Foto: DANIEL GARCÍA-SALAVALÈNCIA. “Sin duda, no es el mejor momento”, comienza diciendo casi en la primera pregunta Silvino Puig, director de programación de los Cines Lys, sobre el negocio del cine. Pero la radiografía no le quita la esperanza. Desde hace apenas unos días se ha constituido Carácter Films, un proyecto empresarial paralelo que busca entrar en el mercado de la distribución a nivel estatal. Lo hará el propio Puig junto a Fernando Boluda (consejero delegado también de los Lys) y Jose Luis Abril (responsable de Oroneta Audiovisual y director de marketing y comunicación de los cines).
En los últimos años, los cines Lys han explorado cómo uno de los complejos de referencia de la ciudad de València podía adaptarse al nuevo paradigma de la exhibición, un cambio precipitado desde la pandemia. Lo hizo impulsando a nivel estatal el Proyecto Viridiana para generar proyecciones-evento en varias salas de toda España de manera simultánea; también aumentando la oferta de películas en Versión Original Subtitulada, o con iniciativas como Cine-Club o Cita a Ciegas, en la que el público no conoce la película que va a ver, pero casi siempre busca que sea una proyección especial por algún motivo. Ahora, con el público ya afianzado y conocido, el equipo de Lys dan comienzo a este proyecto que funcionará de manera paralela, pero que —por supuesto— se retroalimentarán: “somos una distribuidora con mucha suerte: contar con una ventana tan privilegiada como son estos cines”, explicaba Abril.
Sobre el catálogo, que empiezan ahora a configurar, adelantan: “el ADN de Lys que he intentado impregnar es el apoyar el cine independiente. Queremos encontrar nuevos talentos. Somos nuevos, pero somos ambiciosos, y queremos encontrar también voces valencianas. Eso sí, hay que ser selectivos: no todo sirve para exhibirse en una sala de cine. Pero una vez pasado ese filtro, queremos apoyar del todo estos proyectos”.
El cine valenciano tendrá un tratamiento algo privilegiado por la cercanía: “será como cerrar el círculo, que una distribuidora valenciana sea la responsable de llevar la película de una productora valenciana a una sala de cine valenciana”. Pero no se limitarán a ello. Ya para la programación de las salas solían visitar festivales como UniFrance, San Sebastián o Málaga; además —claro— de Cinema Jove o la Mostra de València. “En el caso de Málaga no, pero hay otros festivales en el que se proyectan grandes películas que se quedan sin distribución. Pienso, por ejemplo, en Blue Moon, la Concha de Oro de 2021”, comenta.
Como distribuidora, no empiezan desde cero. Cuentan con la red de contactos de sus colegas del resto de España, cines que ahora tendrán que confiar en su criterio (también) para su programación. El único límite de la distribuidora es que “el cine tiene que gustar al público. Si una película no tiene ningún público, no sirve para nada. Queremos que la gente que se acerque a una película distribuida por Carácter Films sienta que tiene calidad. Hay ejemplos de otras distribuidoras que son sinónimo de calidad en cuanto a su catálogo. Luego cada película irá mejor o peor, pero su criterio no tiene duda”.
La hoja de ruta de la distribuidora que ahora empieza a funcionar no tiene objetivos de número de películas al año, y de hecho, no descartan ninguna fórmula en el futuro: desde la compra para distribución hasta la entrada en el proyecto desde la pre-producción. “El único objetivo de la hoja de ruta es acercar a la gente a los cines”, resume Puig.
En tan solo una década, los cines valencianos han pasado de estrenar el 42,2% de títulos propuestos por las distribuidoras españolas al 25,4%, es decir, un caída de 17 puntos porcentuales. Es la mayor caída de toda España con mucha diferencia, según los datos del Ministerio de Cultura.
Visto ahora desde los dos lugares, Puig opina que “sí que es verdad es que la tendencia es la de que algunas películas lo canibalicen todo más”: “ahora vas a cualquier sala valenciana —incluso nosotros, que somos más conservadores en este sentido— y podrás ver más de 10 pases de Misión Imposible, una película de más de tres horas. Obviamente, esto resto espacio para otro tipo de producciones. Pero sin hacer de abogado del diablo, la pregunta es: ¿este otro tipo de producciones está sabiendo devolver al público a las salas?”, se pregunta. Pero sin responderse, sí pone un matiz: “las distribuidoras tenemos que intentarlo. Hay grandes historias que tienen su público, y desde las diferentes iniciativas de los Lys tenemos la certeza de que puedes encontrar tu público”.
