VALÈNCIA. Hace un par de años dos ilicitanos llamados Rafael Antón y José Aguado se juntaban por primera vez en el festival valenciano Atomic Art. Entre conciertos, cervezas y alguna que otra conversación sobre el futuro surgió entre ambos una preciosa amistad que se saldaría con una promesa: un proyecto musical llamado La Antigua Fe, que curiosamente vuelve al lugar al que nació para celebrar su arte. El próximo sábado 18 de octubre esta dupla valenciana tocará en La Rambleta en el marco del festival Atomic Art, el lugar que les vio nacer y en el que le cantarán al costumbrismo y el amor entre melodías enigmáticas.
Basando su nombre en el famoso y antiguo hospital de València: La Fe, construyen los cimientos de un proyecto pop electrónico en el que se rinden a texturas musicales “abiertas y melancólicas” con las que prescriben buena salud a quienes les escuchen. Lo hacen entre temas como El espacio, Equilibrio, La Antigua Fe y su último sencillo, Si la Guerra no se Acaba en el que rinden homenaje a un futuro que nunca fue y que tal vez nunca será. Entre sus letras se esconde el amor por las amistades, por las anécdotas imposibles y la melancolía por lo no vivido.
“Desde que nos conocimos teníamos la idea de conformar un grupo, pero nunca dábamos el paso. El 15 de agosto del 2024 fue el momento en el que decidimos ponernos a tope”, explica Antón sobre el nacimiento de La Antigua Fe. Ambos músicos, por separado, habían compuesto algunos temas a los que dieron forma de manera conjunta con este proyecto musical y así es como nacieron letras en las que observan al mundo que les rodea desde la ironía más pura. Paseando por las calles de València y dejándose llevar por “la sección gourmet de El Corte Inglés” desde La Antigua Fe consiguen cantarle al amor, la fiesta, la noche y las borracheras que viven sus protagonistas en las canciones.
Lo hacen también con canciones que cuando llega el directo cobran una nueva vida: “Intentamos dar a los temas un hilo conductor y luego jugar con las transiciones. Trabajamos con unas bases y unos códigos que luego se van modificando y jugamos con la versatilidad de la electrónica para tener la mayor versatilidad posible”, explica Aguado. Jugando con los límites del proyecto, desde La Antigua Fe buscan encontrar muy sonido más puro con el que se acercan a su primer disco que verá la luz en 2026.
Con todo ello esta dula de amigos, Aguado y Antón, juegan entre sintetizadores y canciones “poperas” a hacer un guiño a sus historias: las vividas y las no vividas, mientras recuerdan una noche de lo más trambólica en la que la vida les puso entre el público del Atomic Art para hacer que, años más tarde, se subieran sobre su escenario para cantarle a la amistad y el amor que les rodea, aunque a veces se pierda como un niño por los pasillos de un abarrotado Corte Inglés. Lo hacen con letras y melodías en las que ambos dialogan sobre el mundo que les rodea y escriben una carta de amor a una València en la que ya solo queda en pie su Antigua Fe.