VALÈNCIA. Ciudadanos cerró el pasado mes de enero su Asamblea General en la que renovó la ejecutiva del partido y definió su nueva estrategia de cara a los próximos procesos electorales con el objetivo de evitar la extinción, remontar de la crisis en la que se ha hundido. Dos pilares que culminan el proceso de "refundación" de las siglas y que dejan al frente del proyecto a nivel nacional a Patricia Guasp.
El proceso también ha servido para cambiar a los cargos valencianos de Cs que forman parte de la Ejecutiva Nacional. Entre ellos, se encuentra ahora el portavoz adjunto del grupo municipal de Cs en el Ayuntamiento de València, Narciso Estellés (València, 1971); la candidata a la Generalitat, Mamen Peris; y la secretaria de Organización de Cs en la Comunidad Valenciana, Teresa Ortiz. Valencia Plaza se cita con Estellés para hablar de la situación interna del partido, la política de fichajes que ha emprendido el PP y sobre la gestión en el ámbito local, las políticas de Movilidad que está llevando a cabo el actual gobierno municipal.
-¿Qué responsabilidades va a tener ahora en Ciudadanos con el nuevo cargo que ocupa?
-Ahora pertenezco al Comité Nacional del partido. Como vocal, que fue como me presenté, ayudo en varias áreas: coordinación de cargos institucionales; también me coordino con Mamen Peris en Acción Electoral; y por último ejerzo el cargo en el que estoy funciones, de Secretario de Acción Institucional Autonómico. Ahí me coordino con Carlos Pérez Nievas, que es el Coordinador General.
-¿En cuántos municipios podrá finalmente Ciudadanos presentar candidatura?
-Ahora mismo había 71 alcaldables, pero dentro de unos días añadiremos más poblaciones.
-¿Qué expectativas tiene Ciudadanos en València?
-Con nuestro primer alcaldable y candidato que salió a la palestra, Fernando Giner, vamos con mucha ilusión a las lecciones de mayo. En València llevamos dos legislaturas con un proyecto potente, sólido y trabajado. La mayoría proviene de la sociedad civil y hemos cogido una experiencia brutal que hemos puesto al servicio de la ciudadanía. Somos conscientes de que la potencia que teníamos con dos procesos electorales previos quizá ahora no sea la misma, pero las personas están, por tanto el activo sigue.
-Ciudadanos ha presentado ya a su cabeza de cartel en València, Fernando Giner. Pero también el PP no ha descartado fichar a gente de Cs en sus listas. ¿Usted es partidario de esa suma? ¿Cree que debería incorporarse ciertos perfiles en las listas del PP o ir en solitario?
-Nosotros vamos a concurrir a las elecciones autonómicas y municipales de 2023 en solitario. Ciudadanos como marca propia y diferenciada, sin el PP ni el PSOE.
-¿Si a usted le tanteasen desde el PP, le tentaría ir en la lista de María José Catalá?
-No comprendo cómo alguien se puede acostar naranja y levantarse azul o rojo. Pero ya no lo entiendo al día siguiente, ni siquiera lo entiendo en meses. Que una persona cambie de marco mental político requiere de años. No entra en mis valores ni en mi forma de ver la vida que una persona se acueste naranja y se levante azul o roja.
-¿Y entendería que alguien del actual equipo de Cs en el Ayuntamiento lo hiciera? ¿Fernando Giner, por ejemplo?
-Las personas tienen libertad para relacionarse, elegir su puesto de trabajo y para todo. No coincide con mi manera de ver la vida, lo respetaría pero no lo compartiría. Lo que no voy a permitir es que nadie lo haga dando un portazo. Cuando digo portazo me refiero a una salida sin estar agradecido a la marca, con documentos o cartas con expresiones que ataquen a la marca a la que deberíamos estar agradecidos por habernos dado la oportunidad de vivir esta experiencia política. No entiendo que alguien no salga con palabras de agradecimiento.
-¿Lo dice por alguien en particular? Ruth Merino se fue hace unas semanas y aseguró que se habían cometido errores. Esta semana el PP la ha presentado como parte de su equipo económico.
-Sí.
