VALÈNCIA. (EFE) La editorial valenciana Bamba ha recuperado la segunda novela de Elena Quiroga, Viento del Norte, con la que esta escritora, segunda mujer en ingresar en la Real Academia Española, pero cuyo nombre había quedado en el olvido literario, ganó el Premio Nadal en 1950.
Con este nuevo lanzamiento, que ha salido a la luz esta semana, Bamba continúa la recuperación del legado de Quiroga (Santander, 1921-La Coruña, 1995) tras la edición de Tristura en 2022 y la próxima publicación de Escribo tu nombre, prevista para 2024.
Quiroga es una escritora "tremendamente contemporánea en sus temas, creadora de una prosa honesta, lírica e innovadora que creemos que merece llegar y ser leída por el gran público", afirman desde esta pequeña editorial, nacida hace un año y que tiene el firme propósito de recuperar toda la obra de su autora.
Para su directora, Raquel Bada, fue una de las escritoras más importantes e innovadoras de la literatura española de posguerra, junto con otras novelistas como Carmen Laforet o Ana María Matute, pero, al contrario de lo que ha pasado con estas novelistas, el nombre de Quiroga había quedado en el olvido.
Según señala Bada a EFE, una de las razones de este olvido puede estar en que era una persona que no se prodigaba en los medios de comunicación, se mantenía muy al margen, no daba entrevistas ni frecuentaba círculos literarios y estaba encerrada escribiendo en su casa, y todo eso pudo jugar en su contra.
No obstante, su narrativa fue más allá del discurso de una época, fue innovadora sin pretenderlo y experimentó con el monólogo interior, narrando con maestría nuestros paisajes más íntimos, algo que le ha valido la comparación con Virginia Woolf y James Joyce.
Viento del Norte es su novela más clásica a nivel estilístico, pero en ella ya puede apreciarse su psicología particular y algunos de los temas que recorrerán todas sus obras, como la soledad y el silencio.
La obra -que en 1954 tuvo incluso su adaptación cinematográfica, premiada en el Festival de Cine de San Sebastián- cuenta la vida de Marcela, hija de una madre que la abandona y un padre sin nombre, en un pazo de la Galicia más rural, donde es acogida por Álvaro, el amo, y donde ella crece feliz cerca de la naturaleza, libre y salvaje.
Pero este pazo es un lugar hermético que no perdona la mancha de su procedencia: su único hogar es también un entorno hostil, cubierto de supersticiones, rechazos, habladurías y celos.
Con el paso de los años, Álvaro se sentirá atraído por Marcela, y esta inclinación amorosa, como el fuerte viento del norte, hará tambalear los cimientos del pazo y su rígida jerarquía.
A través de Marcela y Álvaro y el conflicto entre ellos, la autora indaga en temas tan trascendentales como el sentido de la vida y la muerte, la identidad, el legado, el deseo y el amor por la tierra, todo ello desde un punto de vista intimista.
Desde Bamba aspiran a convertir este libro en "un clásico de la literatura", como lo son Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán, o Nada, de Carmen Laforet, señala la editora, quien recuerda que precisamente Laforet era "fan" de Quiroga y definió esta obra como "un Cumbres borrascosas".
En esta novela no se aprecia todavía toda la innovación en el uso del lenguaje que Quiroga introduciría en sus siguientes novelas. "No hay que olvidar que es un Premio Nadal de 1950" y, por tanto, "sigue el estilo clásico de un libro premiado en esa época", precisa Raquel Bada.
Sin embargo, defiende que este libro la situó como autora dentro de la literatura de posguerra y en él se aprecian ya las claves de lo que vendrá después y la esencia de una escritora que, a partir de ese momento, se volcó en escribir toda su vida y fue muy prolífica.