VALÈNCIA. “La cultura no descansa” es un mantra tan real como odioso, en según qué casos. Para generar algo creativo cualquiera necesita parar en algún momento, pero el sector cultural es uno de los que siempre se mantiene en activo. Aunque parezca que las ideas se derriten en agosto hay quienes encuentran en este mes un espacio para generar nuevos trabajos que poder mostrar en septiembre con orgullo. Este es el caso de artistas como la valenciana Luna Valle, que en verano se encuentra ocupada por partida doble. Por un lado, está preparando su nuevo EP -del que aún no puede desvelar el título- y por otro está aprovechando el verano para ultimar los detalles de su obra de teatro He besado pocas bocas, que se estrenará el 26 de septiembre.
Como creadora que no para quieta durante el año, y mucho menos en agosto, encuentra en el momento veraniego un lugar en el que seguir con lo que le apasiona. “Las artistas cuando trabajamos en verano nos centramos en nuestros proyectos, en el amor que tenemos por ellos y en nuestra ilusión. Yo amo mis proyectos y quiero dedicarle tiempo, pero a la vez entro en una espiral en la que si no se lo dedicara no tendría curro y sin curro no tendría dinero y sin ello me podría costar producir. Es un bucle un poco duro y hostil para las trabajadoras culturales, pero me gusta pensar que las cosas que estoy haciendo las hago porque quiero y porque si no las hago yo no las va a hacer nadie”.
Con esa pasión aprovecha el verano y sus vivencias para llenar de sus historias su nuevo álbum en el que siempre caben nuevos protagonistas: “Mis canciones van sobre cosas que me pasan y en verano los chicos están muy activos. No puedo parar de escribir porque para mí la música sirve para canalizar mis sentimientos, si no compusiera no podría procesar lo que me pasa. Sea primavera, verano o invierno voy a seguir escribiendo”. Y con ello, como otros creadores, llena la nevera de provisiones para cuando llegue el inicio del curso escolar, un momento en el que a las trabajadoras culturales se les exige “estar en marcha y formar parte de la escena”, aunque intenta encontrar pequeños huecos para descansar la cabeza: “Hay que desdramatizar la idea de que la cultura no descansa porque el cerebro necesita parones para seguir produciendo, por mucho que a las artistas nos guste lo que hacemos”.

- Mesa de trabajo de Luna Valle en agosto -
Al igual que pasa con los proyectos de Valle, que ven la luz en septiembre, las chicas de MP3 Films: Luna Jaén, Lucía Liébana y Carlotta Allegro aprovechan el mes de agosto para hacer lo que durante el año no les cabe por trabajo u otros proyectos. Es su momento para rodar, parar y trabajar en lo que les gusta: “Es en verano cuando hacemos un parón total para apostar por esto, por lo que rodar en estas fechas forma parte casi de nuestra naturaleza como equipo: no solo no nos molesta, sino que es nuestro momento como colectivo”.
Es el momento en el que no tienen que buscar huecos a la desesperada para ponerse de acuerdo entre las tres y en el que pueden coincidir con más facilidad. Ahora mismo se encuentran trabajando en Holy Days, una historia que podría hablar de ellas mismas, como “amigas que viven como pueden su juventud en una costa valenciana invadida por turistas y macrofestivales”. Una pieza en la que están intentando sobrevivir a rodar en verano mientras aguantan el calor, esquivan turistas, comparten agua, se ríen del cansancio y se cuidan mucho entre amigas para llegar juntas al final. Y una en la que, por encima de todo, pueden encontrarse en un mismo espacio-tiempo. Para ellas el verano es el momento de producir todas de la mano.

- MP3 Films durante su grabación de verano -
- Foto fija: Mar Soldado y Andrea Donderis
Entre bastidores está el verano de Luis Urdanpilleta, quien se resguarda del calor en Gabinete de Dibujos mientras se preparan para Abierto València 2025. Él es un fiel defensor de la idea de que “la cultura nunca para”, incluido cuando los demás lo hacen, pero admite que su trabajo es de fondo y a largo plazo, y que siempre hay cosas que perfilar antes de un gran evento como es Abierto València: “El trabajo creativo es 365 días al año y 24 horas al día. Cuando no estás produciendo una exposición estás visitando un museo o pintando una pared. El nuestro es un trabajo en el que la cabeza siempre está en marcha y me cuesta mucho desconectar de lo que hago”. Un sacrificio que le vale la pena por la pasión que tienen en Gabinete de Dibujos por el arte como “forma de vida”.
“Es un trabajo que nos revierte tanto de forma positiva que trabajar suele ser un placer. Tiene sus partes duras, pero el sacrificio siempre compensa, cuesta ver la retribución cuando estás en un proceso de montaje, pero estamos en un sector en el que hay que confiar”. Como él, otros de sus compañeros y trabajadores -de montaje, por ejemplo- no paran en verano tampoco, así que es un sector que se retroalimenta constantemente. “Estamos todos siempre en marcha para organizar alguna exposición, cuando empezamos a trabajar en un proyecto, sea cuando sea, encontramos compañeros que están trabajando a la vez que nosotros”, explica el galerista. Además, admite que los tiempos de la cultura son bastante exigentes en cuanto a la rentrée en septiembre, aunque busca siempre un pequeño hueco para airear un poco. “Tenemos que encontrar algún momento de escapada para poder relajarnos y no llegar agotados a septiembre, hay que entender cómo organizar los tiempos propios y encontrar espacios para seguir creando con la cabeza descansada”.

- El taller de Gabinete de Dibujos no cierra por agosto -
Y entre plumas y tinteros, el escritor valenciano Santiago Álvarez prepara su nueva novela que tiene como fecha de entrega a finales de agosto. Él encuentra en este mes un momento ideal para “corregir relatos y novelas mientras avanza con otras tareas que le llevan más tiempo”. Aprovecha el parón de agosto para ponerse al día con sus proyectos personales mientras no tiene “otro tipo de actos o trabajos que requieran su presencia”, también mientras se inspira con lo que le rodea. “El verano es un momento en el que observas lo que te rodea con otros ojos, viajas y ves otras culturas que te ayudan a inspirar ideas que no hubieras imaginado en tu rutina o tu ciudad”, destaca desde los Pirineos franceses en los que está de “escapada creativa”.
“Estoy de acuerdo en que somos creativos todo el tiempo, pero también veo en el verano y las vacaciones unas posibilidades que vienen sin planificar. No planteo un viaje pensando que voy a aprender unas cosas u otras, sino que me dejo sorprender por lo que me rodea”. En su caso, el mes de agosto es un momento clave para remontar con los proyectos personales mientras encuentra huecos para descansar. Ratitos que hacen que remonte su creatividad, como aquellos en los que puede parar y “mirar crecer la hierba, leer y hasta bajar a la playa sin mirar el reloj”. Ratos con los que los ritmos se compensan y, aunque esté produciendo en verano, lo hace con el gusto y la inspiración de llegar a septiembre con los deberes hechos.

- Santiago Álvarez inspirándose durante el verano -