VALÈNCIA. En política suele decirse que un día alguien está arriba y al siguiente puede estar abajo. Un axioma que en los tiempos actuales es más cierto si cabe, dada la mayor velocidad e inmediatez a la que se mueve la información y a la potencia de difusión que poseen las redes sociales, capaces de viralizar y poner en el foco cualquier hecho de manera desaforada.
En apenas un mes y medio, la situación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha tornado especialmente complicada. No obstante, en este caso no se ha debido a un hecho aislado o puntual fruto de alguna campaña digital de desprestigio, sino a sucesos más clásicos dentro de la vida política que, eso sí, han sido fuertemente -con razón- amplificados mediáticamente.
Entre los aspectos colaterales de esta crisis del líder socialista, la Comunitat Valenciana cobra especial protagonismo debido, precisamente, a estar ocupando a lo largo de esta legislatura un papel relevante dentro del tablero estatal a causa de la catastrófica dana sufrida el 29 de octubre del pasado año, que costó la vida 228 personas.
Así, los traspiés y algunas decisiones de Sánchez en estas semanas se han convertido en un 'regalo' para el PP, pero incluso más acentuado para los populares valencianos que lidera Carlos Mazón, que ha pasado de estar en el ojo del huracán por su gestión de la dana, a situarse en un plano más secundario en el escenario nacional y, al mismo tiempo, con cierta capacidad para el contraataque político.
Sin duda, el punto de inflexión que ha servido para que la oposición y, en especial el PP, disponga de munición casi ilimitada ha sido el avance del 'caso Koldo' con la implicación del ya ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, actualmente en prisión provisional. Este hecho ha supuesto un desgaste inmediato de la marca socialista y una concentración del fuego mediático en Madrid, lo que ha conllevado un balón de oxígeno para Mazón, cuya continuidad se ponía en duda a corto plazo desde Génova.
Pero no es el único 'regalo' desde el punto de vista de táctica política que ha recibido el PP y, especialmente, Mazón. El acuerdo alcanzado esta semana por el Gobierno de España con Cataluña (ERC) para una financiación singular, ha puesto en pie de guerra a las comunidades autónomas gobernadas por los populares e incluso también a algún dirigente socialista, como es el caso del presidente manchego Emiliano García-Page. La Comunitat Valenciana, situada a la cola en financiación autonómica, lleva reivindicando desde la caducidad del sistema en 2014 una reforma que ponga fin al maltrato en el reparto que sufre la región, sin que los sucesivos gobiernos de PSOE y PP hayan solucionado el problema. De esta manera, la Generalitat, con Mazón al frente, es un portavoz más que autorizado en esta cuestión al ser una autonomía especialmente agraviada en esta cuestión, que además conoce en profundidad por ser una reivindicación histórica.

- El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres y el Consejero de la Presidencia, Albert Dalmau, durante la presentación del acuerdo de financiación singular. Foto: EP/David Zorrakino
A todo ello hay que sumar otro asunto que resulta fundamental para el Gobierno valenciano y sobre el que el Ejecutivo central no está dando respuesta: la llegada del ExtraFLA. Así, la Comunitat Valenciana espera 2.495 millones de euros de Extra FLA para este año, de los que, como todos los años, un 75% debería llegar en julio y el 25% restante en diciembre. Un dinero destinado a pagar facturas de proveedores que no pudieron cobrar en 2024 al no haber presupesto suficiente o, en algunos casos, porque se trata de contratos o concesiones prorrogadas que no cuentan con dotación prespuestaria y se tienen que abonar mediante expedientes de enriquecimiento injusto. Sin embargo, el Gobierno ha paralizado esta entrega -sin ofrecer ninguna explicación clara al respecto- y el Consell de Mazón ha iniciado el proceso para financiarse a través de la banca privada.

- Torró, junto a Narbona, Sánchez, Montero y Bernabé en la ejecutiva del 7 de julio. Foto: EP/Alejandro Martínez Vélez
Por último, una de las últimas maniobras de Sánchez en clave interna también ha tenido efectos colaterales en la Comunitat. La designación de la ontinyentina Rebeca Torró como secretaria de Organización del PSOE ha sido celebrada en la federación valenciana, pero también tiene sus consecuencias, en este caso positivas, para el PP de Mazón. Cabe recordar la pública y manifiesta animadversión de Ens Uneix, el partido liderado por Jorge Rodríguez, con la citada dirigente y antes amiga. De esta formación depende el voto decisivo que mantiene la Diputación de Valencia en manos del PP: pese al distanciamiento que se había producido en los últimos tiempos entre ambas formaciones tras la dana y, especialmente, tras el pacto presupuestario de Mazón con Vox, el nombramiento de Torró ha alejado la posibilidad de una moción de censura en la corporación provincial.