VALÈNCIA. "Llega la cita anual obligatoria de Les Arts con Verdi", anunciaba para dar comienzo a la rueda de prensa el director artístico del teatro, Jesús Iglesias Noriega. En todo caso, no tiene por qué parecer un trámite. Incluso puede darse el lujo de aprovechar para arriesgar y experimentar: Luisa Miller, el título escogido para la temporada 20 de la ópera valenciana, será algo así como un campo de pruebas para muchos de sus artistas implicados.
Esta nueva producción (propuesta junto al festival Maggio Musicale Fiorentino) está llena de primeras veces. Será por ejemplo, el debut de todo el elenco en sus respectivos personajes; un reparto, en todo caso, joven pero solvente y con experiencia en otros títulos del repertorio verdiano, liderado por Mariangela Sicilia en el papel de Luisa, Freddie de Tommaso como Rodolfo, Germán Enrique Alcántara como Miller, y Alex Esposito como Il conde de Walter.
“Obviamente, cuando todo el elenco debuta su papel, la atmósfera se transforma. Es un búsqueda para todo el mundo, exploran cada elemento, y la vez, asienten el papel como un todo. Están en busca de la emoción que les haga entender su personaje”, resumía ayer el director musical de la obra, Sir Mark Elder. Y añadía: “Es una tarea complicada, claro, pero creo que he tenido mucha suerte por la calidad vocal de estos cantantes”.
También será la primera vez del maestro llevando una versión escenificada de esta obra de Verdi. “Desde que era joven, he tenido muy presentes tres obras de Verdi. Una de ellas era, extrañamente, Luisa Miller, pero siempre que he visto esta ópera, estaba muy mal escenificada”, reconocía Elder.
El ofrecimiento de hacer este título llegó de parte de Iglesias Noriega hace un par de años, antes incluso de saber que acabaría siendo el titular de la Orquestra de Comunitat Valenciana (OCV). Y aunque conoce muy bien Verdi en general y este título en particular, dirigirlo por primera vez con escena “es un sueño hecho realidad”, especialmente por “dirigir también por primera vez el Cor de la Generalitat Valenciana y también a la OCV en una ópera, que es muy diferente a hacerlo para un concierto sinfónico”. Luisa Miller será también la primera ópera que dirija el titular de la Orquestra en València.

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Más debuts: Valentina Carrasco, a pesar de haber estado presente en varias ocasiones en Les Arts, dirige por primera vez con su nombre y apellido en el programa de mano —estuvo en la producción de la icónica Tetralogía de Wagner en 2007, pero bajo el paraguas de La Fura dels Baus—.
Una fábrica de muñecas para simbolizar los talleres de la clase burguesa
Luisa Miller también fue una experimentación para Verdi. Precedida de La battaglia di Legnano y poco antes de abordar títulos icónicos como Rigoletto o La Traviata, el compositor italiano da un paso en esta ópera con un tono “más íntimo y psicológico” y “menos heroico”, alejándose definitivamente de las épicas bíblicas de la primera etapa de su repertorio.
En lo puramente musical, Verdi también innova: “los dos primeros actos recoge influencias de Donizzetti, o Bellini, pero en el tercer acto propone algo totalmente nuevo”, analiza Sir Mark Elder; que destaca también que es una obra sin apenas percusión y en la que el clarinete, como constante a lo largo de toda la obra, sirve casi como voz de la propia Luisa.
Basada en una obra de teatro de Friedrich von Schiller, Kabale und Liebe, y con un libreto firmado por Salvatore Cammarano, Luisa Miller transforma los personajes para crear el reflejo de una clase burguesa aún por asentarse. “La aristocracia tenía la justificación de su naturaleza casi divina, pero la burguesía era otra cosa. Esta historia cuenta la situación en la que se encuentra esta burguesía, por ejemplo, en esos padres que proyectan en sus hijos el deseo de justificar su clase social”, desgranaba Carrasco.
La ópera cuenta la historia de Luisa, hija del viejo soldado Miller, y Rodolfo, hijo del conde Walter, presas de un amor imposible por la imposición de los deseos aspiracionales de sus padres. Carrasco simboliza esta cuestión con una metáfora del contexto social a través de una fábrica de muñecas del siglo XX.
Según la reggista, “el contexto de una fábrica, con su propietario y sus trabajadores, nos ofrece un marco social conveniente para la obra, lo importante a nivel dramatúrgico es lo que se produce en esa fábrica: muñecos. Walter, en su imperio industrial, ha creado un muñeco a la imagen de sus deseos y otro tanto cree haber hecho con Rodolfo. Miller contribuye a la fabricación de niñas ingenuas y de una bondad ideal, que quisiera poseer para siempre, como a su pequeña Luisa”.
Luisa Miller se estrena en Les Arts el 10 de diciembre, y se podrá también el 13, 17, 20 y 22 de diciembre.