Nano Modules: sintetizadores que se montan en una habitación de València

VALÈNCIA. No solo el pop se hace desde la habitación, como reza el subgénero musical. También la electrónica. Dos ingenieros, cables, puertos, y placas base. Que empiece la fiesta de los sintetizadores modulares. Jorge y Claudia llevan desde 2018 diseñando y montando uno a uno cajas Eurorack para todo el mundo a través de la marca Nano Modules. Para quien le pueda sonar extraño, instrumentos musicales que se crearon en la década de los 50 para producir sonidos electrónicos con funciones que se van agregando conforme se añaden módulos. También es la manera de crear música electrónica de manera analógica, es decir, de encontrar el sonido solo con la necesidad de los propios módulos. Eurorack es uno de los estándares, el más popular.

Osciladores, filtros, multiplicadores… Todo va sumando para generar un sonido único. Y 70 años de investigación musical avalan las posibilidades infinitas de la exploración sonora modular. Nano Modules nació en 2018 como el Trabajo de Final de Grado de Jorge Gutiérrez-Ravé, ingeniero electrónico. Ya venía cosechando cierto interés por el campo de la música, pero confiesa que “siempre me he sentido más ingeniero que músico”. Con un prototipo diseñado, Claudia Vanacloig completó la marca en su TFG de Ingeniería de Diseño Industrial, y así echaron a andar.

Fichados más tarde por Lanzadera, su negocio se basa en un sector muy pequeño pero con una comunidad global muy activa. Una red de músicos, discográficas, aficionados y los centros de música en directo forman parte —y más a través de internet— de un punto de encuentro para hacer crecer esa exploración individual que ocurre a la vez en miles de salones, locales de ensayo y habitaciones individuales: “La comunidad es importante porque no es fácil aprender. Es muy cercana, hay mucha cercanía. Y eso es clave para un sector tan pequeño como es el nuestro”.

“Los sintetizadores modulares se basan en ir a lo más básico, como hacer música con piedras y palos. Se trata de ver cómo puedes hacer música con lo mínimo. Por eso contrasta tanto con la producción electrónica, donde abres Ableton y los recursos son infinitos”, resume Jorge. España es uno de los puntos calientes mundiales de la creación modular; y más concretamente, Barcelona. Pero el mercado está en todo el mundo: “Estamos acostumbrados a tratar con gente de todo el mundo de manera online, nos cuesta entender nuestro espacio de mercado como algo local o nacional”.

Dicho lo cual, Nano Modules se ha convertido, además, en un gran dinamizador de la escena valenciana: “Yo pensaba que era el único raro en València que tenía esos aparatos en casa, pero me di cuenta que en realidad éramos mucho gente pensando lo mismo. E igual que en Barcelona hay una escena muy potente, intentamos crear un espacio de conexión”. Lo hicieron a través de los Encuentros Modulares que promovieron en Nvcli. Pero además, y ya pensando de manera más global, tienen también una discográfica: “el meme es que te gastas un pastizal pero luego nadie hace música, así que para promover que la gente diera el paso, la montamos para apoyar. No ganamos nada con ello”.

Volviendo a los sintetizadores. Nano Modules pasó por Lanzadera para desarrollar su proyecto: “Estuvimos lo que necesitamos estar y nos enseñó esa parte de gestión empresarial que nos faltaba. Pero ahora estamos en otro momento”. Sobre eso, una amable rareza: “¿Cuál es vuestro proyecto de aquí a cinco años?”—pregunta este redactor— “Ser feliz. La empresa tiene que seguir funcionando, está claro, pero no queremos aspirar a ser grandes”. En realidad, tienen distribución a través de la mundial Thomann, y también en una serie de tiendas alrededor del mundo. Juntos, reciben los componentes, montan, promocionan, venden y gestionan todo lo relativo a la empresa. Por ahora no necesitan a nadie más, tampoco es su aspiración.

Y con esta mentalidad, alejada de la filosofía de crecimiento exponencial de las start-ups, funcionan. “Nos hemos diferenciados porque, aunque las cajas que sacamos sobre todo al principio, eran de funciones básicas, siempre le hemos dado una vuelta de tuerca creativa. Cuando tu producto tiene que competir con muchísimos más modelos, o eres creativo o solo te queda luchar por el precio. Y eso…”. Ahora, superada la primera fase, buscan que sus nuevos productos sean más singulares.