El gestor de Newton comenta el comportamiento de la libra esterlina y los rendimientos de los gilts durante la última tanda de negociaciones sobre el Brexit
MADRID. Los inversores en gilts -bonos emitidos por el gobierno británico- se han visto beneficiados por la 'historia interminable' del Brexit, ya que los bonos del Tesoro británico con vencimiento a más de quince años acumulan una rentabilidad de más del 22% en el año (hasta el 30 de septiembre de 2019). A finales de la semana pasada, la posibilidad de que el Reino Unido y la Unión Europea (UE) lograsen alcanzar un acuerdo provocó una leve caída de los precios de los bonos, mientras que la libra avanzó ante la noticia.
Llegar a un acuerdo aceptable para la UE es posible. Llegar a un acuerdo aceptable para el Parlamento británico también es posible. Lo difícil es que se trate del mismo acuerdo. Cuantas más concesiones haga el Reino Unido, más posibilidades habrá de que la UE acepte ese acuerdo pero, al mismo tiempo, se reducirán las probabilidades de que el Parlamento lo apruebe. Aunque se llegase a un acuerdo preliminar, es poco probable que pueda ratificarse antes del 31 de octubre, lo que obligaría a solicitar una nueva prórroga, ya sea para que el Parlamento pueda ratificar el acuerdo o para volver a la mesa de negociación en caso de que finalmente no se alcance un acuerdo (elecciones o referéndum).
Como es lógico, al mercado le preocupa que la fecha límite de salida de la UE vuelva a posponerse. Si bien una nueva ampliación del artículo 50 podría mitigar los efectos de un 'Brexit duro' a corto plazo, es probable que, si la incertidumbre se prolonga varios meses más, la inversión y la confianza de los consumidores se vean afectadas, el crecimiento económico y la libra esterlina se resientan y los gilts avancen.
La economía británica mantiene una elevada dependencia de la inversión extranjera, ya que los inversores de fuera del Reino Unido poseen aproximadamente el 28% del mercado de gilts. Una salida desordenada de la UE podría llevar a esos inversores a replantearse su exposición a bonos británicos.
Aunque el Banco de Inglaterra podría aumentar sus compras de activos y es posible que los inversores nacionales aumentasen sus posiciones en gilts (en su calidad de activo refugio frente a otros activos británicos), lo que absorbería parcialmente el exceso de oferta, el cambio de posición de algunos grandes inversores –de compradores netos a vendedores netos– probablemente empujaría al alza las tires de los gilts.
El Institute for Fiscal Studies (IFS) calcula que, incluso con acuerdo, el déficit británico podría duplicarse hasta los 50.000 millones de libras, mientras que la deuda sobre PIB rozaría el 90% (un nivel que no se veía desde mediados de los años sesenta). En caso de que el Brexit se salde sin acuerdo, e incluso si la disrupción fuese mínima, el centro de estudios estima que el déficit volvería a duplicarse hasta superar los 100.000 millones de libras. Además, las agencias de rating, que ya rebajaron la calificación de crédito del Reino Unido tras el referéndum de 2016, han indicado que lo volverán a hacer en caso de un 'Brexit duro'.
Una leve rebaja de la calificación crediticia desde niveles muy altos no tendría por qué traducirse en unos mayores costes de empréstito para el Gobierno británico (de hecho, EE UU y Europa han vivido el caso contrario en los últimos años). Sin embargo, la relación entre calificación de crédito y diferenciales de riesgo no es lineal, por lo que una nueva rebaja podría tener consecuencias cada vez más negativas.
A corto plazo, el mejor resultado para la libra sería que se alcanzase un acuerdo esta semana. En caso contrario, es probable que el plazo para abandonar la UE se vuelva a ampliar, prolongando la situación de lento crecimiento, escaso apetito de riesgo y bajísimos rendimientos de los gilts. Los inversores estarán muy atentos a las negociaciones de esta semana y podemos esperar que el tipo de cambio de la libra y las tires de los gilts experimenten nuevas oscilaciones.
Howard Cunningham es gestor de carteras en Newton, parte de BNY Mellon Investment Management