-Pero, ¿no cree que alguien puede estar agradecido por cómo se comportó el partido en un momento dado, pero luego haberse desencantado por ciertos comportamientos a la interna? ¿O para usted ambas cosas son incompatibles?
-Son cosas diferentes. Creo que es justo sentirse agradecido porque una marca te dio la oportunidad de servicio público. Otra cosa es que tu tengas formas de pensar diferentes dentro del devenir de la propia marca. Yo soy una persona crítica y todas las cosas que vienen no las acepto, reconozco errores. Otra cosa es reconocer sentirse desanimado para seguir con el proyecto y con la marca, y otra cosa es dar un portazo.
-La debacle del partido comenzó seriamente tras la fallida moción de censura en Murcia, donde cargos de Cs se pasaron al PP. ¿Cree que le ha faltado autocrítica al partido desde entonces? Es una de las principales críticas que han hecho los que han dejado las siglas...
-La moción de censura fallida fue un error y los dirigentes lo han reconocido. Que se han tenido peores procesos electorales es una realidad, no es una crítica. A partir de ahí, el planteamiento de la refundación, de un congreso, se hizo para repotenciar la marca y poder llegar potentes a las elecciones de mayo. Vamos en esa dirección. Yo creo en el proyecto hasta el final. Y repito: no entiendo que alguien se acueste naranja y se levante azul. Yo entré naranja, sigo naranja y me iré naranja.
-En la actual dirección del partido no está Fernando Giner. ¿Por qué?
-Él ya lo ha explicado. Decidió dar un paso a un lado a la vez que nuestra antigua presidenta Inés Arrimadas también lo hacía. Es un gesto que a ambos les honra.
-Fernando
Giner será candidato a la Alcaldía, según fue ratificado el pasado mes de octubre. No hicieron falta primarias porque actualmente la ciudad no cuenta con más de 450 afiliados, a diferencia de las dos legislaturas anteriores... ¿Cómo valoraría esa pérdida de militancia?
-A mí me hubiera gustado tener los niveles de afiliados que teníamos en 2015. Por desgracia el tiempo ha pasado, hemos combinado aciertos políticos y errores como marca y los hemos reconocido públicamente. Somos conscientes de que la marca no está tan potente como estaba antaño y en consecuencia hemos perdido afiliados. Sí que me consta que ha habido remontada en los últimos meses con la refundación. Nuestro objetivo es la recuperación de afiliados y estamos trabajando en esa dirección.
-Usted decía hace unos años que en Ciudadanos hacía falta más participación. Lo dijo poco después de la marcha de Toni Cantó en la que reclamaba más voz a los territorios. ¿Cree que eso ha mejorado o ha cambiado en algo?
-Me inscribí en una candidatura donde nuestro leitmotiv era tener más transparencia, participación y ganar contacto con el afiliado. Estamos cumpliendo con ello.
-Ahora mismo Cs se ha planteado apoyar reformas como la rebaja de la barrera electoral, cuando durante dos legislaturas se han opuesto. ¿No cree que este cambio de criterio da una imagen de que ahora están dispuestos a aprobar una reforma de este tipo para salvarse? ¿Para lograr representación en las instituciones?
-Es un debate que ya se abrió en la época de Cantó. Él tenía una opinión que no coincidía con la que teníamos otros compañeros. Pero el debate interno siempre estuvo. Con el nuevo liderazgo y apoyados desde la dirección nacional, se vuelve a plantear este tema. No es una acción oportunista ni mucho menos. Ese debate ya estaba.
-¿Pero entiende que la gente pueda entenderlo como tal ahora que se acercan las elecciones mientras durante ocho años se han negado?
-Puedo entender lo que las personas de la sociedad puedan pensar.
-También han cambiado de criterio con el Derecho Civil Valenciano. ¿Cree que el votante sabe exactamente lo que defiende Ciudadanos? Porque es difícil con los cambios de criterio...
-Explícitamente no puedo compartir que es un cambio de criterio. Se ha abierto un diálogo por parte de nuestra síndica, que quiere escuchar a las diferentes partes y sensibilidades para que los territorios tengan más participación.
-Pasando a temas de gestión.
Sobre la transformación de la Movilidad que está llevando a cabo el gobierno local, ¿Ciudadanos comparte el fondo?
