AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Nuestros revueltos patios traseros

Tenemos el vecindario de Occidente revuelto, desde las fronteras del este europeo hasta ese Mare Nostrum tristemente transformado en fosa común, al igual que nuestro aliado USA lo tiene al sur de Rio Grande

4/03/2017 - 

En el orden internacional hay muchos conceptos, desde la seguridad compartida y colaborativa a las acciones conjuntas y combinadas, pasando por las guerras híbridas y asimétricas o las líneas de fractura y de colisión, toda una pléyade de ideas y nociones entre las que se encuentra la del patio trasero o backyard para los anglosajones.

En el mensaje al Congreso del 2 de diciembre de 1823, el presidente de USA James Monroe estableció la doctrina por la cual América debería ser para los Americanos (refiriéndose claro está para los norteamericanos WASP), exigiendo a las potencias europeas (líderes mundiales en ese momento) que se abstuvieran de intervenir en esa área geográfica, doctrina recordada por ejemplo por el presidente Theodore Roosevelt, también defensor de la teoría del Destino Manifiesto de los USA.

A partir de ese momento se fue imponiendo aquella idea, considerando América como un área de influencia norteamericana (Hinterland que dirían los economista), que aunque comenzó sólo con intervenciones militares en México se extendió a Centroamérica en primera instancia con las invasiones de los Filibusteros (según la historiografía local) a Nicaragua y su guerra con Costa Rica y sus vecinos, siendo utilizada después la vía económica y diplomática como sistemas de influencia para el resto de América. Así surgió la idea del patio trasero porque sin ser propiamente territorio soberano USA, Washington lo consideraba como una región propia donde no podían intervenir otras potencias.

Así es, tema del artículo, como desde la llegada de Donald Trump a la presidencia este backyard anda un poco más revuelto si cabe. México, país donde la seguridad pública y jurídica está muy por debajo de lo que quisieran los propios mejicanos, y la presencia del narcotráfico es más que destacada, puede empezar a tener dificultades económicas por lo que su estabilidad podría flaquear, ya que su Banco Central ha vuelto a retocar la previsión de crecimiento (a la baja) para este 2017 por cuarta vez consecutiva y casi al 50% desde su previsión a finales de 2015.

Es por eso que ante la nueva situación el Canciller mexicano Luis Videgaray expuso hace unos días ante el Senado una guía a seguir. Primero puso una serie de deberes para los propios mejicanos, reclamó unidad a todos los partidos políticos, la necesidad de diversificar la economía y sus sectores así como los países y área geográficas con las que comerciar, estando Iberoamérica y el eje Asia Pacífico entre los objetivos principales. Pero también habló de temas más comprometidos, pues trató la defensa a ultranza de las remesas de dinero que envían los emigrantes mejicanos desde USA de cualquier carga impositiva o servidumbre, o incluso achacó la narco violencia que se sufre en el país azteca al consumo en USA de estupefacientes y que por lo tanto deberían asumir su responsabilidad. Asimismo se opuso a militarizar la frontera y a aceptar a los deportados de otros países, asumiendo que deberían cambiar sus relaciones internacionales con los países de Centroamérica.

Por su parte en el istmo americano, el nivel de violencia es altísimo. Recordemos que países como El Salvador, Honduras o Guatemala lideran mundialmente las tasas de homicidios. En el último país por ejemplo en 2016 se produjeron 950 asesinatos de mujeres, víctimas de violencia doméstica (en España con tres veces más de población se produjeron unas 53). Además, recordemos el último informe del organismo de Naciones Unidas, Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, donde nos recuerda que de toda la cocaína que entra en USA el 87% pasa por México y Centroamérica y solo el 13%  pasa por el Caribe (principalmente Puerto Rico y la República Dominicana).

Todo lo anteriormente citado respecto al patio más cercano de los USA, porque podríamos proseguir con la situación de máxima inestabilidad de Venezuela, o el tenso periodo de interinidad que vive Ecuador por la espera a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de abril, siguiendo con la bochornosa participación de terroristas en la política colombiana; ahora comenzaremos a tratar nuestro patio trasero que como muy bien se imaginaran es el norte de África.

Nuestro vecindario del sur más próximo, el extranjero cercano, que dirían los rusos, continua con sus incertidumbres y tensiones, además de la sempiterna rivalidad argelina-marroquí que no nos beneficia (en un principio), se le une la situación de un cierto vacío de poder en Argel ante la enfermedad del recientemente octogenario (2 de marzo) Abdelaziz Buteflika, presidente argelino. También se le suma la tensión de la incorporación de Marruecos a la Unión Africana con el propósito de expulsar a la República Árabe Saharaui Democrática, apoyada por una frenética actividad diplomática marroquí a finales del 2016, y, tras haber protagonizado unos serios incidentes en agosto por la operación de Marruecos en la zona de Guerguerat (nuestra La Güera en Cabo Blanco) al extremo sur del antiguo Sáhara Español, con la excusa de una acción contra los traficantes, para finalmente hace unos días, como nos ha recordado en Valencia Plaza nuestra compañera de este diario Regina Laguna retirarse, con el serio aviso del rey Mohamed VI al Secretario General de la ONU Antonio Guterres de los serios problemas que existen en esa área, y la consiguiente escalada-desescalada por parte del Polisario.

Para finalizar, hablando de inestabilidad y de nuestros vecinos, es inevitable hablar de los cientos de saltos a la valla acaecidos en las últimas semanas en Ceuta, después de lo manifestado por el ministro marroquí de Agricultura, Aziz Ajanuch, en una entrevista del 6 de febrero a la agencia EFE: “¿Cómo queréis (los europeos) que hagamos el trabajo de bloquear la emigración africana y hasta la marroquí si hoy Europa no quiere trabajar con nosotros?", se preguntó. Será casualidad no lo sé, pero recordemos (para que no nos ocurra) lo dicho por Benjamin Franklin: "aquellos que renuncian a una libertad esencial para comprar un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad".

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