Hace una semana, ante los desastres naturales acaecidos en nuestro entorno internacional, nos preguntábamos dónde estaba la ayuda de las Naciones Unidas, qué hacía, que no se veía una versión de emergencias de los cascos azules. Pues parece que estaba en bodas, bautizos y comuniones, preparando los fastos de las reuniones plenarias y de alto nivel, del 78º período de sesiones de su Asamblea General, cuyos discursos hemos visto en los informativos, ya saben aquello de “parole, parole, parole…” que cantarían a duo Mina Mazzini y Alberto Lupo, entre otros.
Pero el mundo sigue girando, y la vida y las relaciones humanas, ya sean sociales, económicas, políticas o culturales no se detienen, a pesar de las múltiples cortinas de humo que los mass media dispersan en el ecosistema informativo. Porque si el 22 de agosto pasado vimos reunirse a los países BRICS con más de una docena de otros países, entre los cuales seis, se han incorporado a ese nuevo grupo de BRICS + (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, más Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán), y parecía que en esta reunión iban a doblegar a la divisa del petrodólar, pues no lo han logrado, entre otras cuestiones, por no encontrar ninguna otra divisa propia o ajena tan fuerte (con tanto músculo militar) como la del Tio Sam.
Después se reunían gran parte de ellos, prácticamente todo el grupo anterior, en el G20, es decir ellos más el G7 (potencias occidentales como Alemania, Canadá, Estados Unidos de América, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea), hace escasos días, y de ese encuentro, que algunos han denominado oportunidad perdida, ha surgido una curiosa propuesta, aparentemente nueva, pero que ya la adelantó hace dos años un profesor, Michael Tanchum, en un interesante y preclaro artículo en la web Reporteasia.
La curiosidad de la propuesta, no radica en el contenido en sí, crear una nueva ruta comercial-logística, sino en quien la conforma, pues tiene toda su lógica. Es más que razonable pues supone una competencia, en principio económica (con grandes inversiones ferroviarias y navieras), pero que siempre tiene su trasfondo geopolítico, a la nueva Ruta de la Seda China (que justo cumple ahora una década), ese gran proyecto económico euroasiático de la República popular China intitulado “One Route, one Road”. La curiosidad, como les decía, son los países que integran este nuevo corredor o ruta, que partiendo de la India, gran contrapeso estratégico regional de China, pasaría por los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Jordania, Israel para llegar al sur de Europa (Grecia o Italia) a través del Mediterraneo, en un denominado "Corredor Económico India - Medio Oriente - Europa", y como ven tres de los cinco países que lo conforman, forman parte de ese grupo, más o menos reaccionario a los intereses occidentales, como son los BRICS +.
Pero es que dentro de esta nueva Segunda Guerra Fría, la guerra de Ucrania está cambiando muchas cosas; desde poner fin a las ansias de autonomía estratégica de la Europa de Bruselas respecto a los USA, con motivo directo de la guerra y de, entre otras cuestiones, la explosión del gaseoducto Nordstream; pasando por el reconocimiento de Israel por parte de cada vez más países musulmanes (EAU, Bahrein, Sudán o Marruecos, además de anteriores como Egipto y Jordania) reactivado gracias a aquellos Acuerdos Abraham (apoyados por la diplomacia de Donald Trump, dirigida para esta ocasión por su yerno Jared Kushner), hasta llegar en la actualidad el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, a declarar que cada vez está más cerca el reconocimiento de Israel por su país; también hemos visto al Sultán de Marruecos Mohamed VI dar la espalda (en forma de rechazar su ayuda) a la antigua metrópoli francesa, otro zasca internacional para Emmanuel Macron, a la par que agradecía la ayuda de los militares españoles de la UME personalmente mediante una carta, por las labores de rescate tras el terremoto sufrido.
Aunque existen dos hechos, en los últimos tiempos, que me han causado mucha mucha sorpresa, primero respecto al muy trabajado y octogenario presidente USA Joe Biden, aquel que iba a traer la normalidad y moderación a la política estadounidense, pues, acaba de ser abierto contra él, por parte del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, un proceso de impeachment (de destitución), con motivo de los negocios de su hijo Hunter Biden, en el extranjero, entre otros países , y que casualidad, en Ucrania.
Segunda gran sorpresa, y esta gana a todas las demás, es como la IA (Inteligencia Artificial) ha doblegado al férreo control del partido comunista chino de Xi Jinping, o mejor dicho la competencia en liderar el desarrollo de la IA lo ha logrado. Porque gracias al control USA de las exportaciones tecnológicas desde octubre de 2022, se ha limitado, por ejemplo, que China compre chips avanzados de creación de textos, en concreto modelos GPU de la norteamericana Nvidia. Ante esta escasez de chips y otras tecnologías en IA, se ha tenido, por parte de las autoridades de Pekín, que flexibilizar los parámetros de control en su ley de IA generativa, en concreto ha sido la Administración del Ciberespacio de China, haciéndose, en parte, eco de su industria y de su publico, para poder desarrollar así, unos algoritmos más potentes capaces de crear textos similares al lenguaje humano, y así la nueva norma china, algo más flexible y laxa respecto el control, para esa IA generativa se aplica desde el 15 de agosto pasado.
Ya ven, todos son cambios para que todo siga igual, como diría Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El Gatopardo; y desde luego ese Corredor Económico India-Medio Oriente-Europa, es toda una oportunidad de negocio para constructoras, navieras, logistas - transportistas, etcétera, etcétera, etcétera, espero que nuestros emprendedores se posicionen rápidamente en ese proyecto y no lleguemos tarde, como en otras ocasiones.