Normalmente tengo la sensación de que el tiempo pasa rápido, de repente ya es otra vez verano y el calor se vuelve a apoderar de la ciudad.
Sin embargo, los dos años de legislatura de PPVOX con Mazón a la cabeza se me han hecho eternos. El desgobierno, la mentira, la falta de ética, la opacidad, el desmantelamiento tanto del Sistema de Bienestar como de los mecanismos de prevención de la corrupción, el desprecio a la democracia, el altavoz del racismo, el machismo y el negacionismo climático, hacen que los días pasen lentos y estos dos años se hayan hecho eternos.
Porque con o sin Dana, padecemos un gobierno de negligentes indolentes altamente peligrosos dirigido por un señor que tiene excesiva facilidad para la mentira, y cuya prioridad es ampliamente conocida y quedó patente el 29 de octubre.
En estos dos años, una de las medidas ha sido cambiar la ley de RTVV para que À Punt se parezca más a aquella Canal 9 que dejamos atrás en el que los propios trabajadores denunciaban el nivel de manipulación, censura y corrupción con el que se gestionaba el ente. La reabrimos con mucho esfuerzo, dándole total independencia y revitalizando el sector audiovisual valenciano al que hoy le vuelven a dar la espalda.
Si consideramos la gestión de los servicios sociales, nos han vuelto a poner en la cola, siendo la valenciana entre las cuatro Comunidades Autónomas que más aumentan su lista de espera de dependencia: un 21,8%, con impagos en los servicios de atención a las personas mayores, centros construidos sin abrir y el abandono del Pla Convivint.
Si hablamos del problema de la vivienda, el precio del alquiler se ha incrementado un 30% en València en solo un año; entretanto el camino elegido por el Consell de Mazón es el de decir que están haciendo cosas al mismo tiempo que desmantelan las medidas públicas que podían proteger este derecho. Buen ejemplo es derogar la Ley de tanteo y retracto que permitió la compra preferente de viviendas por la Generalitat y Ayuntamientos, como el de Valencia, gracias a la cual se pudo alojar rápidamente a los afectados por el incendio de Campanar. Otra medida ha sido permitir que las viviendas de VPO pasen a precio especulativo en pocos años, impidiendo con todo ello el crecimiento en vivienda pública a precios accesibles y permitiendo que los fondos especulativos sigan comprando a mansalva y en muchos casos convirtiéndolas en apartamentos turísticos, que el Gobierno de la Generalitat tampoco quiere controlar.
Una de las señas de identidad de este gobierno es perseguir a quienes salvan vidas en el Mediterráneo, cobrando unas tasas de las que están exentos a los barcos de salvamento marítimo humanitario para asfixiarles económicamente. Y lo hacen riéndose de ellos y, por tanto, de su labor humanitaria, en un claro ejercicio de crueldad.
Seguramente ello es debido a esa falta de humanidad que han demostrado también en su gestión de la Dana, al frente de la cual pusieron al teniente general Gan Pampols, que no dudó en poner en manos privadas tanto el diagnóstico como el Plan de recuperación, sin que a fecha de hoy podamos saber quiénes han trabajado en ése Plan a cambio de 2,2 millones de euros. Un Plan que viene a ser una suma de medidas obvias que los Ayuntamientos, las víctimas a las que Mazón aún no ha recibido, y los Comités de Reconstrucción Local organizados, podían haber señalado hace meses si el Consell se hubiera molestado en escucharlos y tenerlos en cuenta.

- Una persona limpia en una calle de Paiporta.
- Foto: ROBER SOLSONA/EP
Tampoco escuchan a la ciencia, pues ni en los presupuestos ni en ninguno de los Planes se menciona el cambio climático. Es más, el Consell de Mazón ha decidido aprovechar la catástrofe para derogar la normativa de protección del territorio y fomentar la especulación urbanística, como lo evidencia la práctica derogación de la Llei de l’Horta o su Ley de costas.