-Nosotros en el 'qué' hemos coincidido en muchas cosas, lo que no hemos compartido es el 'cómo'. Transformaciones impuestas, sin diálogo y consenso. En aspectos que tienen que ver con la sostenibilidad y que la ciudad avance para que esté menos contaminada, hemos coincidido. Muchos 'ques' obedecen a patrones internacionales, pero la clave es cómo se aplican en tu propia ciudad. Todos los modelos de otras partes del mundo no valen para aquí, tenemos unas particularidades y hay que adaptarse a ellas para ponerlas en marcha.
-¿Qué hay de positivo en los cambios que se han hecho?
-Decir que todo está mal es hacer una oposición que no va con nosotros. Hemos sido críticos en lo que tocaba pero también propositivos. Ciertas pacificaciones que se han llevado a cabo en la ciudad han sido positivas, pero también todos los partidos coincidíamos en nuestro programa electoral en que València tenía que ser una ciudad de plazas. Y que se hicieran consultas ciudadanas y modelos participativos. A partir de ahí, ¿qué no se ha hecho bien? Confundir la velocidad con la fluidez e imponer modos de movilidad. Los modos de movilidad se ofertan y la ciudadanía los elige. Lo que no se puede hacer es imponer modos de movilidad a los que se les tiene más querencia y no dar un servicio potente de transporte público, que puede ser una alternativa real.
-Una de las actuaciones que se plantea Movilidad es restringir al máximo el tráfico en la calle Colón, después de la controvertida reforma de 2020. ¿Cómo ve esta medida?
-Colón tal y como está ahora no lo queremos. Ha habido un Colón hasta marzo de 2017, cuando el anillo ciclista se puso sin demasiada sensibilidad hacia la seguridad vial; y luego otro, que acaba de incrementar el problema, que fue la transformación de marzo de 2020 que se hizo con la nocturnidad y alevosía de la pandemia. Colón debe tener una transformación y comprendemos que tiene que ir pensando en 2030. Obviamente quien gobierne debe tomar la última decisión, pero debe ser un proyecto que dé voz a todas las partes: comercio, sociedad civil, etc. Un proyecto mimetizado con lo que ya se ha transformado, aceras más anchas, con un solo carril para autobús pero un servicio potente que evite transbordos, más luz que la actual y donde al final puedan coexistir peatón y transporte público, que no compitan ni haya peligrosidad como ahora.
-Ciudadanos propuso una reforma que va más allá de lo que ya se ha hecho y que dejaba un único carril. ¿Adelantaron por la izquierda a Grezzi?
-Ciudadanos en el pleno de mayo del 2022 trajo una visión en un boceto de lo que quería que fuera la calle Colón. En ese pleno Grezzi nos propuso una alternativa y coincidía prácticamente con lo que Cs decía, excepto que decía "toda actuación" y no íbamos a darle un cheque en blanco. Pero sí que compartió la visión con nosotros. Fuimos atrevidos y propositivos. Si a eso le quieres llamar adelantar por la izquierda...
-¿Qué le parece el proyecto ganador para reformar la Plaza del Ayuntamiento? ¿En qué cree que es mejorable?
-Me parece que la Plaza del Ayuntamiento debería dejar de ser una gran rotonda. Merecía un concurso, una opinión colectiva y dialogada. A mí el proyecto que ha salido me gusta, lo que no me gusta es la transformación intermedia táctica. Estas cosas sobre un 'power point' son muy bonitas, pero a la hora de implantarse... Es importante que se guarden los espacios necesarios para los eventos pirotécnicos y de masas que se tengan que celebrar en la plaza, y que al final se cumpla la armonía entre el proyecto con mucha visión medioambiental y también con practicidad. La plaza de ahora aparte de fea, no es práctica.
-El proyecto de la Plaza del Ayuntamiento plantea ampliar las cámaras de Ciutat Vella. ¿Lo haría?
