Opinión

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En el interior de las cosas

No todos son iguales

Publicado: 21/07/2025 ·06:00
Actualizado: 21/07/2025 · 06:00
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No hemos llegado aún a la Alameda de Morella, ese paseo espléndido que, junto a las murallas, abraza la ciudad de Els Ports. Pancho intenta acoplarse a las cuestas empedradas y sus escalones. La artrosis no le permite mucha agilidad ni muchas habilidades para tanta pendiente. Seguiremos intentando la pericia de dejar las piedras y pasearnos por el enorme paisaje abierto de la Alameda. De momento, nos conformamos plácidamente con los cortos paseos por el sublime Placet de la Iglesia Arciprestal.

 

El calor no aprieta estos días. Morella permanece en una burbuja climática con respecto a los mapas del tiempo que hablan de superar los cuarenta grados en muchas zonas de este pequeño país mediterráneo. Aquí, las noches son agradables, y a media mañana las casas se guardan en la penumbra, con sus balcones y ventanas cerradas, con los gruesos muros de sus viejas edificaciones aislando las viviendas del exceso de calor.

 

Este pasado fin de semana la ciudad se ha sumergido en el arranque del XIV Early Music Morella, un Festival que comenzó la noche del viernes, en el convento de Sant Francesc, con el concierto Carmina Burana, a la luz de las velas y a cargo de Capella de Ministrers y Carles Magraner. Un espectáculo maravilloso que se prolongaba el sábado con Flores de Música en la iglesia Arciprestal de Santa Maria con la música del órgano monumental de Turull, por Pablo Márquez. Ayer, domingo, prosiguieron los conciertos de música antigua, al igual que este semana que, hasta el jueves, ofrece cada día actuaciones, música y danza, hasta culminar, el próximo jueves, en el Convento de Sant Francesc con el concierto final, La Dansa de la Mort. Y, mientras Morella sueña con una inmejorable banda sonora, Herbers ha celebrado su interesante e íntimo Festival de Cinema Espígol.

 

Es el inicio de la estación vacacional, las rotundas vacaciones que se prolongarán hasta septiembre y que permiten una muy necesaria desconexión de la realidad que nos envuelve. Los primeros tomates y cerezas del Bajo y Alto Aragón, los primeros melocotones de Calanda, las mejores verduras y fruta de Benicarló, de Vila-real… llenaron ayer Els Porxes, la Plaça principal de Morella en su mercado semanal. Una ciudad muy viva, llena de niñas y niños en su Plaza Colón. Mis nietos Biel y Guillem disfrutaron jugando, mientras una refrescante brisa corría por este bello espacio urbano.

 

La pasada semana nos ha dejado, por otra parte, el tinglado e imputación de Montoro, que fuera mega ministro de Hacienda con el presidente Rajoy. Las informaciones que van surgiendo son brutales, implicando a numerosas personas y cargos de Hacienda, manipulación de leyes, interpretaciones a la carta de la ley, beneficios para mega empresas concretas, paraísos fiscales, cuentas en diversos países…. Una trama corrupta. Y todo en momentos donde el país atravesaba una grave crisis económica, con congelación de pensiones, salarios y otros ingredientes que alimentaron aquella época de déficit institucional y ciudadano. Mientras todos nos apretábamos el cinturón, el ministro que creó más impuestos y más caros, se iba beneficiando de su cargo, de acceso privilegiado a información institucional, beneficiando, asimismo, a sus amigos empresarios. Y se ha sabido ahora. Deseemos que la Justicia sea implacable.

 

La política está cabalgando frenéticamente, los dos partidos mayoritarios están inmersos en casos de corrupción. Pero, a pesar de la frase y chascarrillo "todos son iguales" no es cierto que todos sean iguales. Hay formas diferentes de apartar a las manzanas podridas de la cesta, hay formas diferentes a la hora de verbalizar las declaraciones, de expresar las decisiones que se adoptan. Hay investigados en la cárcel, pero otros siguen paseando libremente por Madrid. No, no todos son iguales. Hay decenas de miles de personas políticas honestas, leales, trabajadoras, servidoras, comprometidas con la democracia y con el interés general, el interés ciudadano.

 

Acabo escribiendo este artículo, crónica de mis días, pensando en mi vecina Carmen, que se ha quedado en el Castelló más caluroso y casi tropical. Por lo tanto, hoy comemos separadas, ella se ha cocinado un Bullit, yo gazpacho con sandía de Fernando Carabasso, de Benicarló, longanizas de la carnicería MariCarmen y Sara, con tomate de Híjar, y para acabar queso tierno morellano de Casa Noel. Comimos como dos reinas.

 

Buena semana. Buena suerte.

 

No se olviden de GAZA, ni de Cisjordania.

 

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