VALÈNCIA. El Camino del Santo Grial, ruta turística que une las localidades de Jaca y València, fue una iniciativa creada en 2002 por la Cofradía del Santo Cáliz, la Real Hermandad del Santo Cáliz y la gestora turística de San Juan de la Peña. Esta iniciativa turística da un paso más este viernes con la presentación en el Ateneo Mercantil de València del Consorcio El Camino del Santo Grial.
El proyecto nació con el objetivo de atender a los peregrinos de forma solvente, según Ana Mafé, doctora en Historia del Arte y vicepresidenta de la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial. Tras años de trabajo en Aragón, el proyecto cristalizó a través de Fernando Avilés y Carolina de Funes, quienes establecieron una alianza con la Universidad de Zaragoza que acabó en éxito. En 2016, la Asociación Cultural, dirigida por Enrique Senent y Jesús Gimeno, estableció su sede en Massamagrell.
La vicepresidenta explica Mafé a Valencia Plaza, elaboran planes junto a la Agencia Valenciana de Turismo, cuya última propuesta ha sido establecer un relato artístico para toda la ruta, que pasa por señalizar el camino que recorre ciudades como San Juan de la Peña, Zaragoza, Teruel, Barracas y València.
Mafé afirma que el Camino de Santiago cuenta con el apoyo de más de 300 asociaciones, de las cuales 150 son extranjeras y la otra mitad españolas. Explica que su objetivo es alcanzar ese nivel de apoyo, aunque matiza que es un proyecto con beneficios a largo plazo. "València es estacional. Lo que queremos es posicionarla en el mercado global como la ciudad del Santo Grial, de manera que atraería gente todo el año", subraya.
"Para esto se requiere un esfuerzo de la Administración y de la sociedad civil. En cualquier caso, tienen que ser actores formados", añade. En su opinión "hay que difundir el relato a partir de la creación de sinergias con otros ámbitos, como la política". Mafé enfatiza la importancia del papel del Camino en el desarrollo del turismo de interior a través de la búsqueda de la reliquia.
Según Mafé, "a partir de una economía creativa, se tiene que "vender la joya" a través de un megarelato histórico definido por "una pieza arqueológica de primer orden". "Los políticos cambian, pero si la sociedad civil cree en un proyecto, este sale adelante", concluye.