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ENTREVISTA A LA PRESIDENCIA PROVINCIAL DEL COIICV

Nieves Romero (COIICV): "Faltan referentes femeninos en ingeniería, espejos en los que mirarse" 

11/10/2019 - 

VALÈNCIA. La presencia de mujeres en las carreras STEM, donde se engloban disciplinas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, sigue siendo una cuestión preocupante por su bajo porcentaje. De los 3.029 miembros del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (COIICV), sólo un 13,6% son mujeres. Mientras, la presencia femenina en carreras técnicas en las universidades españolas está por debajo 25%.

Nieves Romero, presidenta delegación Valencia del COIICV, habla de la necesidad de mostrar referentes para que las generaciones futuras tengan a quien mirar y les permita sentirse motivadas. Sin embargo, cree que el aumento de presencia de mujeres en estas carreras crece de forma natural, y no considera que sea una cuestión de estereotipos o de una cuestión educativa.

-¿Por qué se ha reducido el porcentaje de mujeres que estudian carreras STEM?

- Las razones las desconozco, la realidad es que la difusión y la divulgación de la salida profesional que tienen estos estudios es cada vez mayor y lejos de lo que convendría esperar, que sería que se incrementara la participación, se mantiene. Como también hay un mayor número de estudiantes universitarios el porcentaje baja. Pero esto no tiene que ser razón para dejar de impulsarlo. Es cierto que son carreras en las que la presencia femenina es menor. Esto es una tónica general desde hace años y ahí estamos. 

- Hay quienes apuntan a la educación de las mujeres, quienes se sienten menos capacitadas para estas materias, o a otras cuestiones como los estereotipos.

- Que es difícil lo piensan todos los alumnos. Lo que faltan son referentes, espejos en los que mirarse, casos de éxito. Cuando tú vas a escoger qué quieres ser de mayor piensas en qué te gusta, qué querrías ser, pero también en qué personas conoces o en qué ejemplos de la sociedad conoces y que hacen esas cosas. En el caso de mujeres lo tenemos más difícil porque hay menos. Y claramente, algo que se dice que es difícil y duro resulta poco atractivo.

Pero la realidad es que yo recuerdo que cuando estaba estudiando, un profesor de Ampliación de Matemáticas decía que la matrícula siempre era para nosotras. Es decir, son estudios difíciles, pero con trabajo y con tesón, cosa que a las mujeres se nos da muy bien, son estudios que se pueden abordar perfectamente. Faltan referentes que hagan saltar esa chispa. 

- Tampoco ayuda la falta de mujeres directivas en las compañías. 

- Esto es una cuestión de proporción, si hay menos muestra disponible hay menos posibilidad de elección. Y la manera de invertir la tendencia es de disponer de más masa crítica. Que más mujeres se decidan por este camino porque directamente se atrevan, lo vean, les guste y elijan la opción.

- ¿Hay que animar a las mujeres a visibilizarse más?

- Hay que quitar tabúes. Soy ingeniera industrial con A y no pasa nada, lo pone en mi título. Bueno, todo eso contribuye a que nos familiaricemos más con la situación. Hoy en día a nadie le sorprende que en una obra o una instalación aparezca una mujer que pilote aquello, y eso hay que ponerlo en valor. ¿Igual que si lo hiciera un hombre? Efectivamente, pero en este caso se conoce menos.

- ¿Y cómo se aborda esta situación?

- Cuando de forma más temprana se conozca, mejor, porque entra antes en la ecuación. Ya existen programas en los que se acuden a los institutos y se organizan olimpiadas o concursos en los que se hacen proyectos de las alumnas junto a los alumnos. Dirigen equipos y hacen proyectos muy técnicos donde se les ofrecen determinadas herramientas. Se trata de relacionar al alumnado con estas enseñanzas STEM para que las chicas vean qué se les puede dar bien y qué les puede gustar. 

Eso es fundamental, porque ya hay una parte de especialización que vas a tener que ir escogiendo en edades más tempranas. Y luego está la cuestión familiar. Si una chica tiene una madre o una tía ingeniera probablemente ni se lo plantee. Y luego la sociedad tiene que poner en valor aquello que mejor tiene. Cuando tenemos compañeras que han logrado hitos importantes tenemos que difundirlos y hacer que se conozcan. 

-Se toman medidas criticadas y alabadas a partes iguales, como rebajar el precio de entrada en carreras STEM para mujeres. ¿Lo ve bien o mal?

- Es otra ayuda, pero lo que hay que reconocer de mérito en esa iniciativa es que si presuponemos que el talento está repartido por igual y tenemos un porcentaje muy inferior de mujeres en este tipo de carreras, todas las medidas son pocas. Si además pensamos en que la sociedad va a una mayor tecnificación, que las tecnologías van a suponer la cuarta revolución industrial y que hay que subirse a ese carro sí o sí, hay que hacer lo posible por darle la vuelta. Pero, lógicamente, tiene que haber iniciativas de muchos más calado que de verdad motiven y enganchen. Si solo me apunto porque la matrícula es más barata, igual al segundo año me canso. La estrategia troncal tiene que ser más profunda.

- ¿Y qué más se puede hacer ahí?

- Es una cuestión integral. Darle mayor difusión, el reconocer las carreras profesionales de las que ya están ahí. Es como que cala más profundamente. Todo eso es un referente, es una forma de gestión que se reconoce, es la posibilidad de que otras mujeres ocupen otros puestos gracias a la visibilización. Pero yo sí veo la progresión. Que sea más rápida o más lenta, a cada uno nos va a parecer una velocidad. Sí que es verdad que todavía queda mucho por hacer.

El colegio es una institución con 70 años de antigüedad y el número de colegiadas es pequeño, en sintonía con el sector. Sin embargo, sí se ha hecho un esfuerzo por atraer a los órganos directivos a mujeres. Porque esto implica dos cosas: dar ese punto de vista en la gestión y en la dirección, en la estrategia. Recoger esas posiciones de las mujeres, visibilizarlas. Esa tiene que ser la línea en general. 

- ¿Tienen sentido las cuotas femeninas?

- Cuando alguien no está dispuesto a buscar, tiene que haber algo que le obligue. Por eso tenemos leyes, por eso tenemos normativa. Y quizá el hecho de que porque haya una cuota al final estás eliminando a alguien válido..., tomar una mala alternativa es peligroso. Probablemente estás dejando fuera un estilo, unos conocimientos y unas competencias que no te puedes permitir perder. 

La concienciación debe ser, para hombres y mujeres, que lo que necesitas es talento porque si estás apostando por lo que no corresponde lo vas a sufrir en tus carnes. Si eso lo asumiéramos más todos, las cosas irían entrando en su sitio de forma natural. Entonces, efectivamente, en organizaciones donde no están cómodos buscando a mujeres tener cuotas les obliga a hacerlo. Es posible que en determinados estamentos haya que hacerlo así. Y cuando lo tienes y lo ves igual te animas a hacer otras cosas.

- ¿Qué aportan los ingenieros industriales a las empresas?

- El ingeniero o ingeniera industrial es una formación muy generalista y encaja perfectamente bien en el tejido empresarial de la Comunitat Valenciana porque hay mucha pyme y hay que interrelacionar con facilidad. Una empresa que tiene un ingeniero lo nota tanto en la forma de resolver las cosas, en la forma de resolver determinados problemas, de resolver un problema global y es un valor muy importante para la empresa. En el caso de las mujeres sí que parece que nosotras estamos muy acostumbradas a justificar mucho las cosas, eso es bueno porque determinadas estrategias bien respaldadas son más seguras. 

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