UN LUGAR DONDE CONVIVIR Y COMPARTIR

Nace Villa Indiano, una nueva forma de habitar la huerta

Restaurante, jardín gastronómico con programación sociocultural y espacio para eventos en plena huerta de Burjassot, frente a la parada de metro

6/05/2022 - 

Cuando el Ayuntamiento de València decretó el cierre administrativo de Convent Carmen el 4 de marzo de 2020 siempre pensamos que se trataba de un paréntesis. Poco después estalló la pandemia y, aun así, lo que en ese momento dejábamos atrás nos permitía también mirar al futuro con optimismo. Pese a todo, nos quedaban las satisfacciones de un proyecto pionero que había dado solo sus primeros pasos. También nos quedaban las personas. El equipo que ha permanecido trabajando en silencio durante más de dos años. La red de relaciones que habíamos empezado a tejer. O, como el aliento que nunca cesó, la comunidad de usuarios de Convent Carmen. Lo que permanecía era tan verdadero como la promesa de volver a encontrarnos en algún momento.

Hoy ha llegado el día de anunciar ese momento. Nos costó más tiempo y energía de lo que imaginamos poderlo materializar, pero lo que está por venir sin duda mereció esa espera. Villa Indiano abrirá sus puertas el próximo 2 de junio y, como una cosecha deseada, recoge nuestros mejores esfuerzos por convertir, de nuevo, un lugar simbólico en un ecosistema con personalidad propia que trascenderá su propia actividad.


Una declaración de intenciones

Villa Indiano nace en Burjassot para convertirse en una nueva forma de habitar la huerta. Desde una villa inconfundible en el mismo borde de la trama urbana, queremos ser un punto de encuentro fuera de la ciudad que permita bajar las pulsaciones o tomar distancia, pero también celebrar los días. Socializar de forma distendida, disfrutar de los afectos en un jardín de casi 2.500 m2 que contará con oferta gastronómica y programación sociocultural continuada. Orientada al ocio diurno, Villa Indiano será una plaza abierta a todos los públicos. A quienes nos visiten con esperanza y espíritu crítico. A los early adopters. A las familias. A los niños. A los paseantes y a sus mascotas. Villa Indiano se concibe como un lugar vivo, cambiante, como una promesa donde la única certeza es la satisfacción del sano ejercicio de convivir y compartir. 

Villa Indiano será también un escaparate para el intercambio de ideas o para el descubrimiento de talento local con la Sierra Calderona como fabuloso telón de fondo. La colaboración y la creación de redes siempre nos inspiraron, de modo que Villa Indiano adoptará, además, una lógica de plataforma permeable a su contexto. Música, gastronomía, diseño, artes escénicas o divulgación serán solo algunos de nuestros puntos de atención. Más allá, Villa Indiano nace también con un elevado manifiesto de valores. Creemos en el bienestar. En la creatividad individual y en el poder de lo colectivo. Creemos en las cosas bien hechas. En la completa dignificación del trabajo en un sector maravilloso y a menudo denostado como la hostelería. Creemos en un modelo de sostenibilidad coherente, profundo y extensivo. Creemos en la función primaria de la huerta y por ello cultivaremos 15.000 m2 de tierra, recurriremos a nuestra propia cosecha y activaremos un mercado de productos de proximidad. Y creemos, sobre todo, que es posible desarrollar una actividad económica y, al mismo tiempo, dejar huella, trascender y revertir de forma positiva en la sociedad.

En clave gastronómica

El restaurante de Villa Indiano tratará de sublimar la cocina tradicional valenciana y proseguir así la línea de trabajo iniciada en Alma del Temple, otro de nuestros proyectos. Hemos adquirido un compromiso honesto con nuestro legado, con la autenticidad de una forma de hacer y de relacionarnos en torno a una mesa. Paellas memorables. Realmente memorables. Arroces. Carnes y pescados a la brasa y, sobre todo, los productos estacionales que nos proporcione la huerta que nos rodea serán la base de nuestra despensa. Nuestro comedor será la suma de las estancias de nuestra casa, que respetan la distribución original del inmueble y que permitirán privatizar los distintos espacios de una forma natural, a voluntad. Pero también lo será la propia huerta, su suelo vegetal.

El jardín cultural, por su parte, estará destinado al esparcimiento, a la generación de arraigo y comunidad. Poseerá su propia oferta gastronómica, informal y comprometida con la posibilidad de la calidad a precios populares. Se podrá comer y beber de forma relajada, bajo olivos y naranjos o compartiendo mesa de forma espontánea. También habrá cabida para toda clase de eventos corporativos y sociales. En temporada de invierno, el jardín de Villa Indiano se orientará a fines de semana, vísperas y festivos. En verano, abrirá todas las tardes desde la hora de la merienda convirtiéndose en un lugar ideal para degustar una buena horchata en plena huerta. La programación sociocultural que acompañará al jardín se estructurará en torno a ejes temáticos bien definidos, tratará de ser un altavoz de iniciativas para públicos diversos y promoverá la curiosidad, la tolerancia y la cordialidad.

La importancia del lugar

Villa Indiano se ubica en plena huerta, pero cosida al mismo tiempo al centro urbano de Burjassot, al barrio de El Castell. Literalmente frente a su estación de metro, la villa de estilo ecléctico e influencias afrancesadas y modernistas que alberga el proyecto fue erigida hace más de 100 años como residencia de verano. Es una construcción emblemática y singular. En ella destaca una escalera monumental que da la bienvenida y, ya en su interior, azulejería original con motivos vegetales, detalles ornamentales en sus techos, un sistema de ventilación de época o vidrieras esmeriladas en sus carpinterías. Para Burjassot y para sus habitantes, la villa posee un elevado peso simbólico tras haber permanecido intacta a lo largo del tiempo. Y así seguirá, respetada y embellecida por la labor de la arquitecta Sindy Charry y el audaz proyecto de diseño llevado a cabo por Clap Studio, cuya trayectoria acumula ya premios y reconocimientos internacionales.

La ubicación de Villa Indiano ofrece, por último, una interesante oportunidad para promover la movilidad sostenible que no podemos esquivar. En un contexto de huerta, el acceso con vehículo privado resulta inconveniente y desaconsejable. Nos encantaría que quienes nos visiten lleguen en metro, la opción natural. O caminando, en patinete o en bicicleta. Aunque, con independencia del medio, lo que más nos gustará será, sin duda, volver a encontrarnos. Será a partir del 2 de junio.