Es triste ver cómo han dejado de ejecutar medidas de urgencia que los pueblos afectados necesitaban arguyendo la carencia de recursos económicos, cuando la realidad es que dejaron de gastar ayudas del gobierno central por incapacidad y se han dedicado a perdonar impuestos a sus círculos de influencia como las nucleares (Iberdrola) o las grandes fortunas o a derogar la tasa turística. Y, por supuesto, los impagos a proveedores han vuelto con el retorno del PP al Consell. Como vemos, una pésima gestión del dinero público.
Y hablando del dinero de todos, no es fácil seguirle la pista cuando derogan las normas de transparencia, impiden el control de caja fija, contratan por emergencia con empresas condenadas por sobornos al propio PP, eliminan la participación y desmantelan la Agencia Valenciana Antifraude que ya ni coopera con la fiscalía ni actúa, gracias a haber puesto a una persona de su confianza al frente y a los cambios normativos. Lo esperable, por lo demás, en un partido condenado en el que se acumulan más de 186 condenas de corrupción sobre su gestión.
Y esto no es algo de un pasado lejano, no, al contrario, es un presente, dado que buena parte del actual gobierno lo conforman cargos que ya lo eran de las etapas anteriores.
Un ejemplo de ello es el conseller de educación, que bate todos los récords posibles en gastos de restaurantes domingos y festivos, y que, sin embargo, le dedica poco tiempo a la reforma de infraestructuras educativas que prácticamente ha abandonado. Su gran batalla es reducir el uso y enseñanza del valenciano -a pesar del resultado de la propia consulta absurda que incumplen- y reducir el profesorado incluso incumpliendo una Sentencia que le obliga a recuperar 1000 plazas más. De igual modo, el abandono de la cultura es clamoroso, reducida a corridas de toros y poco más.
Otro ejemplo de repesca de anteriores gobiernos del PP es el conseller de Sanidad, con unas listas de espera duplicadas respecto a cuando llegaron, sin pandemia de por medio, tratándose simplemente de mala gestión, contra la que la totalidad de sindicatos del sector sanitario se han manifestado pidiendo su dimisión. Un conseller conocido por las privatizaciones de servicios. Una buena muestra de ello es que ha prorrogado la gestión de Ribera Salud del Hospital Vinapoló en Elx por cinco años, en contra del clamor ciudadano.
Otro ejemplo de la mala gestión de este gobierno es la lista de espera para pasar la ITV, que ya alcanza los 4 meses, sin que pongan medidas para remediarlo, no sabemos ni si por su elevado nivel de inutilidad o porque optan por empeorar el servicio para luego privatizarlo. Como ya hizo Zaplana, enriqueciendo a sus amigos los Cotino con un contrato apañado, para luego revenderlo a precio de oro.
Se han eliminado prácticamente las partidas a los sindicatos mayoritarios que realizan la labor constitucional de representarnos a todos, estemos o no afiliados; arruinado así el diálogo social y cumpliendo la amenaza explícita de la portavoz del Consell ante las críticas a su gestión.
La memoria democrática se reduce a unas loas al franquismo. Desaparecen las subvenciones para la exhumación de las fosas del franquismo -a pesar de que el propio Mazón se comprometió a su continuidad- impidiendo que la gente pueda dar digna sepultura a sus seres queridos. Ni verdad, ni justicia ni reparación. Solo el olvido y la mentira.
Estos son solo algunos ejemplos de lo ocurrido estos dos años. Creo que se entiende por qué se me han hecho muy largos. Espero que sólo queden, como máximo, dos más y podamos volver a disfrutar de un gobierno que de verdad ame esta tierra y a su gente, que se preocupe tanto por los servicios públicos como por los derechos a la vivienda o la información, que proteja la democracia, la historia y el territorio, con humanidad en la gestión. A veces se trata de poner junto a la cabeza, el corazón.