las distorsiones de guitarra. 

El gusto compartido de Polo y Pastor por mezclar estilos sin ningún tipo de prejuicio se ha materializado en varios proyectos de colaboración durante los últimos años: Juanma prestó su voz a dos de las canciones contenidas en la banda sonora del falso documental de estética kitsch The Mistery of Pink Flamingos (2020) y posteriormente Polo ha rodado dos videoclips de Johnny B Zero (“Violets” y “Flaqueza”). El último capítulo de esta amistad creativa es Pequeños Calvarios, título que da nombre a la última comedia de Javi Polo - protagonizada por Arturo Valls, Javier Coronas, Pablo Molinero, Enrique Arce, Marta Belenguer y Mamen García, entre otros- y también al séptimo disco del grupo valenciano, donde encontramos dos de las canciones contenidas en la banda sonora de la película. 

Cuando Javi Polo encargó a Juanma Pastor la banda sonora de Pequeños Calvarios, el músico valenciano estaba ya trabajando en el séptimo disco de Johnny B. Zero. Se inició así un proceso de composición simultánea en el que la música instrumental del filme y las canciones del álbum se contagiaron unas a otras. “Digamos que, aunque la banda sonora y el disco son trabajos con entidad propia, ambos comparten el mismo ADN porque los compuse al mismo tiempo -nos explica Pastor-. Hay melodías de la película que convertí en canciones para nuestro álbum poniéndoles letra y cambiando la instrumentación y los arreglos. Eso al final le da un rollo original, porque puedes escuchar la banda sonora y después el LP y observar las diferencias y los puntos de conexión. Por ejemplo “Peli de terror”, que en la peli se escucha con guitarra clásica, ocarina y saxo, en el disco suena con nuestra actual formación de guitarra, bajo y batería”. 

“Las únicas instrucciones que me dio Javi para componer la BSO era que quería que fuese muy colorista -añade-. Por ejemplo, para la canción “Pequeños Calvarios”, que está nominada a los premios Lola Gaos, me inspiré en el humor absurdo y seco de Javi y en esa estética que tienen sus películas que recuerda al cine de los años sesenta, a James Bond y a La pantera Rosa de Blake Edwards. La compuse pensando en Henry Mancini, y le di un rollo pomposo y de rock psicodélic. Como trágica, pero al mismo tiempo cachonda”. 

De quinteto a power trío

Fundado por Juanma Pastor en Austria en el año 2012 junto a dos músicos de Innsbruck, Johnny B. Zero se rediseñó posteriormente en València con una nueva formación compuesta por el teclista Julio Fuertes y el baterista Luis Cirulli. Tras la publicación de dos elepés, Crystal Totems (2016) y Birds (2017), incorporaron a Pablo Pérez, un saxofonista que abrió nuevas vías de experimentación a la banda. Después de varios cambios de formación, en alguno de los cuales han llegado a ser un quinteto, Johnny B. Zero se presenta ahora como un power trío clásico. Lo componen Juanma como vocalista y guitarrista, Mario Garrido a la batería y Pablo Pérez al bajo. 

“Creo que este formato nos sienta muy bien -opina Juanma-. De hecho, creo honestamente que estamos en nuestro mejor momento, con un disco del que estoy muy orgulloso y que suena super bonito en directo”. El próximo 22 de noviembre tendremos la oportunidad de comprobarlo en la presentación oficial del álbum en la sala 16 Toneladas, al que le seguirá una gira por distintas ciudades de España durante los siguientes meses.

Es curioso como, a pesar de no contar con instrumentos de viento ni teclados, el nuevo material del grupo sigue manteniendo su eclecticismo y ese equilibrio entre experimentación y accesibilidad que ha definido su trayectoria a lo largo de más de una década.

“El hecho de que Pablo sea un músico tan bueno, con tanto groove, nos ha permitido llenar de color y ritmo las nuevas canciones a pesar de no tener instrumentos tan distintivos como el saxo. Lo importante es que la poética es la misma de siempre. Para nosotros, los géneros musicales son como paletas de colores a las que recurrimos como hace un pintor”. 

Nos cuenta Juanma que el objetivo de partida de este álbum es que fuese “muy sentimental, pero que rugiera; que fuese crudo al mismo tiempo”. Para conseguirlo, han recurrido a tres productores diferentes: Iñigo Bregel, líder de Los Estanques, que ha producido los temas “Diamantes”, “Fuerza de León” y “Peli de Terror”; Carlos Ortigosa, responsable de “Número 3”, “Una vez más”, “Ojos Brillantes”, “Pequeños Calvarios” y “Regresión” desde su estudio La Azotea de Kar Sound, y por último Roger García, quien se ha encargado de “El Día de los Muertos” y “Fiasco” -cuya temática está centrada en la DANA que devastó la provincia de Valencia el año pasado-, grabados en RPM Estudios.

“Buscamos tres estudios diferentes para conseguir resultados sonoros diferentes. Las canciones que hicimos con Íñigo tienen un carácter más crudo, temperamental y espontáneo, porque las grabamos en directo, en muy pocas tomas, y sin limpiar las pistas ni procesar ni un segundo de las voces. Sin embargo, con Carlos, que es como un hermano, grabamos temas que requerían un ambiente de más intimidad, con más capas y texturas. Con él tenemos una dinámica creada desde hace años en la que las ideas fluyen; todos ponemos muchos inputs y hay una atmósfera muy creativa. No desdeñamos ninguna idea de nadie, todas son bienvenidas, aunque por otro lado tampoco se ofende nadie si la cosa no funciona y se desecha una idea. Creo que un aspecto muy positivo de la banda es que nadie se cohíbe y todo el mundo se siente libre de aportar ideas. En este sentido somos un grupo muy democrático. Aunque las canciones siempre parten de una guitarra acústica y una voz que llevo desde casa, luego la cosa va evolucionando de forma orgánica gracias a los arreglos y las ideas de producción que aportan los demás. Las decisiones determinantes no las tomo yo únicamente ni mucho menos, y de hecho muchas veces lo que escuchas en el disco está en las antípodas de lo que yo llevé en un principio al local de ensayo. De hecho, es probable que el arreglo más característico de una canción sea de otro de los miembros de la banda”.