-Nosotros no hemos dicho que no existiese un modelo de amabilización del centro de la ciudad respecto al tráfico que tenía que darse. Tampoco hemos criticado que en un momento ese proyecto tuviera que tener cámaras. Lo que hemos criticado es que se hizo de forma precipitada, poniendo cámaras, con efecto disuasorio, pero a su vez con afán recaudatorio. Se pusieron las cámaras el 1 de diciembre de 2021 y no se hizo una campaña informativa. Pudimos demostrar que se obviaron 15 días de campaña informativa al no haber hecho unos procedimientos administrativos determinados. Y las reglas de negocio no se dieron a conocer correctamente. Ha pasado un año y es más fácil que yo me vaya a Madrid o Barcelona, donde hay modelos similares, y me expliquen cuál es el modelo de negocio o las reglas de funcionamiento, que llegar a València y conocerlo. Mucha gente del área metropolitana de València no las conoce. Esa puesta en marcha que se hizo sin las suficientes plazas de aparcamiento, de manera caótica, no nos pareció correcta. Por eso le decimos a Grezzi que pare, que devuelva el importe y que empiece bien. Y siempre hay que pensar que la APR no deja de ser la pica en Flandes de lo que sería la Zona de Bajas Emisiones futuras.
-Lo cierto es que el Ayuntamiento está obligado a implantar una Zona de Bajas Emisiones antes de que acabe 2023. Le obliga la ley. ¿Está de acuerdo con esa normativa? ¿Cree que será beneficioso?
-La diferencia nuestra con la ultraderecha de Vox y las posiciones a veces también extremistas del Partido Popular es que nosotros siempre hemos dicho que si hay una ley hay que acatarla. Y aparte, el hecho de respirar un aire mejor y tener una ciudad menos contaminada de presente y futuro, para nosotros es mucho mejor. La clave es que con todo por hacer se haga bien. Porque hay una sentencia del Tribunal Superior de Cataluña que dice que el modelo que se ha empezado a implantar en Barcelona tenía fallos. Fallos que tenían que ver con la protección de personas que tienen vehículos más antiguos para poderlos renovar. Al final se genera una injusticia social si se penaliza a aquellos que tienen menos dinero para poder renovar.
-¿Cree que va a ser beneficioso, por tanto? ¿Cómo afectará a las personas que necesitan entrar a ciertas zonas de la ciudad?
-En manos equilibradas es un proyecto bonito, incluso. En manos de radicales y ecoradicales, el problema es que se puedan generar problemas con las personas justamente que son usuarias de su vehículo porque vienen de otras partes y que se vean con dificultad para poder desarrollar su propia actividad económica. La sostenibilidad son tres patas: económica, ambiental y social. Si todas las acciones que haces para mejorar el medioambiente no tienen que ver con no penalizar el estilo y calidad de vida de la gente, eso no es sostenibilidad. Eso es ecoradicalidad.
-Parece que el nivel de pasaje de la EMT de antes de la pandemia no se recupera. Esto es algo que está ocurriendo en realidad en muchas empresas de transportes, no solo en la EMT. ¿Cuál cree que es el motivo?
-Si vamos a octubre de 2021, EMT Madrid advirtió que se estaban alcanzando niveles previos a la pandemia. Y en 2022 siguió esa tendencia. Al final que no se recuperen pasajeros lo que debería provocar es que Grezzi y su equipo pensaran si se puede estimular la oferta con mejores frecuencias, dando unas garantías y percepción de seguridad sanitaria a bordo, flexibilidad en horas valle con elasticidad de precios según el tipo de hora... Existen muchas maneras para estimular demanda y fidelizar al cliente.
-La mala situación financiera de la EMT ha obligado a hacer un plan económico-financiero. ¿Cree que serán necesarios recortes?
-Por el plan pregunté a Grezzi esta misma semana en el último consejo de la EMT. Y me dijo que todavía no tiene conciencia de que le haya llegado. Ya nos extraña que dos meses después de que se anunciase una intervención del PSOE de la EMT todavía Grezzi no sepa nada del plan. A partir de ahí... yo espero que no. Espero que no sean necesarios los recortes. Siempre hemos dicho que la EMT tiene que tener un enfoque público y a la hora de abordar su explotación de negocio, un enfoque también metropolitano. Eso permitiría ampliar su oferta y así no tendríamos que estar hablando de problemas de viabilidad. La pena, que hace tres años ya pedíamos un plan de viabilidad de la compañía que no se ha dado.